Tulio Halperín Donghi

La memoria de los próceres

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Honoris Causa. En 2002, Halperín Donghi recibe el diploma que acredita su doctorado honorario de manos del entonces rector, Ing. Mario Barletta. Foto: Luis Cetraro

por Claudio Lizárraga y José Luis Pivetta (*)

El destacado historiador Tulio Halperín Donghi falleció a los 88 años. Fue docente y autoridad de la Universidad Nacional del Litoral, institución a la que siempre tuvo alta estima. En 2002 recibió el título Doctor Honoris Causa.

Con la voz apenas perceptible por el paso de los años, Halperín Donghi se paraba frente a sus alumnos con la misma pasión que lo había hecho en su juventud. La universidad, sea en Oxford o en Santa Fe, era su mundo, su casa, su República, y en las aulas, su pequeña figura se agigantaba, movida por la fuerza de ideas que había solidificado con años de estudio y dedicación académica.

Halperín Dongui fue una personalidad señera del campo historiográfico argentino y latinoamericano, que tuvo una notable producción intelectual, cuyo impacto trascendió el ámbito específico de la comunidad académica.

Polémico y valiente, supo abordar temas centrales sobre el pasado y el presente de los argentinos, y algunas de sus obras, como “Una Nación para el desierto Argentino” (1982), fueron verdaderas hojas de rutas en la construcción de una nación democrática.

Para la Universidad Nacional del Litoral, Halperín Donghi fue un pilar central en la década de oro de la universidad pública argentina. Primero, como docente en la Facultad de Filosofía con sede en Rosario; y después como decano, supo dejar su huella en miles de estudiantes y en una institución que se nutrió con sus aportes.

La noche de los bastones largos, en 1966, lo alejó de la responsabilidad institucional y lo empujó a un exilio de más de treinta años. El mundo académico lo recibió como el gran historiador que ya era. Hasta recalar en la Universidad de California, Berkeley, a mediados de los setenta, Halperín Donghi tuvo el privilegio de ser catedrático en Harvard y Oxford.

Pero a pesar de la distancia, el cariño y la proximidad con la UNL nunca se quebraron. Cuando la Universidad lo distinguió con el título Doctor Honoris Causa en 2002, Halperín Donghi destacó los profundos lazos de unión que tenía con esta casa de altos estudios. Con emoción, recordó que en 1956 había participado de la discusión y redacción del nuevo estatuto de la Universidad en el mismo recinto que ahora lo recibía para distinguirlo.

Esta memoria exquisita lo acompañó en un ejercicio austero y comprometido de su profesión, hasta convertirlo en una referencia ineludible para las generaciones de historiadores formados en las últimas décadas, aún para quienes no acuerdan con él. Son ahora históricas también las discusiones y debates que mantuvo con otros referentes del campo, polémicas que hoy se recuerdan con nostalgia.

La Universidad Nacional del Litoral, se duele de su ausencia física, pero celebra el ingreso de Tulio Halperín Donghi al altar de sus próceres. La institución que tan cercana era a su corazón se obliga también al ejercicio excelso de la memoria que ejercía Tulio Halperín Donghi, constante y privilegiada de un historiador único y noble.

(*) Claudio Lizárraga es decano y profesor de la Facultad de Humanidades y Ciencias; y José Luis Pivetta es profesor de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.