Al margen de la crónica

Robin Hood paraguayo

Un empleado de una empresa de seguridad que desapareció con casi medio millón de dólares y 30 horas después se entregó a la Policía paraguaya, con apenas 200 dólares en el bolsillo, dice haber repartido el “botín” entre los pobres.

“Robé al ladrón”, declaró el chófer Carlos González poco después de entregarse a la Policía paraguaya, que lo buscaba desde que escapó con el furgón de caudales que manejaba.

Mientras tanto, el asesor jurídico de la empresa, José Domingo Almada, declaró que se trata de una “estrategia defensiva” obvia el pretender “erigirse en un Robin Hood moderno” que “en nada lo exime” de su responsabilidad en los delitos por los que la empresa ya ha presentado una denuncia penal.

González, que trabajaba en la empresa de transporte de caudales Prosegur desde hacía apenas un año, se personó en una comisaría de Villa Elisa (afueras de Asunción) bien vestido con la “ropita” que, según declaró, se había comprado con parte del dinero robado.

De acuerdo con su versión, se llevó “solamente” una bolsa con unos 150.000 dólares aunque según dijo podía haber sustraído todo el dinero que había en el furgón, que dejó abandonado y con el motor en marcha cerca de una terminal de autobuses el mismo martes.

Después buscó a su hermano y a su padre, pero no encontró a ninguno de los dos y comenzó su periplo en taxi para repartir el “botín”, según su relato a varias emisoras de radio asuncenas, desde la misma instancia policial.

Del bullicioso Mercado 4 asunceno se desplazó por Ypané, Capiatá, y San Lorenzo repartiendo fardos de 5, 10 o 15 millones de guaraníes y se quedó para sí el equivalente a 200 dólares, antes de entregarse para no hacer sufrir más a su esposa, explicó.

La empresa Prosegur desmintió a González tanto en lo que se refiere a las condiciones laborales, según el ladrón confeso “inhumanas”, como en lo que atañe a la cantidad de dinero que robó.

Almada aseguró en el furgón abandonado se hallaron algo más de 1,1 millones de dólares y que se pudo verificar documentalmente “que el importe faltante llega sin lugar a dudas a 470.000 dólares”.

González fue denunciado por hurto agravado y lesión de confianza, delitos por los que, según Almada, puede ser condenado hasta a diez años de cárcel.

En una entrevista que le hizo ya detenido Radio Ñandutí, González afirmó que la empresa no paga a sus trabajadores “lo que corresponde” y les hace trabajar más de 12 horas -a veces hasta 18, dijo- por un salario de 630 dólares.

“Ellos nos roban a nosotros. Trabajamos día y noche, prácticamente no tenemos tiempo de descansar. De la cama al trabajo, esa es nuestra vida”, se lamentó y alentó a sus compañeros “a que se manifiesten y sus derechos sean escuchados”.

No es el primer caso de un empleado de Prosegur-Paraguay que se da a la fuga con una buena suma: desde 2009 está fugado el ladrón de un millón de dólares que robó de un blindado en Ciudad del Este.

Y hace una década fueron 16 millones de dólares los sustraídos -y nunca recuperados- en otro robo en pleno traslado de caudales de un furgón a un avión en el aeropuerto de Asunción.