ENTREVISTA CON EL MÚSICO URUGUAYO ALEJANDRO BALBIS

“El talento no es nada sin alguien dispuesto a escucharte”

Ex director e integrante de murgas como Contrafarsa, Acontramano y Falta y Resto, Balbis se encuentra presentando “El Gran Pez”, su primer disco solista. Tocará el jueves 15 en Paraná y el sábado 17 en Santa Fe. Aquí, el testimonio de un músico que, a los 44 años, decidió dar curso a su veta de cantautor y empezó “casi de cero”.

Estanislao Giménez Corte

[email protected]

http://blogs.ellitoral.com/ocio_trabajado/

“El Gran Pez”, primer disco solista del reconocido músico, cantautor, director y arreglador de murgas uruguayo (Contrafarsa, Acontramano, Falta y Resto) Alejandro Balbis, se presentará el próximo jueves 15, a las 21.30, en el Centro Cultural Juan L. Ortiz (Racedo 250, en Paraná) y el sábado 17, también a las 21.30, en el Teatro Municipal de nuestra ciudad (San Martín 2020). Autor de canciones como “El viejo” y “José sabía”, que hizo populares La Vela Puerca, y con un lugar de prestigio ganado en su país, Balbis decidió dar un giro a su propia vida, y se transformó en solista. “El Gran Pez” es un disco cuyo título está inspirado en la película homónima de Tim Burton (2003), y será presentado por el artista en compañía de su banda, Los Caballeros de Peluca.

Balbis ostenta una dilatada y prestigiosa trayectoria -participó en obras de Bersuit Vergarabat, La Vela Puerca, Las Pastillas del Abuelo, Adriana Varela, Bajo Fondo, Jaime Roos y Jorge Drexler y otros-. Se radicó en Buenos Aires hace 12 años y, ya en 2008, comenzó su derrotero como cantautor, con espectáculos como “Camorra”, “Desalojados del querer” y “Solitudinis” (especialmente creado para Teatro por la Identidad).

En “El Gran Pez” se observa una suerte de convivencia de géneros, como no podría ser de otra manera, casi podríamos decir: hay canciones que podrían inscribirse en la milonga, otras en el rock, otras en el pop y otras, en fin, en el candombe. El disco cuenta con invitados notables -León Gieco, Daniel Masa, entre otros- y ha tenido una excelente recepción por parte de la prensa especializada. El Litoral se comunicó, vía correo electrónico, con el artista.

DESPUÉS DE LA CUERDA DE SEGUNDOS

—¿Es correcto decir que ha habido, en los últimos tiempos, un acercamiento de diversos géneros a la murga (por ejemplo, del rock)? ¿y que por eso puede observarse una suerte de revalorización de ésta? (a la luz del uso o la inclusión que le han dado músicos y artistas de distintas vertientes).

— Creo que dicha valoración no es unidireccional, sino que la murga como coloratura musical viene a aportar un elemento sónico novedoso dentro del material artístico de otros géneros. Y ellos, a su vez, obran de plataforma de lanzamiento para que la murga llegue a los oídos de gente que de otra forma difícilmente hubiera tenido acceso a nuestro material.

—¿Cómo se da el tránsito de tus trabajos como director y autor de piezas para murgas al trabajo, más íntimo quizás, del cantautor... o siempre estuvieron ambos y sólo se trató de la posibilidad de concretar uno y otro trabajo?

—No siempre estuvieron ambos. Se fue dando en un proceso de muchos años. Fue necesario ir dejando la seguridad que me proveía haber estado décadas en la cuerda de segundos y en la dirección de la murga para, de a poco, acompañado por amigos más experimentados en el tema, ir adentrándome en el desafío de estar solo en el escenario interpretando mis canciones.

— Alguna vez declaraste que “la murga (...) cumplió un rol de politización muy importante”. ¿Puede decirse que, tanto en el rock como en la murga, hay un elemento contracultural, crítico, políticamente incorrecto, o que esa pretensión está presente en algunos artistas? ¿Cómo ves tu caso?

