Investigación de la UNL

Un informe académico ratifica la imagen negativa sobre la Policía

Se trata de la segunda parte de la Encuesta sobre Delito, Sensación de Inseguridad y Sistema Penal. Según el trabajo, las opiniones negativas aumentaron respecto del relevamiento realizado en 2008. Los más críticos son los distritos del norte.

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Tanto el desempeño policial como la frecuencia del patrullaje fueron evaluados negativamente por la mayoría de los santafesinos.

Foto: Archivo El Litoral

 

De la redacción de El Litoral

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La mayoría de los santafesinos tiene una imagen negativa de las fuerzas policiales y del trabajo que ellas realizan. Los datos surgen del segundo informe correspondiente a la Encuesta sobre Delito, Sensación de Inseguridad y Sistema Penal que realizó el Programa de Extensión Delito y Sociedad de la Facultad de Ciencias Jurídicas Sociales de la UNL, y que dirige Máximo Sozzo.

El objetivo de esta faceta del trabajo fue reconstruir la imagen que los ciudadanos tienen de la Policía y los niveles de confianza que depositan en su actividad. En las conclusiones, se advierte que existe “una fuerte presencia de opiniones que podemos considerar de carácter negativo porque dicen que la Policía hace un mal trabajo o un trabajo pésimo”.

Entre las consignas y con el propósito de obtener una valoración concreta del trabajo policial según su desempeño en la vida cotidiana, el cuestionario pedía a los entrevistados que calificaran la actuación de la Policía según el control del delito en su propio barrio. Allí, la mitad de los entrevistados definió este tipo de actuación como “regular”. Un cuarto de los encuestados la calificó como “mala” o “pésima”, y menos de un quinto afirmó que la Policía realizaba acciones de control del delito “muy buenas o buenas”.

En otra instancia, la consulta giró hacia un aspecto más abstracto e indagó sobre la actuación de la Policía en la ciudad. Allí, la mitad de los entrevistados la definió como “regular” y un poco más de dos de cada diez como “mala o pésima”. Las opiniones fueron similares a las de la evaluación de la Policía en el barrio.

Geográficamente

La evaluación del patrullaje policial también fue valorada negativamente por los ciudadanos. Según la encuesta, entre 2007 y 2011, el porcentaje de respuestas de que la patrulla policial “pasa todos los días” cayó del 31% al 23%. Además, se registró un aumento en ese período de 17% a 25% de personas que afirmaron que los policías “no pasan nunca por la puerta de su casa”. Ambos cambios pueden interpretarse en sentido negativo.

La encuesta se realizó durante el año 2012 en los ocho distritos municipales, con una muestra representativa de 2.800 hogares. En cuanto a la distribución territorial, las respuestas negativas se dan en general en todo el territorio, pero se acentúan en los distritos Noroeste, Norte y Noreste, donde los habitantes se muestran muy críticos respecto de la frecuencia con que pasan los policías, y plantean la necesidad de aumentar el patrullaje y las acciones de control del delito.

En el Distrito Este, según el informe, “se muestra una importante difusión de opiniones negativas con respecto a la necesidad de aumentar la frecuencia del patrullaje policial; en el Suroeste hay niveles considerables de crítica del control del delito en el barrio y la frecuencia del patrullaje, mientras que en el Distrito Centro las opiniones negativas están contenidas”. Es allí donde se concentra “una pluralidad de servicios policiales”, advierte el propio informe.

Mala experiencia

La encuesta también preguntó si la persona entrevistada tuvo un contacto durante el año anterior con un policía, entendiendo ese contacto en sentido amplio. Al respecto, Augusto Montero, integrante del equipo de trabajo, sostuvo que “aproximadamente uno de cada cuatro entrevistados tuvo al menos un contacto con el servicio policial durante el año 2011; un dato relevante porque se trata de una porción significativa, aunque con un descenso importante con relación a lo que relevamos en el año 2007, donde el 34% de los ciudadanos había tenido un contacto”, destacó.

Respecto de 2007, se incrementaron los contactos iniciados por funcionarios policiales, que pasaron del 14% al 20%. El dato fue considerado significativo por los investigadores dado que los contactos iniciados por funcionarios policiales generaron niveles más elevados de insatisfacción que los iniciados por ciudadanos. Entre las razones que motivaron ese acercamiento por parte de policías, la mayoría fue para solicitar documentación personal o de un vehículo (dos de cada diez), y en proporciones similares para detener por averiguación de identidad o para investigar a la persona como sospechosa de un delito. Esos acercamientos iniciados por los policías se registraron en mayor proporción en el Distrito Noroeste.

Por otra parte, a todos los ciudadanos que tuvieron contactos se les pidió que evaluaran el desempeño policial en esa acción. “Cerca de la mitad de los ciudadanos, dijeron que el contacto fue satisfactorio o muy satisfactorio; y la otra mitad respondió que el desempeño policial fue poco satisfactorio o insatisfactorio”, dijo Montero. Con respecto a los datos obtenidos en 2007, señaló que disminuyeron los niveles de satisfacción, y aumentaron los de insatisfacción, que eran del 60% y el 30% respectivamente. Los indicadores más críticos se registraron en los Distritos Suroeste, Noroeste y La Costa.

El dato

Aún peor

Respecto de la encuesta anterior realizada en 2008, las valoraciones positivas sobre la policía disminuyeron “considerablemente” del 26,3 por ciento al 17,8%. También se redujeron las negativas, aunque en menor proporción, y pasaron del 28,1 al 22,6 por ciento. Aumentaron significativamente las opiniones que juzgan el trabajo policial como “regular”: de 38,1% en 2008 pasó a 51,5 en 2012.

La clave

¿Municipalizar?

Recogiendo un aspecto del debate público, la encuesta incluyó un interrogante respecto de en cuánto influiría en la práctica la municipalización de la policía. Según las respuestas, cuatro de cada diez entrevistados opinaron que esta opción “no acarrearía una modificación de la situación actual”. Dos de cada diez fueron optimistas sobre dicha alternativa, y el 8% consideró que directamente sería una opción que empeoraría las cosas.