De interés para la industria

Glaciares patagónicos alojan cuatro especies de levaduras

(C) Inibioma/Conicet/ Comahue - Conicet Santa Fe- El Litoral

En los glaciares viven algas, hongos filamentosos y bacterias adaptados a las bajas temperaturas. Según Virginia de Garcia, becaria post doctoral del Conicet y autora principal del estudio, el objetivo del trabajo era conocer mejor la biodiversidad microbiana para identificar enzimas y proteínas para su uso industrial. “Las levaduras están adaptadas al frío y a -2 o -3º C tienen actividad metabólica. Producen proteínas anticongelantes u otras sustancias que liberan al medio y permiten la supervivencia de la comunidad de microorganismos que las rodea”, afirma la bióloga.

A diferencia de las proteínas y enzimas que sintetizan otros organismos, éstas actúan a bajas temperaturas y por ello podrían ser de interés para industrias como la alimentaria. De Garcia añade que, por caso, para producir leche deslactosada hay que calentarla, y así se pierden nutrientes y vitaminas. “Si logramos aislar una enzima que degrade la lactosa y sea activa a bajas temperaturas, se evita calentar la leche y se obtiene un producto con mayor calidad alimentaria”, expresa.

Otro ejemplo es el de la pectina, un tipo de azúcar presente en los jugos multifruta y que los espesa. Una enzima que la degradara a bajas temperaturas evitaría calentarla y que perdiera calidad y sabor.

Según Osvaldo Delgado, investigador del Conicet en Proimi/Conicet Tucumán, la importancia de estos hallazgos se relaciona con el estudio de las adaptaciones metabólicas de organismos extremófilos, “para buscar metabolitos de utilidad industrial como proteínas anticongelantes, lípidos o enzimas, por ejemplo”, dice. Las aplicaciones potenciales llegan a la farmacología, biología molecular y aun al control de los patógenos de la fruta que se conserva en cámara fría.

Ambientes supercongelados

Los científicos trabajaron en el Perito Moreno (Santa Cruz) y en el Frías (Río Negro), donde hallaron 16 géneros y 44 especies de levaduras de las cuales cerca del 40% podrían ser especies nuevas y cuatro ya fueron descriptas.

Según Delgado, la ventaja de estudiar estos ambientes reside en que en Sudamérica los glaciares no están contaminados. En el hielo existen microcanales por donde el agua líquida fluye a -2 o -3º C. El estado se conoce como supercongelado y es el ambiente de estas levaduras. Además, el hielo las preserva y pueden vivir mucho más que las de ambientes cálidos.

Se obtuvieron 153 tipos de levaduras adaptadas a bajas temperaturas: el 75% crece en el rango entre 5 y 25º C, y el 25% restante no crece por sobre los 15º C. Empero, el grupo de las primeras también tiene actividad a temperaturas bajo cero. Los investigadores analizaron las enzimas y proteínas producidas por las levaduras, así como su material genético para armar un mapa de taxonomía, filogenia y evolución. Si se supiera que un grupo taxonómico produce ciertas enzimas, se podría buscar entre las especies locales alguna levadura de esa familia para obtener enzimas de interés.

Por Ana Belluscio -Prensa/Dirección de Comunicación (Conicet Bs. As.). Adaptó: Lic. Enrique A. Rabe (ÁCS/Conicet Santa Fe).

Glaciares patagónicos alojan cuatro especies de levaduras

Glaciar Perito Moreno. El estudio de la biodiversidad microbiana en el hielo podría conducir al desarrollo de nuevos productos tecnológicos.

Foto: Archivo El Litoral