Tribuna política

Estatuto del Docente Municipal: una reforma necesaria pero arbitraria

po Silvina Frana (*)

Semanas atrás se anunció la aprobación del Estatuto del Docente Municipal sin quedar plasmado -desde el aparato publicitario del municipio- el debate que se generó en el Concejo y que desnudó las falencias de esta norma que perjudican claramente al Liceo Municipal. Esto y otras causas motivaron que el bloque del PJ integrado por Sebastián Pignata, Juan José Saleme, Ignacio Martínez Kerz, y quien suscribe, hayamos presentado un dictamen de minoría.

La comunidad educativa del Liceo Municipal Antonio Fuentes de Arco de nuestra ciudad lucha desde hace algunos años para que se reforme su Estatuto, que ha quedado desactualizado luego de transcurridos 86 años desde su creación por la Ordenanza Nº 8040 de 1928.

Haciendo memoria de este reclamo por mejorar el Estatuto, cabe recordar que en 2005 -tras un debate organizado- se constituyó una comisión formada por cuatro docentes especializados en el tema y elegidos democráticamente, cuyo fruto fue la redacción de un nuevo documento que, por motivos que se desconocen, no fue tenido en cuenta en esta reforma.

En 2012, el Poder Ejecutivo Municipal conformó una comisión para trabajar en la reforma de la ordenanza, la cual incluiría un representante del Ejecutivo, uno por parte del gremio, el director ejecutivo del Programa de Articulación Académico-Administrativa del Liceo Municipal, y un docente en representación de sus pares. Pero estos últimos no fueron convocados.

Este año, alumnos y docentes de la institución se sorprendieron al recibir una copia de la reforma de la ordenanza que presentó el D.E.M. en la que se otorgan potestades y atribuciones ilimitadas al Ejecutivo Municipal para tomar decisiones respecto de la gestión del Liceo.

El pasado 15 de mayo, el Concejo aprobó sin el voto del bloque justicialista- el Estatuto, por el cual -entre otras cosas- se eliminan las figuras del director y vicedirector del Agrupamiento Docente del Liceo. El cuerpo directivo de cada escuela quedaría integrado por un director (que sustituye al regente) y jefes de Área, eliminando la figura de responsabilidad académica que coordine todas las áreas, desarticulando y fragmentando de esta manera la estructura organizacional-administrativa del Liceo Municipal; quedando sujeto sólo a decisiones políticas.

El bloque del justicialismo no se limitó a no votar la reforma sino que realizó propuestas a través de un dictamen de minoría en el que se presentó un esquema superador sugiriendo que se conforme un Consejo Consultivo en reemplazo de las figuras que se eliminan e integrando a los sectores involucrados activamente en la vida institucional del Liceo (docente, alumnos, no docentes).

Otro aspecto que se observó es el rasgo de autoritarismo en el planteo de un esquema de concurso que deja librada la reglamentación a la voluntad del intendente, sin que queden plasmados con precisión los requisitos para participar, la integración de la junta de escalafonamiento, el procedimiento evaluativo y las calificaciones. Estas observaciones no fueron sólo eso, sino que merecieron una propuesta acorde a las peticiones de los docentes. Además, el dictamen aprobado omite reglas claras para el traslado de los docentes dentro de las dependencias educativas.

Desde el bloque de concejales justicialistas presentamos un dictamen que contemplaba todas estas carencias que señalábamos, y aunque reconocemos que algunas observaciones fueron incorporadas, luego de un acalorado debate, se impuso la mayoría oficialista en el Concejo, aprobando finalmente la ordenanza que elaboró el municipio.

Lamentamos la forma en que se dio esta reforma de la ordenanza, absolutamente necesaria pero decididamente inconsulta respecto de docentes y alumnos del Liceo, autoritaria por parte del Ejecutivo Municipal y agresiva -con insultos y agravios desde las barras públicas del recinto- hacia mi persona.

Esta forma de solución de conflictos a problemas históricos como el que se expone -que ameritan cambios positivos con la participación de todos los sectores involucrados-, no hace más que profundizar las diferencias y agudizar la desconfianza y las sospechas de que detrás de esta forma subyacen intereses mezquinos que flaco favor le hacen a la calidad institucional y a la política como verdadera herramienta de construcción colectiva.

(*) Concejala de Santa Fe (PJ)

Lamentamos la forma en que se dio esta reforma de la ordenanza, absolutamente necesaria pero decididamente inconsulta respecto de docentes y alumnos del Liceo.