“La presidenta cometió una gaffe”, dijo el gobernador

Risas de Bonfatti por la supuesta filiación socialista de Fayt

 

 

Ayer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner atacó a uno de los miembros de la Corte Suprema de Justicia. Hoy el gobernador habló de sus polémicas expresiones.

De la redacción de El Litoral

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Con un típico gesto de interrogación en la mano, el gobernador Antonio Bonfatti -de una manera muy italiana- repreguntó: “¡¿Y cuándo gobernamos los socialistas?!”. El titular del Poder Ejecutivo Provincial se refería a las expresiones de la presidenta Cristina Fernández de Kircher, quien sostuvo que el ministro de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt “pertenece al Partido Socialista”.

“Me parece que la presidenta cometió una gaffe”, dijo el gobernador, mientras se retiraba de La Redonda (ver aparte). (La expresión francesa puede resumirse en términos más coloquiales como una ‘metida de pata’).

Ayer la mandataria buscó, mediante un juego de palabras, vincular al longevo juez con el más que centenario Partido Socialista. Esta mañana, Bonfatti no ocultó sus risas cuando los periodistas le trasladaron ese comentario.

En ese contexto, la presidenta citó la Constitución Argentina al reclamar al ministro Fayt que deje la Corte por haber superado los 75 años, invocando una cláusula constitucional de 1994 que el Alto Tribunal consideró inaplicable para los jueces que hubiesen jurado antes de su dictado.

Delitos federales

Tras hablar sobre los operativos contra el narcotráfico y las críticas que recibió del defensor general de la provincia, Gabriel Ganón, Bonfatti dijo ante una pregunta: “yo no diría que el gobierno nacional le soltó la mano a la provincia en materia de lucha contra al narcotráfico, sino que le soltó la mano al país... Basta con ver con lo que ocurre en las fronteras, donde se ha probado en programas de investigación periodística que se puede entrar y salir del país sin documentos, con chicos, y la verdad que me sorprende. Es al país que se le ha soltado la mano, estamos en una situación compleja”, subrayó.

“Somos los que hemos descubierto a los malos policías, y que hemos podido detener a personajes que, en 14 años de ser conocidos por la sociedad por sus actividades ilícitas, jamás la justicia federal hizo nada para detenerlos”, dijo Bonfatti para defender su gestión.

Luego, razonó: “como dicen que el narcotráfico es un delito federal y como efectivamente es un delito federal, sería muy bueno que la justicia federal y todos los actores federales intervengan para que se termine con esos delitos”.

Respecto de la vinculación entre policías que fueron ascendidos por su gestión y luego separados de sus cargos por funcionarios al encontrar alguna irregularidad, un periodista disparó: “¿no tiene la sensación de que están durmiendo con el enemigo?”. El gobernador respondió: “no dormimos con nadie y cuando descubrimos a alguien que comente un delito ahí están el buen policía, nuestros funcionarios y la justicia para actuar en consecuencia”.

El dato

Aguinaldo

El gobernador Bonfatti dispuso hoy que los activos del sector público percibirán el medio aguinaldo el próximo día 18, en tanto que los pasivos lo harán al día siguiente.

/// análisis

Uso y abuso de la conchudez

Benicio Rodríguez Shell

Días atrás, el sorpresivo empleo de un vocablo produjo una pequeña tormenta política en el tenso escenario preelectoral. Mario Barletta, presidente del comité nacional de la Unión Cívica Radical, dijo que Dante Caputo -el ex canciller del gobierno de Raúl Alfonsín y hasta hace pocos días nombre propuesto para integrar la lista de candidatos a diputados nacionales por el FAP en la provincia de Buenos Aires- era un conchudo. Y como si se tratara de una palabra mágica, tuvo efecto inmediato: Caputo, indignado, renunció a su candidatura.

Mientras tanto, la polémica suscitada por el uso de esa palabra de connotaciones descalificadoras, se multiplicó en los medios de comunicación. Barletta se defendió diciendo con la había usado en su única acepción positiva, que se relaciona con la astucia y la inteligencia. Y explicó que así lo había aprendido de una tía suya que era profesora de Literatura.

Por cierto que su defensa linguística no convenció a nadie, aunque se debe reconocer que la sonora palabra cumplió con creces el objetivo de quien la pronunció. Lo que sin embargo Barletta no calibró del todo fue la furiosa reacción de Hermes Binner, cabeza de la lista de candidatos a diputados nacionales en la provincia de Santa Fe por el Frente Cívico y Social, lista que él integra en segundo término. Es que la principal figura del FAP a nivel nacional no soportó que Barletta se entrometiera en el armado de la nómina bonaerense. Y lo expresó sin tapujos a la prensa. El tiempo dirá cómo impactará en el futuro esta desavenencia que reedita anteriores desencuentros.

Entre tanto, cabe señalar que no es la primera vez que en Santa Fe se utiliza la palabra conchudo con doble intención. Según memoriosos del foro local, el primer hecho ocurrió en los Tribunales de Santa Fe hace siete u ocho décadas cuando un abogado, harto de la actuación de un juez en determinado expediente, incluyó en un escrito el calificativo conchudo en referencia al magistrado. Éste reaccionó con inocultable enojo y le aplicó un apercibimiento por la falta de respeto, pero el letrado recurrió la medida aduciendo que el vocablo en cuestión había tenido un sentido elogioso, afirmación que respaldó con la prueba de un diccionario. La consecuencia fue que el apercibimiento quedó sin efecto.

Muchos años después el episodio se repitió con otro abogado -que de seguro conocía el antecedente- y otro juez. Pero esta vez las cosas terminaron mal para el abogado, que fue penalizado. ¿Qué ocurrió? Que el letrado se pasó de vivo y entrecomilló el vocablo, acción que cargó al escrito con innegable intencionalidad. Las comillas dieron por tierra con la supuesta ambigüedad del término, fundada en acepciones contrastantes, y por lo tanto se desactivó la coartada del supuesto elogio dejando a la vista el propósito de menoscabo que expresan la mayoría de las acepciones: descarado, desfachatado, terco, aprovechado, insaciable...y otras lindezas por el estilo. De modo que quien lo use en el futuro deberá cuidarse de no caer en un exceso de conchudez -de la buena acepción- que termine dejando el argumento a la intemperie de una opinión pública que sólo le da crédito a las acepciones negativas.