Llega la primavera: ¿sirven dietas restrictivas?

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La obesidad afecta a todos los sectores sociales, mujeres y varones, poblaciones adultas e infanto-juveniles. El autor asegura que no son las dietas sino los cambios en el estilo de vida los que nos garantizan un adecuado descenso de peso pero -sobre todas las cosas- sostenible en el tiempo.

TEXTOS. DR. CRISTIAN MEYER (ESPECIALISTA EN NUTRICIÓN Y DIABETES).

En esta época del año, las personas comienzan a preocuparse por su imagen y, en el afán de lograr un peso acorde a las ideales de bellezas existentes, realizan tratamientos que no son considerados óptimos para poder ser sustentados a largo plazo.

Debemos considerar que la obesidad es una enfermedad de alta prevalencia en un gran número de países desarrollados y en vías de desarrollo. Afecta a todos los sectores sociales, mujeres y varones, poblaciones adultas e infanto-juveniles. Por esto es que se habla de “epidemia global, la gran epidemia del siglo XXI”. Se estima que en la población mundial actual casi 500 millones de personas tienen sobrepeso o son obesas.

La misma trae aparejada un sin número de complicaciones como diabetes Mellitus tipo II, hipertensión arterial, dislipemia, enfermedad cardiovascular, enfermedades neoplásicas, óseas y articulares.

En cuanto al tratamiento podemos afirmar que no son las dietas sino los cambios en el estilo de vida los que nos garantizan un adecuado descenso de peso, pero -sobre todas las cosas- sostenible en el tiempo.

Las dietas restrictivas no funcionan para este tipo de pérdida. Lo único que logramos con estas “dietas de hambre” es incurrir en conductas dietantes, que en los últimos años han aumentado en forma considerable.

¿Qué son las dietas restrictivas? Son aquellas que reducen considerablemente el aporte calórico diario y eliminan el consumo de determinados alimentos. Toda aquella dieta que prohiba una gran cantidad de alimentos naturales es una dieta restrictiva. No hace nada más que alejarse de un modelo de alimentación equilibrada, y “mal educa” a toda aquella persona que desea adelgazar, retrasando la solución de su problema.

Así, el primer resultado de las mismas es el inicio de una alimentación desequilibrada, que debe ser suplementada con polivitamínicos para cubrir las necesidades nutricionales básicas, además de perjudicar y hacer difícil una reeducación alimentaria para una pérdida racional de peso. Con este tipo de dietas no se busca un cambio en el estilo de vida sino que se persiguen sólo resultados. A través de ellas es como nos vamos transformando en dietantes crónicos.

DIETANTES CRÓNICOS

¿A quiénes se denomina dietantes crónicos? A aquellas personas que viven eternamente a dieta con el objetivo de bajar de peso. Dietar es su vida, su modo de funcionar, de vivir, de pensar su mundo; es parte de su identidad.

Numerosos estudios han demostrado que el sólo hecho de pensar en hacer una dieta puede disparar en la persona un descontrol en su alimentación porque sabe que debe someterse a una restricción de comida y placer en el futuro.

Una vez que inicia este tipo de dieta, la persona se torna irritable, asténica y a veces depresiva. Esto es porque la privación de alimento implica un estrés para el organismo, el que la percibe como una amenaza a su equilibrio.

No debemos olvidarnos que tenemos un cuerpo diseñado hace más de 10 millones de años atrás. El ser humano tuvo que desarrollar mecanismos de adaptación para poder sobrevivir a las épocas de hambruna. En un mundo moderno, signado por la “abundancia”, ese cuerpo -ante las dietas restrictivas- pone en marcha esos mecanismos haciendo imposible sostener este tipo de dietas a largo plazo.

Esto nos lleva a entrar en un círculo vicioso de deseo de adelgazar -dietas de hambre, descontrol alimentario-, rebote de peso, dando lugar al famoso “efecto yo-yo” de pérdida y aumento de grasa corporal, lo cual no es recomendable desde el punto de vista orgánico como metabólico. Estas dietas restrictivas conforman el mayor predictor de descontrol alimentario y aumento de peso a corto plazo.

ESTILO DE VIDA

Para poder controlar el exceso de peso no se trata de “hacer dietas” sino de “lograr cambios” en el estilo de vida, que nos permitan crear hábitos saludables relacionados con:

1- Una alimentación saludable, equilibrada, acorde a las necesidades relacionadas con cada etapa de la vida.

2- Una adecuada actividad física.

3- La organización personal de tareas, trabajo, familia, etc..

El tratamiento adecuado de enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad debe ser conducido por un equipo multidisciplinario, donde exista una interacción entre dos expertos: por un lado, el equipo de profesionales aportando sus conocimientos clínicos, nutricionales, endocrinológicos, psicológicos y, por el otro, el paciente, que es el único experto en sí mismo.

Es él quien conoce sus debilidades y fortalezas. Juntos facilitarán los cambios necesarios para modificar el estilo de vida y lograr el descenso de peso esperado y así evitar o minimizar las patologías relacionadas con la misma.