Mirada desde el sur

Los socios del socialismo

Por Raúl Emilio Acosta

El 14 de junio se resuelven dos cuestiones trascendentes para la provincia. Una para la nación.

Si el socialismo gana la provincia será un mapa. Si gana Rosario, será otro. Si triunfa en la ciudad más importante del sur, su nave madre, y en la provincia, la vida del socialismo está asegurada por 50 años (Parafraseando a Felipe González: “Si perdemos, la entrada del socialismo al poder se atrasará 50 años”).

El acto eleccionario del 14 de junio sirve, además, para consolidar la figura de Mauricio Macri, que tiene lazos importantes en Rosario y la provincia. Esto es sustancia corrosiva para el kirchnerismo y el peronismo bonaerense. En algún lugar semejantes, parientes, servidores a una historia con múltiples vasos comunicantes. Unidos contra Mauricio. El socialismo feliz.

Todos le preguntan al socialismo: “¿Qué podemos hacer para que no ganen Macri / Reutemann/ Del Sel/ Anita Martínez?”

Algunos pueden hacer mucho, otros poco, otros estorbarán o pedirán refuerzos presupuestarios para jugar de tontos en las encuestas. Lo que se le quita al PRO peronismo acerca al socialismo a la continuidad. Ni siquiera hace falta pedir el voto al socialismo, con quitarle al PRO peronismo suponen que alcanza.

Las usinas socialistas de comunicación trabajan 24 horas. El bien contra el mal. Es lo usual.

Desde los programas políticos partidarios como “6/7/8” es visible el olvido a los rencores con el “narcosocialismo”, al que tanto vituperaron; deslumbra la confraternidad actual, que se suma a la simpatía de irritantes personajes como Aníbal Fernández, todos desbordando camaradería e indulgencia por el socialismo y sus papelones electorales.

La consigna es perdonar a los socialistas y, de ser posible, darles una mano. Los candidatos locales del FPV no critican más al socialismo y piden debatir con el PRO peronismo. El falso, el “ladri” progresismo, el “progresismo corrupto” llega al salvataje del “romántico progresismo” que postula el socialismo. Difícil ricino para ventilar públicamente. Existe.

Desde el sector Sergio Massa la cuestión fue un anhelo. Patapúfete. Buzzi, un papelón electoral, anda con facturas y deudas propias del ímpetu y el desapego a la realidad ambiente. Oscar “Cachi” Martínez como siempre, juega solo. Sabía muy bien que Massa era un castillo de telgopor. En Rosario Alejandro Grandinetti, candidato a intendente, jugaba para Sergio Massa. Sus 55.000 votos, cosecha personal, reciben telefonazos de cuanto falso influyente se pueda imaginar. Sugerencias para llevarlo hacia el socialismo como para acercarlo al PRO peronismo. Ex ministros, ex diputados nacionales, ex de todo cuanto fue morralla del peor peronismo, intenta colarse. Inútiles esfuerzos, el siglo XXI no tolera sus pasados.

Los 80.000 votos del diputado nacional Pablo Javkin (CC) acercarían la intendencia a Mónica Haydeé Fein, por ahora el más claro desencuentro de administración de la cosa pública y conexión con la gente. Mano a mano, Anita Martínez le ganó al socialismo. El socialismo analiza, trasladando proyección de abril a junio: bueno, Rosario se perdió.

La provincia está más entreverada. El radicalismo y el rejunte de partidos menores que integran el FPCyS definen si hay tercer gobernador socialista y continúa la leyenda de Rosario.

Los radicales conocen el trato del socialismo para con sus aliados en función de gobierno, no de elecciones. Su fidelidad escapa a las explicaciones racionales. Acaso la doctrina del mal menor.

La minusvalía exaspera. La autonomía perdida entristece. Todo suma al encuentro que se mantiene. La utilidad es manifiesta. Sin los votos de sus aliados, la provincia se pierde; todos los socialistas saben esto. Los radicales saben, por su parte, que el socialismo supo gobernar,

El 14 de junio el asunto es más feroz de lo que aparenta. El radicalismo, en varios distritos clave del armado nacional, está explícitamente alineado con el PRO peronismo. En la provincia de Santa Fe y en su ciudad autónoma está dividido. Boasso es PRO peronismo. Barletta vale un Perú, los votos de la capital deberán amarrarse a la proa. En Rosario no se puede perder ni un adherente.

Yerros tácticos, estrategia de campaña muy equivocada, miopía, egoísmos, sorderas, candidaturas caprichosas que no resistían encuestas, todo es pasado. Los socios del socialismo definen los próximos cuatro años de la provincia y la ciudad. O como dice Felipe: “Los próximos 50 años”. Cualquiera sabe que detrás del PRO peronismo el que vuelve es el peronismo.