Mirada desde el sur

Las encuestas molestas

Por Raúl Emilio Acosta

Las encuestas son útiles. Necesarias. Herramientas imprescindibles para el conocimiento del mercado.

Las encuestas se pueden morigerar, atenuar. Es trágico si se cambia la tendencia. Ejemplo: al 82% de la ciudad no le gusta el asado con cuero. ¿Se puede entonces decir que al 70% de la ciudad le gusta mucho el asado con cuero...? Respuesta: no. No, sin tragedia para el restaurante que oferte asado con cuero, así haya sido quien pagó la encuesta. Puede referirse al tema (y se hace) con cierta prevención. “Hay una notable mayoría a la que no le agrada, en primera instancia, el asado con cuero...”. Dura tarea si el empresario gastronómico no acepta la encuesta y se empeña en darle y darle al asado con cuero. Perderá dinero, no sumará clientes. Tragedia.

Con las encuestas políticas lo mismo. Se puede tornar más suave una tendencia, nunca alterarla. Si se hace, se perderá crédito como técnico en encuestas. Distinto si quien paga la encuesta no le hace caso porque tenía otra intuición, presentimiento y/o ganas.

Puede suceder. Ahora mismo sucede, que determinados datos considerados menores o laterales no se advierten en el análisis. No son tenidos en cuenta.

No hay encuesta, en la región Rosario, que no indique el 35/38/40% de bueno muy bueno para CFK. Obvio es decirlo, pero lo haremos: el 65% no la quiere nada. Divide aguas.

Cualquiera que analice la región sin esta cifra, que molesta a los candidatos regionales, lo hará de modo incompleto. Es una cifra real, pero que molesta el armado de la táctica coyuntural y la estrategia general.

Una declaración de CFK reúne el 40% de voluntades a favor. También el 60% en contra.

Los candidatos que pertenecen a su sector (FPV) estuvieron inermes (lo están) ante la posibilidad de que los nombre o no. No lo deciden. No se animan. No lo piden. En muchos casos, no saben si conviene o no. Desean que todo pase pronto pero, caramba, ¿no hubiese sido conveniente que el paraguas CFK los cuidase del sol y de la lluvia?¿Cómo vivir a la intemperie si había refugio propio? ¿Serán considerados traidores ayer, hoy, mañana...? ¿Serán héroes alguna vez? Pusilánimes, seguro.

Los candidatos de sectores diferentes también tienen sus dilemas por la misma razón. El PRO Peronismo sueña que crece si se diferencia del sector K. A mayor antagonismo más diferencia. Eso suponen. La política no es la matemática. Comparten acento. Sólo eso.

Los sectores progresistas (CFK gusta calificarse así, “progresista“) tienen temor ante la mezcla de los números y el afecto ¿Les suma o no les suma el abrazo de CFK, su chamamé, sus trenes, sus gendarmes?

Las encuestas molestan, pero son imprescindibles tanto para el restaurante y el asado con cuero, como para las estrategias de campaña.

La Región Rosario espera, por estos días, la llegada de Scioli para abrazar a los K. De Macri, para los anti K. Macri le ganaría a Scioli y empataría con CFK en Región Rosario. Se anuncia para un día cualquiera, cuando los trenes funcionen bien, al menos para la foto, la llegada de CFK con bombos, platillos y la credencial de patriotas a quienes la acompañen (ya se sabe que la patria es una creación del kirchnerismo; desde el 25 de mayo de 2015 los que votan K deben jurarlo en cada amanecer soleado).

Los progresismos diversos sucumben en el “to be or not to be“ con la compañera Cristina. No están con ella, caramba; de pertenecer, armarían listas conjuntas, pero siguen sin entender o interpretar (no interpretan porque no entienden) que los votos de CFK no llegaron unidos y dominados al territorio, pero existen. Las encuestas son molestas, pero no mienten. CFK tiene peso específico. Es un fuego que quema, pero que da calor. Un lío en tendencia creciente. Terrible encrucijada para los progresismos amenazados de intemperie. Que los hay.

No hay encuesta que no indique que Bonfatti, CFK, Binner y Macri (¿sumamos al Lole?) ganarían, para sí, cualquier elección en Santa Fe.

Eso dicen las encuestas (que molestan). Menudo lío, ninguno de ellos compite por la gobernación.

Las encuestas se pueden morigerar, atenuar. Es trágico si se cambia la tendencia.

Una declaración de CFK reúne el 40% de voluntades a favor. También el 60% en contra.