Mirada desde el sur

“Rompan todo” (Carrió no lo dijo)

Raúl Emilio Acosta

Billy Bond en el Luna Park lo dijo: “Rompan todo” y sostiene que no lo dijo. El viejo “rockanrolero” (hoy viejo) es el titular de una frase histórica en el refranero popular. Si la dijo o se la atribuyeron es otra cosa, anécdota menor.

Las frases no son otra cosa que un yeso del pensamiento verdadero. Allí se quedan. Evita no habría renunciado a los honores y De la Rúa no es tan tonto como lo muestra el video de su participación en el programa de Tinelli. No importa

Digresión: los políticos que van a los programas con panelistas pagados de sí mismos y, además, pagados por el enemigo, ¿qué pretenden...? Los políticos que van a programas donde les preguntan una tras otra, las peores tonterías, y cambian de pregunta antes de escuchar la respuesta, ¿qué pretenden? ¿Son aprendices del mensaje político en 140 caracteres y una sonrisa...? Corrección: esclavos de las ideas en 140 caracteres. No es lo mejor. Fin de la digresión.

La señora Carrió reproduce, en política nacional, la consigna de Billy Bond. Atahualpa dice en “El payador perseguido” una frase redonda: “La rebelión es mi ciencia”. La ciencia de la señora Carrió es la ruptura, la disonancia. Aceptar que nadie es creador de sí mismo, sino por medio de la especulación, puede ayudar a entender qué pasa. En la señora Carrió, está el espejo donde se mira la oposición al peronismo en la Argentina. De eso se trata.

Excepto durante los tres primeros años de Raúl Alfonsín, no hubo una oferta social que supere o dispute el poder central con el peronismo. Es el radicalismo y su “internismo” el que no vio que al peronismo (un relato de la sociedad) lo había derrotado otro relato. Los radicales que se comieron a Alfonsín son todos Carrió. Ella está en la política para advertirnos que los Reyes Magos son los padres. La deja feliz romper los juguetes cuando llegan a sus manos.

Nadie trabaja para su propia infelicidad, excepto los santos. La señora Carrió no es una santa, de modo que trabaja para su felicidad que, es evidente, consiste en construir para destruir. Debe creer que trabajar el futuro político social del país es trabajar en castillos de arena, en edificios en la playa, que después de la foto se los llevará el mar y si el mar no llega ¡¡la Carrió los patea!!

La Carrió es el compendio más perfecto que existe, hoy, de la oposición al peronismo. Una cuestión visceral la empuja. No citaré declaraciones suyas, pero las hay. Siempre aparece su pasión. Certifica a Jung. Amor/odio.

La Carrió no intenta mejorar el mañana, intenta destruir el pasado argentino que tiene al peronismo como Dios y Diablo, y esa fábula que la consume le impide dejar que crezca una construcción que supere al peronismo. El mañana es una construcción permanente con reconocimientos, perdones y esperanzas. La diferencia sustancial con el grupo K es que éste intenta cambiar el pasado para volverlo parecido a sus sueños, pero en los sueños del grupo K el poder existe, debe ejercerse y, en lo posible, debe ser absoluto. La Carrió huye del centro del poder. El ejercicio del poder es la pesadilla de Carrió.

Intuición que me acompaña. La Carrió tiene miedo de que el peronismo sea superado y la Argentina comience una civilización donde sus agorerías sean simplemente antiguallas. Llegado el momento de las elecciones por el voto, la señora Carrió tiene los suyos, de modo que su construcción y su mensaje responden al pedido, refrendado con votos, de muchos argentinos, básicamente habitantes de ciudades muy urbanas, pero muy reales.

Debe entenderse que el mensaje de anarquía partidaria, de pensamiento volátil y pasiones muy profundas (el antiperonismo, el personalismo a ultranza, la imposibilidad de construir, de aceptar en sociedad a los diferentes, los diferentes pensamientos políticos para llegar al todo) tiene adhesiones. Cualquiera sabe cómo es la Carrió y sus votantes están en la “clase media esclarecida”, de modo que votan a sabiendas. La Carrió no engaña a nadie. Esto llama la atención sobremanera. Binner, Sanz, Macri, Cobos, Solanas... ¡ufff! Tantos galanes...Qué razón se escapa. Qué sinrazón se escapa... todos ellos conviven con la señora.

Con los últimos hechos, está claro que Mauricio Macri no la recibiría con agrado en sus filas, tan circunspectas. Macri eligió a Baldassi, De Angelis, Midachi...Nada más lejano de la forma de construir de Macri que la encendida vocinglería de la walkiria chaqueña, habitante porteña hasta el fin. Se insiste: algo del alma citadina encuentran los votantes. Algo, también, es muy cierto: responde a las expectativas periodísticas. La Carrió es siempre el alma del show televisivo. La política, según se concibe en Buenos Aires, es un show televisivo de lunes a viernes de 20.30 a 24. Todos van, todos tienen avisos y “Lilita” es una estrella.

La pregunta que es inevitable para los que conciben a la política como un servicio, es qué hacer con Carrió en el mismo living. Ella no la concibe así. Es una militancia contra el peronismo (delenda est Cartago) y un show personal que debilita cualquier construcción plural, amplia, posible.

Cristina seguro sonríe. Nunca un reverso más efectivo.