LEYENDA DE LA DANZA CLÁSICA
El adiós a Olga Ferri
La bailarina y maestra de fama mundial, fue figura fundamental del ballet argentino. Falleció la noche del sábado, poco antes de cumplir 84 años.
Télam
Pocos días antes de cumplir sus 84 años, la destacada bailarina y coreógrafa Olga Ferri dejó de existir. Sus allegados informaron que esta leyenda de la danza clásica argentina falleció la noche del sábado en su casa, mientras dormía.
Había nacido el 20 de septiembre de 1928, se formó en el Instituto de Arte del Teatro Colón y a los 18 años fue primera figura de ese Ballet. Su vida transcurrió junto a la danza, a la que dedicó sus días hasta los 49 años. Formada con Esmée Bulnes, integró la generación junto a Norma Fontenla y otras bailarinas que descollaron entre finales de la década de 1950 y la de 1970. Protagonizó ballets como “Los pájaros”, de Margarita Wallmann, y “Sinfonía fantástica”, de Leonide Massine. Fue primera figura en “La dama y el unicornio” sobre idea de Jean Cocteau, en 1954, y sobre el final de esa década fue dirigida por la cubana Alicia Alonso en “Giselle” y se transformó en la primera bailarina argentina en interpretarla en su versión original.
Estuvo casada con el primer bailarín del Teatro Colón, Enrique Lommi, quien fue varias veces su partenaire en el escenario y con quien encabezó un instituto particular del que salieron no pocas figuras destacadas.
Su carrera como bailarina la llevó a Brasil, París, Berlín y Londres. Actuó en teatros de todo el mundo junto a estrellas como el entonces soviético Rudolf Nureyev y el recordado José Neglia; bebió la miel de los aplausos y se retiró en 1997 con “Coppélia”, de Léo Delibes.
Su legado
Hacia 2008, Ferri fue directora artística de Danza del Teatro Colón y, preocupada por la situación del primer coliseo argentino, recordó que había iniciado su carrera como solista en ese escenario y que durante 40 años representó con honores al ballet de nuestro país en las principales plazas del mundo.
En una entrevista concedida a Télam, la bailarina y maestra señaló que el Teatro Colón “somos los bailarines, los utileros, los técnicos, la orquesta, los que dirigen y el público (...) Creo que todos tenemos la obligación de apoyar al Colón y, si bien hay un apoyo, creo que el del público y la prensa debería ser mayor ya que es un teatro muy importante y en él se trabaja con mucho sacrificio”.
En cuanto a la enseñanza, lamentó que en la actualidad haya menos jóvenes interesados que décadas atrás: “Los chicos que estudian ballet ingresan en un mundo mágico, de hadas, de unicornios, de cisnes... Eso les hace bien porque los introduce fácilmente en un universo sensible, de belleza y de estética”, comentó.
Su vida transcurrió junto a la danza, a la que dedicó sus días hasta los 49 años. Foto: Télam
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