Mañana se presentará toda la labor institucional

El Colegio Inmaculada abre sus brazos a la comunidad

• La entidad jesuita fortaleció el trabajo en servicio social. Los alumnos asisten a personas mayores, a pequeños de jardines y a alumnos de escuelas especiales. También, hacen intercambios culturales y deportivos.

De la Redacción de El Litoral

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“El aula que traspasa las paredes” es el eslogan que sintetiza el espíritu del Colegio de la Inmaculada Concepción. Esa frase implica que la institución jesuita ha consolidado como contenido curricular el trabajo en servicio social extramuros, de puertas abiertas y con la mirada puesta en el otro. Los alumnos de todos los niveles participan en proyectos de voluntariado que van desde la asistencia a pequeños de jardines de zonas carecientes y alumnos de escuelas especiales, hasta la contención a ancianos, entre otras acciones.

Los chicos trabajan en lo que se denomina Aprendizaje en Servicio, desde el nivel inicial hasta el secundario. También hay ex alumnos que se suman y siguen colaborando. Desde el Aprendizaje en Servicio (que se complementa con la materia Formación Religiosa) lo que se busca es acercarse a otras realidades. El trabajo en servicio es obligatorio de la currícula. “El objetivo institucional es que los chicos forjen valores que perduren toda la vida”, subrayó a El Litoral el rector del colegio, padre Leonardo Nardin.

“Realizamos actividades con niños de jardines carecientes o chicos ciegos e hipoacúsicos. Por ejemplo, a los alumnos de una escuela de Alto Verde les enseñamos a nadar, y asistimos a ancianos del hogar San Vicente de Paúl, con los que compartimos una merienda y charlamos con ellos, dándoles contención. Se trabaja también con el jardín La Esperanza, la Escuela Especial Monteagudo, entre otras entidades”, contaron Bautista Pappa, Santiago Solís, Pedro Dacunda (4º año) y Lucas Micocci (2º año).

Las vivencias

“El tomar contacto con otras realidades nos llena espiritualmente. Yo empecé a enseñarles natación a los chicos de Alto Verde. Con tan poco que di de mi parte, ellos se iban muy contentos y con una sonrisa de oreja a oreja. Eso fue muy gratificante”, contó Pappa.

Por su parte, Dacunda relató otra experiencia personal: “En el jardín La Esperanza me tocó trabajar con chicos con discapacidad. Si bien ellos están limitados en algunas de sus capacidades, es muy enriquecedor conocer el afecto que tienen, sus sentimientos”.

Los estudiantes coincidieron en algo: “Estas experiencias nos van formando como personas. Además de los contenidos curriculares que se aprenden, el servicio social nos sirve para vernos a nosotros mismos respecto de cómo debemos ser como personas, qué valores debemos tener formados, y cómo enfrentar al mundo universitario y luego, los desafíos de la adultez”.

Otras actividades

Los chicos del Inmaculada también realizan intercambios culturales con otros colegios jesuitas de Uruguay, Brasil y Paraguay. “Eso nos aporta mucha riqueza pedagógica y cultural. Conocemos otras labores institucionales, otras miradas del mundo y sentidos de solidaridad”, relataron los estudiantes.

Además de campamentos y retiros espirituales, participan de eventos deportivos. “En la Red Argentino-Uruguaya de Colegios Ignacianos se generan todos los encuentros deportivos. Hacemos rugby, fútbol, natación, básquet, handball y vóley. Más allá de apuntar a la salud gracias al deporte, estos intercambios ayudan a mejorar los vínculos entre nosotros como compañeros y con los chicos de Uruguay”, explicó Micocci.

El dato

Presentación

• Mañana, a las 20, en el museo del colegio, se hará una presentación de todo el trabajo institucional (en servicio pastoral y social, intercambios culturales y deportivos, etc.) que realiza el Colegio Inmaculada. La exposición estará a cargo de los propios alumnos, y también se mostrarán registros fotográficos de las actividades desarrolladas. La invitación es para toda la comunidad.

" El Colegio Inmaculada, con cuatro siglos de trayectoria, lleva constantemente a sus alumnos a tener experiencias directas con la realidad, para formar corazones compasivos y mentes competentes y comprometidas".

Padre Leonardo Nardin

Rector del Colegio Inmaculada