editorial

  • Por primera vez desde el retorno de la democracia, existe la probabilidad cierta de que los candidatos a la presidencia debatan en la Argentina.

Debate presidencial largamente esperado

Hasta hace apenas algunos meses, hablar de un debate presidencial en la Argentina sonaba a mera expresión de deseos. Sin embargo, en cuestión de semanas, el escenario parece haber cambiado merced a diversos factores que terminaron confluyendo detrás de un mismo objetivo.

La iniciativa “Argentina Debate”, impulsada por el Cippec (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), personalidades académicas, de la cultura y la política, tuvo mucho que ver con este cambio de clima. La propuesta, en este caso, apunta a que los candidatos presidenciales que superen las Paso participen el 4 de octubre de un debate con reglas claras y ecuánimes, de manera tal que puedan expresar en público sus propuestas respecto de una serie de problemáticas previamente determinadas.

Pero esto no fue todo. Desde el Senado de la Nación también se venían impulsando por lo menos dos iniciativas tendientes a lograr el mismo objetivo. Una, propiciada por el kirchnerista Eduardo Aguilar (Chaco). La otra, de la senadora Norma Morandini (Frente Cívico de Córdoba). Este proyecto se presentó en abril pasado con el aval de los radicales Gerardo Morales (Jujuy) y Nito Artaza (Corrientes), entre otros.

De todos modos, difícilmente el Cippec y este grupo de senadores hubieran tenido alguna posibilidad de éxito si desde el gobierno nacional no se hubiese planteado abiertamente la necesidad de debatir. Lo hizo la presidente Cristina Fernández. A las pocas horas, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salió a ratificar los dichos de la primera mandataria.

La mayoría de los precandidatos se apresuró a confirmar su presencia en un hipotético debate en caso de resultar vencedores en las Paso. Sin embargo, hubo uno que dejó abierta la duda: se trata del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, quien advirtió que “sólo debatiría con Macri”.

De mantenerse en esta postura y en caso de vencer a Florencio Randazzo en las primarias, Scioli haría naufragar un anhelo por el que distintas instituciones y referentes de los más diversos ámbitos vienen trabajando desde hace mucho tiempo.

Es que, la propuesta de “Argentina Debate”, plantea un encuentro del que participen todos los candidatos habilitados para competir por la presidencia de la Nación. Un supuesto “cara a cara” entre Scioli y Macri, rompería las reglas y dejaría de lado al resto de los contendientes.

Puede que la palabra de los políticos se encuentre tan devaluada que, para muchos argentinos, no tenga demasiado sentido la realización de un debate presidencial.

Dicha postura es, por lo menos, discutible. Si bien es cierto que en algunos casos las promesas de campaña suelen caer en saco roto, también es verdad que reclamarle propuestas claras a los candidatos resulta fundamental a la hora de evaluar sus futuras gestiones.

En países con verdadera cultura democrática, como los Estados Unidos de Norteamérica, los candidatos se enfrentan en numerosos debates, durante los cuales plantean sus propuestas sobre diversos temas. Incluso, deben hacerlo mientras compiten en las internas de cada uno de sus partidos.

Con distintos niveles de formalidad, también se realizan debates en países latinoamericanos como Chile, Brasil, Colombia, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México y Uruguay.

Con distintos niveles de formalidad, se realizan debates en países latinoamericanos como Chile, Brasil, Colombia, Paraguay, Panamá, Costa Rica, Guatemala, México y Uruguay.