MIRADA DESDE EL SUR

Tijeras y docencia

POR RAÚL EMILIO ACOSTA

Las decisiones de febrero y las elecciones de abril (Paso provinciales), el susto como consecuencia de sus resultados y las elecciones del 14 de junio, tan traumáticas, han dejado a las fuerzas políticas de la provincia en estado de conmoción interna. No pertenecer a una corriente nacional y popular cobró su peaje. Todos sabían que la “boleta corta” convertía en minusválidos electorales a sus candidatos al Parlamento nacional. No tener un candidato a presidente no es poco en una elección a presidente, ¿se entiende?

La provincia de Santa Fe, en estos días, tiene a la fuerza que se supone ideológicamente más esclarecida, el socialismo, en estado de bricolaje y salita de tres en un jardín de infantes preelectoral antes que en un comité y/o Casa del Pueblo. El símbolo que los convoca es una tijera; y cortar boletas, el primer mandamiento. Docencia y símbolo. Cada militante es un distribuidor de tijeras e instrucciones. Lito Nebbia lo cantó: sólo se trata de vivir.

Cuando Antonio Bonfatti, aún hoy gobernador, decide en febrero de 2015 que será legislador provincial, acomoda las cuestiones nacionales en un sitio: secundario. Desván. Menor. Primero, el territorio real, que es Rosario, después el territorio que facilita el radicalismo, la provincia. El tercer mandato provincial consecutivo era/es crucial para quienes están en la administración de la cosa pública. No perder Rosario, la única razón de la existencia como partido de cuadros. Un partido de cuadros que alcanzó un sueño. Territorio y reconocimiento popular.

La estrategia para conservar ambos sitios, ciudad y provincia, sobre abril y junio, definió varios discursos. Es útil recordarlos.

Fue necesario ejecutar la alianza táctica: todos contra Mauricio Macri y el PRO peronismo. Aún hoy el gobernador Bonfatti se define como progresista K en una elección contra Macri. El kirchnerismo dejó de insultarlos como narcosocialistas y de denunciar robos de bebés, trajo la Gendarmería, anunció el tren bala y mil maravillas más que el socialismo aceptó sonriente. Una realidad muy honesta: el socialismo está más cerca del populismo que del PRO peronismo. Ni bien ni mal, simplemente es así. El kirchnerismo, por su parte, dejó de atacar al socialismo y sólo pidió: no hablemos de coimas, negociados, enriquecimiento ilícito, patoterismo partidario, populismo, arbitrariedad de pauta y distribución de fondos coparticipables. El progresismo provincial cumplió. Los candidatos K (Omar Perotti como cabeza del galeón) no recibieron ni un solo insulto. CFK fue una santa hasta el 14 de junio.

El segundo punto fue admitir que el radicalismo, dueño de los votos del FPCyS extendidos en el territorio, fuese a competir en una interna que reunió a Carrió, Macri y Sanz, y que, por disciplina partidaria, ética y honor, sus votos seguirán al triunfador: irán con Macri. El radicalismo es una diáspora donde nadie tiene un cencerro.

Eso sí, nunca serán peronistas. Es una diferencia de fondo.

El punto final es que el 25 de octubre los candidatos del FPCyS, sin boleta para presidente, dependen de votos prestados, dependen de la tijera. Allí aparece el problema de la mentira impiadosa. No podrán sacar votos K porque Omar Perotti ya no es solamente soldado de CFK, también lo es de Daniel Scioli y de Aníbal Fernández. En rigor, de un peronismo que se siente triunfador y no prestará un voto.

El PRO peronismo tiene de candidato a Reutemann, que es peronista. El senador va con Mauricio Macri en una elección presidencial. Atención. Atención. ¿El socialismo pedirá el voto a los macristas que no quieran votar a Reutemann? Ja. Doble Ja. Triple Ja. A no reírse. Para eso son las tijeras. También para pedir que no voten a Romagnoli y que todos esos votos sumen a Hermes Juan Binner, que del cuarto lugar, pisando a Romagnoli (candidato de Massa y de Grandinetti) sume más que Reutemann. Puede ser. Binner sería senador con votos de Macri y Massa, peronistas y liberales votando al socialista. Mucha tijera. Mucha docencia.

Tremenda duda. Publicitan este sueño del voto ”gorila y liberal” sumando para Binner o callan y distribuyen sobres, boletas y tijeras o mejor: el voto ensobrado y preparado. Sin voto liberal no hay senaduría. Es un dato muy duro, muy real. Es la única verdad. Junto con las tijeritas, claro está.

No pertenecer a una corriente nacional y popular cobró su peaje. Todos sabían que la “boleta corta” convertía en minusválidos electorales a sus candidatos al Parlamento nacional.