/// OPINIÓN
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Reflexiones sobre la educación técnica
Ing. Raúl J. Roldán (*)
Hoy, 15 de noviembre, es el Día de la Educación Técnica, ya que en esa fecha del año 1959 fue sancionada la Ley Nacional Nº 15.240 que creó el Consejo Nacional de Educación Técnica. Ante este aniversario y en tiempos donde la mirada se pone sobre lo que está pasando en las escuelas técnicas que fueron tomadas, son necesarias algunas reflexiones.
La defensa de una mejor educación técnica tiene que ser el compromiso de toda la sociedad, pero principalmente de sus actores. Gracias a los alumnos que le pusieron el pecho a los reclamos y que a través de distintas reuniones con su participación, de los padres, directivos, maestros del taller y demás docentes con el Ministerio de Educación, se logró la continuidad de la oferta educativa de distintos talleres que se podían (como lo hicieron siempre) desarrollar en las escuelas transferidas (ex Conet) ya que cuentan con el recurso humano, espacio físico, equipamiento, organización, etc.
La educación técnica es la base para la formación de miles de jóvenes que eligieron este camino para ingresar al mundo laboral. Para esto es necesario un proyecto de país, un proyecto regional que contemple su inserción. También se debería contar con organismos activos que contemplen la participación de niveles educativos, empresariales, políticos, gremiales y colegios profesionales para conformar y planificar entre todos, cómo y en qué educamos a nuestros estudiantes para lograr técnicos egresados comprometidos con la sociedad.
Es fundamental contar con escuelas equipadas, desde lo áulico hasta los talleres y laboratorios, con personal que reciba capacitación permanente y el compromiso de aplicar esos conocimientos en las instituciones, con directivos que trabajen en su gestión con equipos de conducción, con padres que colaboren con la escuela, con autoridades que apoyen a las escuelas con normas claras y en la obtención de recursos para poder funcionar mejor. Así podemos tener mayores posibilidades de mejorar la educación técnica.
Cabe destacar que en el conflicto con las escuelas técnicas tomadas fue necesario fundamentar los reclamos, sobre todo en el desarrollo de los distintos talleres. Estos planteos fueron escuchados desde las autoridades ministeriales y “se abrió una puerta” para lograr una solución.
Por último, no se debe olvidar que el técnico ayuda a la sociedad a mejorar la calidad de vida, es un baluarte en la cadena productiva y está preparado para ingresar a cursar estudios universitarios, como carreras de ingeniería. No seamos simples observadores de lo que pasa en la educación técnica, participemos, informémonos de su organización, contenidos y objetivos, para apoyar a todos los jóvenes que eligieron a estas escuelas para su formación profesional y personal.
(*) Director EET Nº 480