— Creo que lo políticamente incorrecto va por épocas. Lo que antes lo era, quizás hoy no lo sea más. Y viceversa. Mi búsqueda personal de una conceptualidad artística quizás pueda apuntar a estar honestamente comprometido con el tiempo en que vivo y la gente que me rodea. No atarme a tiempos pasados ni a cánones estéticos, y a su vez intentar alejarme lo más posible del oportunismo.

—¿A quiénes nombrarías como tus mayores influencias, de la música, del arte en general? ¿Y de la Argentina?

—A Alfredo Zitarrosa, Dorival Caimi, Demonios da Garoa, Edith Piaff. En Argentina, a Cuchi Leguizamón, Mercedes Sosa, Luca Prodan, el indio Solari.

—¿Por qué llevó tanto tiempo la posibilidad de concretar este primer disco solista? ¿tuvo que ver con las condiciones actuales del mercado del disco?

—No tengo ni idea de cómo se maneja el mercado del disco, ni cómo se manejaba o manejará. Tuvo más bien que ver con cosas muy divertidas que me entretuvieron en el camino.

—¿Hay una estética y una sonoridad de la murga que se “trasladan” a tus presentaciones y tus discos solistas?

—Desde todo punto de vista. No sólo estética y sónicamente, sino también conceptualmente.

—¿Hay alguna rutina, procedimiento, método a la hora de escribir? ¿de qué depende en tu caso?

No en mi caso, lo único que necesito es tranquilidad y reposo: dos cuestiones que escasean mucho en el mundo de hoy.

—Empezando por Gieco, el disco tiene numerosos y prestigiosos invitados ¿qué buscaste en cada una de esas participaciones, o de qué dependió cada convocatoria?

—Salvo el caso de Gieco, del cual puedo decir que tengo el honor de simplemente conocerlo, todas las demás invitaciones fueron por profundos lazos de amistad.

—¿En qué se diferencia hacer canciones para otros que hacerlas para cantarlas uno mismo?

—En que cuando te encargan una canción, por lo general, quien lo hace te da preceptos desde donde vos iniciás el camino creativo. En cambio, cuando uno lo hace para sí mismo, debe ser también el creador de todo el concepto. Me siento cómodo en ambos territorios.

—Hay un tono de milonga y/o de tango, una sonoridad, podría decirse, incluso en tu forma de cantar ¿estás de acuerdo con esta opinión? ¿Por qué?

Creo que estoy de acuerdo. Y si bien dicha sonoridad se vio plasmada en “El Gran Pez” por primera vez, eso estuvo en mí durante toda la vida.

—En una entrevista declaraste que, a tu llegada a Buenos Aires, “tuve que bajar el copete (.....) si no sabés relacionarte con la gente podrás ser un genio, pero vas a estar encerrado en tu cuarto, vos y tu genio”. ¿Podés explayarte un poco sobre esa interesante idea?

—El artista es un privilegiado. Ser consciente de ello (y no conozco a nadie que haya hecho cosas importantes con su arte sin tomar conciencia de este punto) trae aparejada una seguridad en uno mismo que puede llegar a desembocar en soberbia, sobre todo cuando uno es joven. Ese límite entre caminar por la vida a sabiendas de que tenés algo para decir, no puede despegarse del hecho de que ese talento no es nada sin alguien dispuesto a escucharte.

 

 

“El talento no es nada sin alguien dispuesto a escucharte”

Alejandro Balbis.

“El talento no es nada sin alguien dispuesto a escucharte”

Los Caballeros de Peluca, el grupo que lo acompaña, está integrado por Tomás Wille (batería), Tiago Vega (bajo), Sebastián Baro (guitarras), Manuel Eguía (coros y guitarras), Leandro Stivelman (coros y acordeón), Valentín de la Concepción (coros y percusión) y Nicolás Oviedo (coros). FotoS: GENTILEZA PRODUCCIÓN

D.jpg