Balance de la jornada en Rosario
Nuevo Código Civil: audiencia pública con aportes y críticas
El debate sobre la reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial disparó la discusión sobre algunos puntos del proyecto, como los contratos comerciales con medios electrónicos. Y algunos sectores ligados a la Iglesia criticaron la idea del alquiler de vientre.
La pluralidad de opiniones tuvo su espacio en la UNR (en primer plano, Domingo Rondina, y en el panel, Norma Morandini).
Foto: Corresponsalía Rosario
De la redacción de El Litoral
Corresponsalía Rosario
El espíritu que le quiso inyectar el gobierno al debate que no fuera una cuestión puramente técnica funcionó en la audiencia pública para la reforma y unificación de los códigos Civil y Comercial, donde se anotaron más de 110 oradores para exponer su punto de vista. A lo largo de la extensa jornada, se escucharon voces disímiles frente a la trama de discusión central, como es la modificación de estos cuerpos normativos. Pasaron por el aula magna de la sede de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) desde legisladores, funcionarios, representantes de instituciones hasta profesionales. No hubo ninguna voz que estuviese en desacuerdo en la necesidad aunque sí en la forma de encarar una reforma de los códigos, que fueron escritos hace más de un siglo. Pero aparecieron los que apoyaron en forma integral al proyecto de reforma, los que hicieron críticas puntuales con el ánimo de mejorarlo, y los que mostraron posturas más conservadoras.
Uno de los expositores que además de defender la iniciativa realizó una crítica constructiva puntualizando en forma concreta sus aportes, fue el presidente del Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), Juan Marcos Aviano. “El avance de la sociedad de consumo lleva a la necesidad de modificar la legislación sobre los contratos. Saludamos los nuevos derechos y garantías de los usuarios y consumidores que se buscan incorporar en el nuevo código”, dijo. Y luego de resaltar que en el mensaje del Ejecutivo existen unos 30 artículos referidos a los contratos de consumo hizo una observación al artículo 1.106, que regula la utilización de los medios electrónicos (mensajes de texto, por ejemplo) para los contratos comerciales. “Nos parece que hay que revisarlo para que no se dé por satisfecho el contrato con un comprobante sino que, además, quede una copia en papel. Es decir, agregar la obligatoriedad de ese tipo de copia”, señaló. Siguiendo con la observación puntual de algunos artículos, Aviano calificó como “muy positiva” la propuesta de extender de 5 a 10 días los plazos para revocar un contrato.
“Familias”
El juez de familia Ricardo Dutto tomó la palabra para pedir, entre otras cosas, que en el nuevo código no se hable de familia sino de “familias”. “En este caso, el lenguaje importa porque es un concepto que ha cambiado”, dijo. Otra observación que hizo fue la referida al matrimonio entre menores de 18 años. Dutto consideró que el nuevo código tiene que contemplar que si estos menores cuentan con el consentimiento de sus progenitores y no existe ningún tipo de oposición, no habría motivos para depender del fallo de un juez, tal como está previsto.
Una posición similar planteó en torno a los análisis de ADN para dirimir casos donde se intenta determinar la paternidad. En este caso, también sostuvo que, teniendo esa herramienta que permite resolver la cuestión, no tiene ningún sentido llegar a un juicio. En cuanto a la adopción, Dutto se mostró contrario a la propuesta de exigir que los extranjeros que quieran adoptar a un niño tengan que acreditar como mínimo cinco años de residencia en Argentina. “Me parece un chauvinismo legislativo”, dijo. Tras reconocer que la medida busca prevenir el tráfico de personas, sostuvo que, para ello habría que imponer las mismas limitaciones para los argentinos que quieran adoptar a niños en otros países.
Los representantes de las comunidades originarias también tuvieron su momento. Samuel Ponciano, de la Comunidad Nachaguisat El Palmar, hizo una breve exposición en la que recordó que “durante mucho tiempo se han olvidado de nosotros”. “Queremos reafirmar nuestros derechos que se legislen políticas públicas que atiendan nuestros reclamos. Será una forma de sentirnos iguales”, expresó.
Genética y moral
Y como muestra del abanico de opiniones que desfilaron en la jornada del lunes, los sectores conservadores que exhibían las pancartas desde el auditorio se vieron representados en el discurso del abogado Nicolás Mayorás, de Médicos por la Vida y del Centro de Estudios Políticos y Estrategias Americanas (Cepea). El hombre, fiel a su tradición católica, cargó, entre otras cosas, contra la definición de “persona humana” que contempla el nuevo código. “Eso supone la posibilidad de ser manipulada genéticamente”, se quejó, y señaló que los derechos humanos “no pueden estar atados a los caprichos de los gobernantes”.
A lo largo de su discurso, Mayorás dijo que el aborto debe estar prohibido “porque atenta contra la vida humana” y lanzó irónico: “El Inadi alguna vez podría pedir por la protección de las personas por nacer”. Y ahí sí, desde el sector de las pancartas comenzaron a llover los aplausos y los gritos de euforia. También cargó contra el llamado alquiler de vientre. “Este contrato es ilícito e inmoral: viola los derechos del niño porque se le priva su derecho a la filiación e identidad”, argumentó. “El cuerpo de la mujer no puede ser convertido en un depósito” y “la ciencia no es el único criterio de verdad”, fueron algunos de sus conceptos. Finalmente, el abogado se despidió haciendo lo que ningún expositor había hecho hasta el momento: cuestionar el mecanismo de la audiencia pública. “Esta audiencia no es participación ciudadana porque el gobierno tiene todo hecho de antemano”, lanzó.