El Sadop rescató del abandono al histórico INMUEBLE

El edificio del viejo cine Mayo reabrirá como lugar de eventos

El sindicato docente, con el apoyo de capital privado, refaccionó este amplio inmueble de calle 25 de Mayo al 3400. El Sadop lo alquiló por diez años y prevé realizar actividades culturales, sociales y gremiales. Proyectan un Espacio Incaa.

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El salón principal insumió la mayor parte de los trabajos. Fue remozado a nuevo, con un trabajo de acústica en paredes y techos. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Mariela Goy

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El cine Mayo fue fundado en la década del ‘20 por iniciativa del inmigrante español Ricardo Graels. Cuentan que en sus butacas se conocieron parejas santafesinas y que algún que otro “purrete” se colaba por el muro del fondo a la matiné. Ese amplio edificio, ubicado en 25 de Mayo 3428, que por muchos años vibró con la música de las discotecas (fue Plástico, El Cine y Hollywood), recuperó su sentido original como espacio cultural y social.

El Sindicato Argentino de Docentes Particulares (Sadop) Santa Fe, con el financiamiento de inversores privados, rescató el céntrico inmueble para que la ciudad de Santa Fe “se apropie” del lugar. El bautizado como Solar de Mayo será inaugurado este mes y pretende albergar funciones de cine, teatro, música, convenciones, así como eventos sociales privados (se podrá alquilar en forma particular) y actividades propias del gremio de la docencia privada.

“Cuando recorrimos por primera vez este lugar, vimos un edificio destruido, totalmente abandonado y prácticamente perdido. Funcionó algún eventual emprendimiento gastronómico pero hace años que estaba sin uso”, señaló Pedro Bayúgar, que estuvo al frente de todo el proceso de refacción que duró más de un año.

“De alguna manera, quisimos darle una dimensión más importante a la política cultural del Sadop, y también recuperar un espacio tradicional para la ciudad, como era el cine Mayo, que sólo pasaba películas nacionales. Es una manera de redescubrir nuestras raíces y aportar a la cultura nacional y local”, explicó.

Espacio Incaa

Una de las primeras propuestas del Sadop para el lugar, es constituirlo en un Espacio Incaa. Se trata de un programa que funciona a lo largo del territorio nacional, para que diversos públicos tengan acceso directo, y a precios muy económicos, a la producción fílmica argentina.

Si bien en la provincia hay un puñado de salas del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), la ciudad de Santa Fe todavía no entró en el circuito. “Tuvimos varias reuniones y vinieron técnicos a evaluar el lugar, porque el Incaa financiará todo el equipamiento para la proyección de películas en formato 3D, que tiene un alto costo. Con esto, Santa Fe gana un espacio cinematográfico con una entrada muy accesible”, explicó Bayúgar.

“Santa Fe busca su destino como ciudad de eventos y convenciones y creemos que se necesitan espacios como éstos para consolidarse”, subrayó.

Inversión privada

Para recuperar un inmueble en ese estado y con una escala tan importante, “se destinaron más de 2 millones de pesos que fueron financiados por empresarios privados que creen en este proyecto cultural y en el recupero de su inversión, porque también se va a alquilar para eventos sociales, convenciones, etc.”, detalló Bayúgar.

El Sadop tiene una concesión por diez años y va a administrar el lugar durante ese período. “Creo que el uso del Solar de Mayo no tiene límites. Ya empezamos a ver y organizar algunos eventos y hasta tenemos una reserva para fin de año. Claro que también lo usaremos para nuestras propuestas sindicales, actividades para las escuelas y congresos de amplia convocatoria. Estamos muy entusiasmados”, añadió Patricia Mounier, actual secretaria general del Sadop Santa Fe.

Arquitectónicamente, del inmueble original, “se conserva la fachada de un lenguaje italianizante y la cáscara del edificio”, de acuerdo con el Inventario del Patrimonio Histórico Arquitectónico Santafesino.

La remodelación incluyó pisos nuevos, sistema eléctrico, modernos artefactos de iluminación y otros de estilo, colocación de sanitarios, pintura y refacciones generales de techos y paredes. “Antes que nada, tuvimos que hacer una importante tarea de limpieza. Prácticamente, la sala principal era un galpón con un ventiluz en el medio, aunque por suerte no se llovía. Se hizo un trabajo en paredes y techos para lograr una buena acústica, preservando la aireación”, comentó Bayúgar.

Con la refacción desapareció el desnivel del piso que era una especie de “piletón” que funcionaba como pista de baile en épocas del boliche. La nave principal tiene una capacidad para 600 espectadores, que pronto podrán disfrutar de distintas actividades.

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“El edificio estaba destruido en su interior”, dijeron Pedro Bayúgar y Patricia Mounier. Foto: Guillermo Di Salvatore

Los sectores

  • Hall y bar. El interior del inmueble consta de un amplio hall de ingreso, donde se proyecta instalar un bar-cafetería, aprovechando la barra y estantería de madera maciza oscura que subsiste de usos anteriores. En planta baja, hay dos pabellones sanitarios nuevos a los costados, y más atrás dos escaleras por las que en la época del cine se accedían a los palcos del entrepiso.
  • Salón principal. De amplias dimensiones, remata en el escenario que puede ser usado tanto para teatro como para instalar una pantalla de cine. Aún resta colocar las butacas, que no serán fijas sino que se podrán retirar para otro tipo de eventos. El lugar cuenta con dos pasillos laterales, uno de servicio y otro para el tránsito de los artistas hacia los camarines del fondo.
  • Entrepiso. Escaleras arriba hay una sala que bien puede funcionar como un cine más pequeño. El vidriado permite la visual hacia la nave principal. A los costados, las famosas “pasarelas” del boliche Plástico ahora sólo se usarán para instalar los equipos técnicos de sonido pero no para el público. También en el piso superior hay una cocina que aún resta reacondicionar.
  • Patio. Los fondos lindan casi con calle Rivadavia, más precisamente con la playa de vehículos de la estación de servicio con ingreso por bulevar. La visual del patio trasero está libre de edificaciones, una característica envidiable para esa ubicación céntrica. “Descubrimos que había un patio cuando se desmalezó y se quitó la suciedad. Era una jungla y había hasta restos de autos que deben haber sido parte de alguna escenografía”, dijo Pedro Bayúgar.