Unión y otro arbitraje que dio que hablar...

Ceballos llevó la pala pero no es el que cava la fosa

Arreciaron las críticas por dos jugadas polémicas, pero está claro que los fantasmas de Unión no se visten de negro y que él mismo es el gran responsable y artífice de su destino.

Zona liberada

El mediocampo fue un lugar de tránsito rápido por parte de ambos, en un partido que fue de ida y vuelta. Sin embargo, el dominio del balón fue en la mayoría del tiempo para San Martín, que de esta manera superó en ese sector al rojiblanco, chocando con una buena labor de la defensa tatengue. Eso, claro, hasta los polémicos goles y el fastidio que acarrearon en la visita. Foto: Télam

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a San Juan)

Convengamos algo de arranque: un equipo que sólo ganó dos partidos sobre 30, que no pudo hacerlo todavía como local, que es el que menos ganó en la temporada y que estuvo los 19 partidos del torneo Inicial sin conseguir un solo triunfo, se termina yendo al descenso por culpa propia y no porque haya una “mano negra” o algo raro. El único fantasma de Unión es el propio Unión, eso está absolutamente claro. No son los árbitros, ni la AFA, ni Grondona ni nadie más que Unión, artífice excluyente de su propio destino.

Hecha la necesaria aclaración, también es justo decir que la derrota de anoche fue polémica, que al equipo lo “sacaron” un par de fallos arbitrales que -sobre todo el del inicio del segundo gol- lo perjudicaron y provocaron un quiebre para un partido que, hasta el gol del empate de Riaño, Unión lo estaba ganando sin jugar para nada bien pero aguantando hasta con sobrada solvencia en su sector defensivo.

Desde el primer gol de Riaño -quien le dio a San Martín la dosis de contundencia que le estaba faltando hasta su ingreso- hasta el final del partido, Unión se descontroló. Esa estantería que había armado con cierta solidez por el buen rendimiento de la línea de cuatro (sobre todo de Correa), se cayó en cuestión de minutos. Y además de terminar con dos jugadores menos el partido de anoche, perdió a cuatro para el que viene ante Belgrano. Un despropósito total, fiel reflejo de la desesperación por lo que se entendió como un verdadero despojo, sumado a la ya casi nula posibilidad de salvar una categoría que Unión rifó con una producción en puntos inédita.

Antes de llegar a ese momento fatídico del minuto 31 del segundo tiempo, cuando Riaño marcó el primero de los dos goles que dieron vuelta el resultado a favor de los sanjuaninos, Unión tuvo un arranque promisorio y una continuidad en la que, con orden y concentración defensiva, consiguió mantener el resultado. Ocurre que este equipo tiene, como único libreto, el de ir al frente aún con sus carencias y limitaciones que siempre las tuvo por más que haya habido partidos en los cuáles dejó una imagen más convincente. Este equipo no conoce otra postura estratégica que la de atacar, porque ganando como lo hacía Unión, cualquier otro equipo habría frenado el trámite y lo hubiese trabajado con mayor tenencia de pelota y sin cambiar ataque por ataque como lo hizo Unión durante buena parte del encuentro.

Si las necesidades de Unión obligaban a buscar los tres puntos, las de San Martín no eran para nada diferentes. Así se armó un partido interesante y abierto. El mediocampo no tenía aduanas por ninguno de los dos lados. Affranchino y Bustos cumplían la función de Bruna y Sarmiento. Y así como Unión atacaba con un enganche y tres delanteros,

La garra charrúa

La imagen es un resumen del muy buen trabajo de Nicolás Correa: empujado por un rival, así y todo pone y gana arriba. El uruguayo fue la figura de Unión y el líder de una defensa que se fue haciendo sólida con el transcurrir del partido, aunque luego se descontroló con los fallos del árbitro.

Foto: Gentileza Diario El Zonda de San Juan

Sólo el sacrificio del “Morocho” Pablo Magnín las corrió todas y peleó con la defensa rival, pero no logró ganar ni una única vez en el área, lugar donde se le pide que marque diferencia, al ser el “9” del equipo. Foto: Télam

(viene de pág 6)

San Martín abría la cancha con dos sociedades interesantes que formaban el lateral y el volante de cada costado. Así, la dupla Luna-Más le llevó más de un dolor de cabeza a Santiago Zurbriggen, quien no era titular en el torneo local desde aquella recordada goleada ante Boca en la Bombonera. Sin embargo, Zurbriggen se las ingenió para impedir que ese circuito prosperara, algo que se vio con mayor firmeza en el segundo tiempo.

Unión se fue afirmando del medio hacia atrás en la misma medida en que San Martín encontraba espacios para dominar territorialmente y manejar la pelota. Pero San Martín no tenía profundidad, no encontraba ese golpe certero que permitiera empatar el partido. Y a todo esto, Unión tampoco tenía precisión para capitalizar el contragolpe. Hasta que entró Riaño y en cuatro minutos dio vuelta la historia con la “eficiente” colaboración de un Ceballos que se equivocó y perjudicó al equipo de Sava.

Es posible que en el balance final haya existido un margen a favor de San Martín. También es posible que Unión haya perdido el partido porque no supo manejar la pelota, porque se la regaló en demasía al rival y porque sólo la defensa y hasta ese fatídico minuto 31 del segundo tiempo, tuvo una respuesta acorde a las exigencias del partido. Unión no se va a ir al descenso porque lo perjudicaron los árbitros o porque hay una campaña en su contra. Unión se irá al descenso porque la campaña es malísima y porque apenas le queda la convicción no exenta de desmedida confianza para salir a jugar de igual a igual en todas las canchas, pensando con exclusividad en el arco de enfrente y asumiendo riesgos que a veces no condicen con la indiscutible limitación de jerarquía que tiene este plantel.

Esa desmedida confianza es la que lo lleva a Unión a ir al frente, a conseguir un gol y a no poder sostener la ventaja. Este equipo no conoce otro libreto que el de ir al frente. Y a veces es necesario poner un poco de freno, enfriar el trámite de un partido y defenderse un poco más con la pelota. Hoy, a la luz de lo que este Unión ha mostrado en 30 fechas, pedirle que haga lo que se le reclama es casi un imposible. No sabe, no quiere o directamente no puede. Es parte de lo mucho que le falta a este equipo. Y es la causa por la que está donde está.