Ocurrió en la cárcel de Devoto

Piden investigar un motín del 78 como crimen de lesa humanidad

Fueron 65 los muertos y los sobrevivientes dicen que se trató de una masacre. Muchos internos fueron torturados y luego ejecutados.

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El motín del ‘78 hoy es visto como una masacre fríamente planificada y ejecutada. Foto: Archivo

 

DyN

Organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y sobrevivientes del denominado “Motín de los colchones”, ocurrido en marzo de 1978 y en el que murieron 65 personas detenidas en la cárcel de Devoto, volverán a reclamar este jueves que el hecho sea considerado como un delito de lesa humanidad cometido por la última dictadura militar.

“Se construyó un motín que nunca existió y se masacró a decenas de personas. Algunas fueron sometidas a torturas antes de morir.

Todo se hizo en el contexto de las políticas de represión y exterminio de la dictadura sobre determinadas poblaciones, en este caso, la penal”, expresó a DyN Claudia Cesaroni, integrante de Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (Cepoc) e impulsora de la iniciativa.

Cesaroni, además, indicó que en el penal de Devoto estaban detenidas “presas políticas que percibieron este hecho”, la mayor tragedia carcelaria en la historia argentina, “como una amenaza de lo que les podía pasar”.

Hugo Ricardo Cardozo tenía 19 años y se encontraba detenido en el pabellón 7 de la cárcel acusado de cometer un robo. En la mañana del 14 de marzo de 1978, recordó Cardozo, los guardias comenzaron una violenta requisa que los apresados rechazaron colocando sus colchones contra las rejas.

En ese momento, por motivos que Cardozo todavía hoy no puede explicar, se inició un incendio; más de 140 personas se encontraban en el pabellón. “No fue un motín, porque no reclamamos nada ni intentamos organizar una fuga”, aseguró Cardozo en declaraciones a DyN.

En el hecho, el hombre sufrió graves heridas y quemaduras en diferentes partes del cuerpo. Una vez recuperado, después de varios meses, permaneció detenido hasta 1983.

“Tengo dos hipótesis de lo que ocurrió. Una es que los guardias lo hicieron para quedar bien ante los ojos de las demás fuerzas de la dictadura. La segunda es que como estaba próximo el Mundial de fútbol, y era el momento más álgido de la llamada lucha antiterrorista, querían aplacar cualquier intento de levantamiento de los presos políticos”, evaluó Cardozo.

En 1979 y 1986 la Justicia analizó una petición para considerar al llamado “Motín de los colchones” un delito cometido en el contexto de la represión militar en la dictadura. Cesaroni señaló que varias de las 65 víctimas fallecieron por los disparos que los guardias del penal efectuaron a las celdas del pabellón 7.

“En Devoto aún guardan los legajos de todos nosotros, porque saben que en algún momento serán requeridos como pruebas. Podemos demostrar que fue un delito de lesa humanidad”, indicó Cardozo.

Las organizaciones de Derechos Humanos realizarán el jueves próximo, a las 14, un acto en el que señalarán con una placa en el penal de Devoto que allí se cometió, aseguran, un crimen de Estado.