Mirada desde el sur

Volvió Binner

Los resultados del 19 de abril fueron demasiado sencillos de entender.

El socialismo estaba gastando aquello que había juntado Hermes Juan Binner.

Todo lo que ha dado en llamarse “capital simbólico” estaba “timbeándose” en caprichos, lentitudes, soberbias y lo básico: el error de la campaña y de la administración de la cosa pública.

Punto esencial. La narración de la cosa pública debía servir al candidato. No sucedió.

Cuando se ha escrutado Rosario y se sabe que, de cada 100 rosarinos, más de 80 le han dicho que no a la intendente, Mónica Fein, la cuestión ya no pasa por si TN se enoja o hay una decisión nacional (periodística) de promocionar a Macri.

En las Paso rosarinas era Mónica contra Anita.

En rigor, las adjetivaciones periodísticas, como las tendenciosas encuestas, no pueden alterar definitivamente las tendencias. Acrecientan lo que está. Exageran sobre los hechos. Detengámonos. Hubo un yerro en la información sobre el escrutinio provisorio, pero sin ese yerro nada hubiese sucedido.

El yerro estuvo. Una semana para reconocerlo por parte de quien corresponde (el gobernador) convirtió un grano, ladera abajo, en un alud. Quien creyó que no sucedería debería salir del termo. La política argentina es esto. Y Santa Fe está dentro de Argentina. Perdieron en las urnas y confundieron información. Llovido sobre temporal.

En 2007, Hermes Binner le ganó, con tranquilidad, al peronismo. En el 2009 “casi” le gana a Reutemann, apoyando a Giustiniani. En el 2011, Bonfatti le ganó por escaso margen al PRO Peronismo. En el 2013, Anita Martínez sorprendió a la jefatura nacional del PRO. En esa interna ella era opositora. Ellos, los del PRO, apostaron a un político. Anita fue la más votada. Rosario daba señales claritas. En ese mismo año, el 2013, Binner enfrentó su última elección como candidato a diputado nacional. Su triunfo fue claro, pero no arrasador. Fue el año en que Del Sel se convirtió en diputado y dijo: “Si soy candidato a gobernador renuncio”. No debo jugar con red.

El socialismo hizo escarnio del “payaso” y calificó a Anita de “una nena que sólo sonríe” (frisa los 40, es madre y sobrevivió a un cáncer; no es una nenita). Ni Del Sel es un payaso ni Anita una nena. Éste es el siglo XXI.

El único que siempre leyó la realidad es Binner. Cuando se “bajó” de sus aspiraciones nacionales dijo: “Debemos consolidar lo que tenemos”. ¿Qué tiene el socialismo? Es de hablar poco. “Tenemos Rosario y la provincia”.

En esta semana, reconstruyó lazos con el candidato. Pasea por el sur con Miguel Lifschitz, que carga el desafío de “tercer gobernador socialista”. Binner conversa con todos los políticos que tocan el timbre en su casa. Cada personaje...

La diferencia no es de los votos que Rosario debe devolver al socialismo. No es solamente la reconquista de esos votos (se deben reconquistar 100.000). La diferencia es trabajar para tener espaldas y “capital simbólico” o derrocharlo y desguarnecer la espalda. Se ha dicho, sobre la riqueza, que quien no sudó para tenerla, no suda para retenerla.

El resultado de las Paso es visible. Macri / Reutemann / Del Sel / Boasso / Anita Martínez fueron más visibles y claros: “Merecemos vivir mejor” es toda la plataforma. Cualquiera entiende. Entiende y vota.

Volvió Binner, es él quien trabajó para esta milagrosa fortuna política: un partido de cuadros gobernando como si fuese un partido de masas. Su tarea es tratar de conservar lo conquistado. Sin ayuda K, imposible. Dificilísimo. Con luchas internas y desconfianzas la tarea es sólo delirio de sábado a la noche.

El radicalismo mira y sueña con puestitos. Los opositores internos piden más chapitas. El peronismo sabe que inclinará la báscula y duda. Duda mucho.

Hermes Juan Binner, con Lifschitz /Bonfatti / Fein contra Macri / Reutemann / Del Sel / Boasso / Anita Martínez. Si lo consigue borra una proyección nacional importante: el único proyecto político siglo XXI es el del PRO Peronismo. Si pierde, los muchachos socialistas dirán que “fue bueno mientras duró”. Ejercitarán la nostalgia que, como se sabe, no es autocrítica. El “modelo Santa Fe” quedará para los ejercicios de teoría política en el claustro. En 1960, llegaba Binner a Rosario. En el 2015, los socialistas todavía lo necesitan. No se sabe si saben que lo necesitan tanto.

Por Raúl Emilio Acosta

Volvió Binner, es él quien trabajó para esta milagrosa fortuna política: un partido de cuadros gobernando como si fuese un partido de masas.