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“Las otras”

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Por Carlos Bernatek

Los nueve cuentos que integran Las otras, el libro de Carolina Bruck (La Plata) publicado por Adriana Hidalgo, tienen la infrecuente virtud para el género de la unidad conceptual. Considerando las fronteras cada vez más lábiles que desarrolla la narrativa contemporánea, este hecho, lejos de enturbiar, expande las posibilidades expresivas de la ficción. Sin embargo, y no por ello, los textos mantienen una maqueta lejana de la experimentación. El trabajo estructural del libro, concebido como un universo, resulta continente de cada una de sus piezas. En su segundo libro (el primero, Fast food, ganador del concurso Macedonio Fernández 2008, no llegó a distribuirse en librerías), Carolina Bruck centra el eje en una serie de personajes femeninos diversos y precisos, ajustados en sus alocuciones, a veces sorprendentes y otras de un verismo delicado que no excluye lo perverso de sus respectivos pequeños mundos. Es el tono modulado del relato el que sutiliza lo narrado, lo hace fluido y sonoro, pero sin estrépito, con el cuidado de la palabra delicada y punzante a la vez.

Ocho de los cuentos están en primera persona, quizá para guiarnos en el miniaturismo de sus disquisiciones cotidianas o trascendentes, desde ese lugar ambiguo del discurso interior, desde las certezas breves que invisten la duda existencial más profunda. Un único cuento en tercera persona y otro de narrador masculino no rompen la armonía interna de esa mirada serena, nunca forzada ni estentórea, que señala sutilmente las tormentas internas de estos atribulados personajes.

No falta la mención explícita a la genealogía literaria de la autora: Arlt, Borges, Cortázar son citados, por caso, sin infatuaciones, con el respetuoso reconocimiento de lector, más que la pretensión pedagógica o el señalamiento a los padres de la criatura.

También hallamos en Las otras sus respectivas marcas de época, pero no como ocurre demasiado a menudo, buscando complicidad generacional o pretendiendo asociar al lector con un guiño generacional. Están ahí, le pertenecen ¿por qué negarlas?

La excelente portada de Gabriela Di Giuseppe, sobre maqueta de Eduardo Stupía, repite la acostumbrada calidad de presentación de los libros del sello. La certera reflexión de Juan Villoro en la contratapa quizá sintetice con precisión el espíritu que anima a Las otras: “Estos cuentos demuestran que no hay nada más enrarecido que lo cotidiano. La existencia carece de plan maestro, pero ciertos detalles permiten entenderla”.

Las otras recibió el primer premio del concurso Eugenio Cambaceres 2012 de la Biblioteca Nacional y el Museo del libro y la lengua, por parte de un jurado integrado por Luis Gusmán, Luis Chitarroni y Hernán Ronsino. Un dato no menor para destacar es que en un certamen de narrativa en su más amplio espectro, un libro de cuentos se ha impuesto sobre novelas y nouvelles, contrariando cierto prejuicio que señala con anteojeras a lo que constituye “gran literatura”. Otro dato para considerar: el segundo premio también fue para un libro de cuentos titulado El lugar de las despedidas de Mauricio Koch.