MIRADA DESDE EL SUR

La “konfusión” progresista

POR RAÚL EMILIO ACOSTA

Las recientes aclaraciones de Antonio Bonfatti, Hermes Binner, Alicia Ciciliani, Rubén Darío Galassi y Juan Carlos Zabalza, sobre dichos de la “elortense” Karina Rabollini, en rigor no aclaran sino que declaran un problema: no está claro, dentro del socialismo, el amor y el odio por el populismo K, resignificado en el progresismo. El progresismo es una medalla y/o diploma que muchos anhelan. A no afligirse; nadie tiene las cosas claras en Argentina. En declaraciones “cuidadas/descuidadas” el gobernador Bonfatti dijo que votaría a Scioli, al FPV, ante un eventual balotaje en el que, el hombre designado por Cristina, enfrentase a Macri. Una definición rotunda.

En la elección final, Bonfatti votará K. Eso manifestó. Aclarémoslo ya: no es bueno ni malo. Simplemente es una confesión pública. Ahora, ante el convencimiento de la mujer de Daniel Scioli, natural de estos pagos, que su marido sería el predilecto del socialismo, el socialismo se espantó.

Ni bueno ni malo; el radicalismo, una diáspora triste e interesada, después de su lastimosa convención en Gualeguaychú ha definido qué es blanco, negro: “ni” y más o menos. Nadie sabe todo. En Santa Fe, dentro del FPCyS. En Mendoza, visiblemente social-demócrata. En Buenos Aires, con Macri.

Recordemos que Elisa Carrió, ex radical, walkiria de la destrucción partidaria, quiere el voto de Carlos Reutemann (PRO Peronismo), que la CC porteña (Carrió) apoyó a Lousteau (ECO), quien, a su vez, ha dicho: “Votaré a Sanz o Stolbizer”, por lo tanto, claramente ha dicho: ni Carrió ni Macri. Sí. Claro. Es difícil seguir las declaraciones públicas de los actores políticos.

Más sencillos, en el FPV decidieron quiénes son los candidatos a senadores y diputados nacionales en la provincia de Santa Fe. Ninguna sorpresa. Lo ordenó CFK. Sí, mi generala. Se insiste, ni bueno ni malo, simplemente es lo que sucedió.

En la teoría sobre “representación real del mandato popular”, éste es un modo. La señora presidente, desde Balcarce 50 sabe, mejor que cualquier otro, quién puede representar al pueblo santafesino en el Congreso Nacional. Ella decide y chau.

Coherente con el sentido básico del populismo, la persona que detenta el poder resuelve, por sí sola, y es en su nombre que decide por el total del pueblo, vida, milagros, hacienda y representación. Un carácter transitivo medio chueco. CFK representa al pueblo, que habla, delibera, gobierna por Cristina, que decide quién debe representar, en cada territorio, al pueblo. Sí. Claro. Es difícil explicarlo en nombre de una democracia republicana, representativa y federal, dificilísimo. Bueno. No señor, no señora.

Esto es populismo. Es unicato, hiperpresidencialismo, un paternalismo, un protectorado, una monarquía de baja intensidad. El populismo suele embozarse, pero de ningún modo reniega de lo básico. En el populismo el voto no trae deberes sino que otorga derechos absolutos.

Los nombres de quienes deben representar al PRO Peronismo no han sido elegidos de un modo más democrático. Tampoco los del Frente Renovador. Pregunta: ¿y si el FR, el FPCyS y el PRO Peronismo dicen nosotros también nos reunimos en cúpula de sabios? Alguien contestará, desde la historia, esta pregunta.

En este año 2015, las cosas están puestas de un modo sencillo. El tinte social demócrata que se vislumbra tras el socialismo de Santa Fe los aproxima a una seducción fatal. Saben que su progresismo debe diferenciarse del kirchnerismo y de su versión más exaltada, el cristinismo. Apoyaron todas las medidas reivindicativas de lo popular. Las expropiaciones, las estatizaciones. La confusión no es tan rara.

No se explicita lo básico. El esquema K, su populismo, no tiene finezas ni remilgos con justicia, coimas y corruptelas estructurales.

Eso diferencia.

¿Qué votarían, ante esa coyuntura, los proyectos social-demócratas criollos? Duda absoluta. Ante la deshonestidad explícita, ¿qué votar?

Sin “konfusiones” populistas. Una sola pregunta. Una. Difícil respuesta. Única.

El esquema K, su populismo, no tiene finezas ni remilgos con justicia, coimas y corruptelas estructurales.