Dibujos de Botero en el Nacional de Bellas Artes

Dibujos de Botero en el Nacional de Bellas Artes
 

Hasta el 30 de junio, el Museo Nacional de Bellas Artes exhibe un conjunto de 50 dibujos de la colección personal del gran artista Fernando Botero. Una ocasión para acercarse a la obra de este “colombiano universal”.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS (*). FOTOS télam y el litoral.

En plena recoleta porteña, el Museo Nacional de Bellas Artes presenta la exposición “Botero, dibujos en tela y en papel”, unas 50 piezas de la colección personal del artista colombiano nacido en Medellín en 1932 y famoso por sus figuras con redondeces, a mitad de camino entre el costumbrismo y el realismo mágico.

En estas obras -realizadas entre 1973 y 2011- Botero utiliza acuarela, lápiz, pastel, tinta y carbonilla sobre papel y sobre tela. Innova trabajando con sanguina sobre tela, una técnica poco utilizada por los artistas, basada en una variedad de óxido férrico, y que requiere una destreza y maestría excepcionales.

La actual directora a cargo del Museo Nacional de Bellas Artes, Marcela Cardillo, se refirió a la satisfacción y el orgullo de recibir la exposición de este “colombiano universal y uno de los artistas latinoamericanos más reconocidos”.

“Son 50 obras que, una a una, Fernando va seleccionando en los distintos momentos de sus creaciones y las va guardando. Son suyas, no se venden. Y es la primera vez que se hace una exposición tan completa de Botero”, aseguró la curadora Teresa Anchorena, en el Pabellón de Exposiciones Temporarias.

Con esta exposición, la obra de Fernando Botero se presenta por tercera vez en el MNBA. En el año 1994 se exhibió Botero en Buenos Aires y en el 2006 El Dolor de Colombia en los ojos de Botero, imágenes inspiradas en el tema de la violencia en su país natal y que el artista donó al Museo Nacional de Colombia.

Botero reflexiona con respecto a su propia obra diciendo: “Mi color no se asemeja al violento y caótico de mi país. Me gusta la luz de París, mis colores son italianos, una de mis referencias constantes es Piero de la Francesca. Amo el siglo XV italiano”. Sin embargo, no produce una ruptura con su Colombia natal ya que, como él reconoce, tiene con América Latina una profunda relación platónica.

Como se dijo, en estas obras se destaca trabajando sobre tela y papel. Al respecto, el profesor Ángel Navarro, refiriéndose a la importancia de este soporte, señala que históricamente el papel ha sido el gran compañero de los artistas. Recurren a él para esbozar la primera idea de una obra, estudiarla en sus detalles específicos y determinar sus formas y aspectos especiales.

OBRAS CON VOLUMEN

El pintor y escultor, que en ocasión de exponer en el Museo de Artes de Bilbao sostuvo “yo no pinto gordas; no he pintado una gorda en mi vida. Lo que he hecho es expresar el volumen como parte de la sensualidad‘, cultiva un estilo plenamente figurativo y se caracteriza en lo plástico por cierto aire naïf y en lo temático por la representación de personas y animales siempre como figuras corpulentas.

A principios de los años ‘60 Fernando Botero se estableció en Nueva York, donde sus pinturas le granjearon una notable popularidad en el mercado artístico estadounidense. Entre sus obras más conocidas cabe destacar La alcoba nupcial, Mona Lisa a los doce años y El quite. Su traslado a París coincidió con sus primeros trabajos escultóricos, que compartían las características de su obra pictórica. Precisamente, algunas de sus esculturas realizadas en bronce, mármol y resina fundida pasaron a ser parte integrante del paisaje urbano de muchas ciudades.

‘Queremos que todo el país disfrute de la obra de un gran artista que con orgullo podemos decir que es latinoamericano, porque siendo mundialmente reconocido, Botero nunca se ha apartado de sus raíces‘, destacó Teresa de Anchorena.

Este genial artista -explica- irrumpió en el mundo del arte con una figuración realista que, aún desbordada en sus formas, plantaba su bandera en medio de un territorio dominado por la abstracción pictórica y el conceptualismo duro, característico de los años ‘60.

Botero retrata también la vida del pueblo y sus personajes, sus atuendos, la arquitectura, los hábitos y los rituales, “pero hay algo más en estas imágenes. En ellas laten las distintas fuerzas que hacen a la América Latina, hispana y arcaica, moderna y exuberante”. Esas formas redondeadas aluden además a “aquello de la abundancia y la fertilidad, y están ligadas a la abundancia espiritual, a la posibilidad de crear, de engendrar la magia, de liberar la potencialidad silenciosa que vive en todo ser humano”.

Fuentes: Museo Nacional de Bellas Artes (www.mnba.org.ar), Télam y El País.

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DÓNDE

Museo Nacional de Bellas Artes, Av. del Libertador 1473, Capital Federal. Pabellón de exposiciones temporarias.

CUÁNDO

La muestra estará abierta al público hasta el próximo 30 de junio en el horario de martes a viernes de 12.30 a 20.30, sábados y domingos de 9.30 a 20.30. La entrada es libre y gratuita.

VISITAS GUIADAS

De martes a domingos a las 18, excepto días feriados.