Coros Universitarios

Un encuentro para recordar

Francisco Maragno

La memoria es la presencia del tiempo transcurrido que, de alguna manera, ha marcado nuestras vidas; es el pasado que mantiene su vigencia y, en cierta medida, condiciona nuestro devenir. Recordar y registrar las experiencias no tiene un simple valor evocativo sino que representa una compleja vivencia que se instala con fuerza en nuestro ser.

La vida nos depara todo tipo de experiencias en distintas áreas y, si tenemos un buen mecanismo perceptivo, las emociones nos enriquecen y hacen que nuestra humanidad muestre su mejor perfil. Así, vale la pena reconocer que la experiencia artística cala hondo en nuestra naturaleza y creo que vale la paráfrasis de la fórmula cartesiana: siento, luego existo.

Precisamente de eso trata el título de esta breve nota que refiere puntualmente al Encuentro de Coros Universitarios que se desarrolló durante el 30 y 3l de agosto en el Paraninfo de la Universidad Nacional del Litoral.

Desde el diario El Litoral me pidieron que redactara una nota al respecto y no pude negarme por varios motivos: primeramente porque no podía, ni debía dejar pasar un acontecimiento de esa magnitud que, aunque se cumple con una regularidad bianual, merecería una frecuencia mayor. Además, porque este encuentro tuvo un intenso y masivo nivel de participación que tampoco es muy frecuente y que, sorpresivamente, sobrepasó mis expectativas. Tampoco podía dejar de señalar no sólo la calificación de los grupos participantes sino la oferta de un repertorio que podrá interesar o gustar más o menos: no hizo concesiones a las “musiquetas” tipo supermarket que, con estupidizante retórica, invalidan el concepto de música popular que, en realidad, tiene el destino legítimo de expresar a las mayorías populares pulsando sus cuerdas más nobles.

Notables niveles

Si bien el hecho de haber participado activamente de los encuentros en su carácter de director del Coro de la Universidad Nacional de Rosario, me inhibe de juzgar a mis pares en el detalle de los repertorios ofrecidos y de sus desempeños interpretativos. No puedo dejar de señalar el notable nivel de recepción que obtuvieron los coros y que se tradujeron en masivos aplausos y manifestaciones de aprobación.

Los coros participantes que representaban a varias provincias argentinas fueron los siguientes: Coro de la Universidad Nacional del Litoral (director Jorge Céspedes); Ensamble Coral Universitario de la Universidad Nacional de Misiones (director Eduardo Chmilewski); Coro Universitario del Comahue (director Daniel Costanza); Coro de Cámara del Instituto Superior de Música de la UNL (director Cristian Gómez); Coro Polifónico de la Universidad de Rosario (director Francisco Maragno); Coro de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (director Santiago Serna).

Originalidad y buen gusto

En suma, este “Encuentro” fue una verdadera fiesta de la música coral, intensamente compartida entre intérpretes y audiencia. Cabe referir también el homenaje que se le brindó al compositor Eduardo Malachevsky de quien el Coro de la UNL ofreció algunas de sus composiciones signadas por la originalidad y el buen gusto.

Es dable destacar, además, que este notable acontecimiento artístico y cultural no habría sido posible sin la mediación de un alto nivel organizativo ofrecido con el auspicio de la UNL y el empeño entusiasta y responsable de Jorge Céspedes y su equipo que se brindaron generosamente y lograron, en calidad de anfitriones, una atención que los coros supieron reconocer y agradecer sin reservas.

Cabría además alguna reflexión sobre la importancia de la información a través de los medios, en relación con este tipo de eventos. Consideramos que habría que replantear las líneas de muchos años atrás en que no se mezclaban géneros incompatibles, ni niveles contrastantes en el fárrago de la diversidad. Es necesario también señalar el equívoco que inspira a las autoridades del área que se comportan con criterios de viejas rutinas y brillan por su ausencia. No obstante, insistimos que los “Encuentros” fueron una fiesta inolvidable y aleccionadora. Ojalá, puedan repetirse con más frecuencia. Que así sea.