llegan cartas

La Iglesia jerárquica debe apartarse de ciertas prácticas

PROF. MARÍA TERESA REARTE

DNI. 6.844.546

El Dr. Roberto Carlés, candidato de la presidenta para cubrir la vacante del Dr. Zaffaroni en la Corte Suprema de Justicia, viene precedido de un interesante currículum académico. Pero además de esos antecedentes, es discípulo del Dr. Zaffaroni, garantista y kirchnerista como él. De modo que sus jóvenes años no significan una renovación en la metodología presidencial para proponer a quien debe cubrir un cargo de un poder del Estado de la jerarquía de la Corte.

Sin embargo, esto no es todo. Los medios informan que es amigo del Papa Francisco, que sería quien por muy discretos canales intercedió ante la presidente para su nominación. Pero no vivimos en tiempos en que el papado ponía y deponía a reyes y emperadores. Esa práctica, proveniente del agustinismo político, que ha deformado el pensamiento de San Agustín, está superada en la doctrina católica por el Concilio Vaticano II. El que ha proclamado la justa autonomía de las realidades temporales. Y por lo tanto también de la política, con relación al poder espiritual de la Iglesia. Y por consiguiente del Papa.

A la presidente le conviene complacer al Papa, porque obtiene sus réditos. Pero el Papa, de facto desdice un Magisterio de la jerarquía de un Concilio Ecuménico, como lo es el Vaticano II. Y sobre todo, pasa por alto que Cristo distinguió con nitidez los derechos de Dios de los del César, el poder eclesial y el poder político. Hay que entender que, en estos casos, el Papa obra como persona privada. Y por lo tanto no está exento de errores e intereses particulares, con los cuales bien podemos disentir. Y yo disiento.

Hago votos para que la Iglesia jerárquica se aparte de estas prácticas reñidas con el Evangelio, que resultan a la medida de la presidente Kirchner. Pero no son para el bien del pueblo y las instituciones de la Nación, cuyo rol es de máxima importancia.