El padre Durán y un hogar para la infancia

El padre Durán y un hogar para la infancia

Antigua postal que muestra el estado original con sus cubiertas laterales a dos aguas.


Un recorrido por el edificio de la Casa Cuna, que festeja sus 80 años, declarado Patrimonio Histórico Provincial en 2007. Detalles de la construcción, ornamentación, usos y reformas de una institución que nació del generoso aporte de Monseñor Durán y que lleva, a su pedido, el nombre de su madre.

TEXTOS. ROSANA RESA Y LIDIA FERRÉ DE PEÑA. FOTOS. LIDIA F. DE PEÑA.

 

La Casa Cuna “Atanasia Hernando de Durán” de nuestra ciudad es fruto del interés personal de un santafesino por adopción de fuerte presencia en la época, Monseñor Alfonso Durán, de prolífica labor en diversos aspectos de la comunidad santafesina y más allá: sociales, religiosos, históricos, políticos, educativos y literarios. Su especial deseo para la concreción de esta obra queda de manifiesto en la carta enviada al Diario Santa Fe en 1932. Dicho ofrecimiento, con algunos cambios en la ubicación y otros detalles, logra concretarse gracias a su tesón y la colaboración de diversas instituciones y personas.

Esta obra, construida entre 1933 y 1935, en el barrio Roma -por entonces, de incipiente crecimiento- se constituyó desde entonces en un fuerte referente del mismo, destacándose por sus particularidades que la hacen única en la ciudad. Fue proyectada por el arquitecto Francisco Baroni y levantada por la empresa familiar Bautista Baroni e hijos que -según puede deducirse de la placa existente en el interior del edificio- habría donado sus honorarios.

Esta magnífica obra, ubicada en la esquina de Primera Junta y San Juan, es exaltada por la envergadura del ciprés piramidal que enmarca la verticalidad de su torre. Una detenida mirada por sus innumerables detalles de estilo que se han utilizado en su resolución remiten tanto al Románico como al Gótico y, especialmente, al estilo de pasaje inglés llamado Tudor, especialmente visible en la resolución de algunos arcos y en la torre truncada tan característica del medievalismo inglés.

Lo extraño es que, ajustando la mirada, la rigidez geométrica de algunos detalles estructurales y ornamentales remiten a un estilo en boga en la época de su construcción y al que fueron afectos tanto Francisco Baroni como la empresa de su familia: el Art Déco. Esto también se puede apreciar cuando, sin prestar atención a los detalles, se observa rápidamente el conjunto: allí aparece la impronta geométrica de manera marcada.

Por el contrario, ciertos aspectos como las arquivoltas inferiores y superiores del portal (arcos sucesivos que enmarcan un ingreso en la Edad Media), sus puertas de madera con destacados herrajes de hierro, la presencia de ficticias gárgolas, los sutiles desagües del balcón ubicados sobre el ingreso (de metal con forma de serpientes o dragones con su lengua asomando por sus bocas) aluden a lo medieval.

Asimismo, el uso en frisos, en remates y en otros sectores de motivos heráldicos que recurren a particiones y otros códigos tradicionales (por ejemplo, el estriado vertical del relieve, que representa el color rojo o gules, el campo liso que representa a la plata, la división de derecha a izquierda del observador y de arriba a abajo, llamada “tronchado en barra” y la flor de lis frecuente en escudos franceses) son recursos que están manejados libremente con finalidad ornamental y remitiéndose de manera ecléctica al estilo predominantemente medieval, sin atenerse a un esquema de estricto uso de los códigos heráldicos.

MÁS DETALLES

Otro detalle digno de mención que exteriormente remite a la Edad Media -y que por lo tanto permite ubicar a la obra dentro de la corriente del Eclecticismo historicista- es el remate de las alas laterales mediante almenas (coronamiento de los muros de las fortalezas) como así también las techumbres a dos aguas, que cubrían dichas alas y que actualmente fueron eliminadas por su deterioro y de las que pueden percibirse ciertas huellas en algunos muros.

Colaboran en el conjunto de datos relacionados, jerarquizando el ingreso, los textos en tipografía gótica: “La caridad es madre de todos” sobre el arco inferior y “Hogar Atanasia Hernando de Durán” rematando este sector de la fachada. Completan la importancia del acceso principal robustos escalones de granito sin pulir y un relieve con la imagen del Niño Jesús sobre el portal de ingreso.

Distintos tipos de arcos se utilizan en diferentes aberturas: adintelados, escarzanos, ojivales, apuntados Tudor y arquivoltas de medio punto (semicirculares) apoyadas sobre sutiles columnillas (derrame) de formato románico, que enmarcan el gran ventanal de la planta superior. Cabe señalar que dicho ventanal está externamente ornamentado mediante columnillas que lo subdividen y decorativas tracerías sobre arcos trilobulados de inspiración gótica. Las arquivoltas también se citan sutilmente en el ingreso principal.

Nichos, pseudocontrafuertes y pináculos, agujas en punta y escalonamientos son detalles decorativos rigidizados que sin abjurar del medievalismo preeminente se asocian al Art Dèco.

Todo el conjunto se halla rodeado de un jardín, cerrado hacia la vereda con rejas de sencillo diseño.

Respecto del interior llama la atención, desde el ingreso o hall, con su puerta cancel ornamentada con arquillos ojivales, la presencia a los lados de dos ventanillas de madera -hoy protegidas con rejas- donde en los inicios de la institución se podían dejar en un torno -como indica el propio Durán- a los niños que se abandonaban clandestinamente sin necesidad de ningún requisito.

Traspasada la puerta cancel se encuentra un luminoso hall de distribución en el que se destaca, hacia la izquierda, una escalera -dentro de la torre- con sus escalones de mármol de Carrara y rellanos de granito reconstituido y una baranda de hierro forjado de delicada y liviana resolución, con referencias sutiles al gótico mediante el uso de apuntamientos ojivales en su diseño.

El cielo raso del hall posee un diseño de molduras que alude de modo simplificado a aristas de bóvedas medievales, siendo este espacio el único interior con ornamentaciones y detalles (nichos, haces de columnas adosadas, candelabro y mobiliario) que se asocian a las referencias estilísticas del exterior.

Desde este hall distribuidor se accede a diversos sectores: Dirección, Capilla, Secretaría y pasillos internos que comunican con el sector de uso de los niños. En este último, se percibe un despojamiento de elementos ornamentales y una distribución funcional de los espacios, relacionados con un lenguaje racionalista (barandas tubulares de hierro, ventanas cuadrangulares de estructura metálica, muebles empotrados, bañeras para bebés elevadas y revestidas de azulejos -que están siendo quitadas-, baños sectorizados, mesadas de la cocina). El azulejado de las vastas salas -que debían tener según las normas higienistas de la época- ha sido hace un tiempo quitado, buscando una mayor calidez en los ambientes; no obstante, permanecen aún revistiendo los muros de los pasillos.

PATRIMONIO PROVINCIAL

Son dignos de mención en algunos de estos sectores internos los simples pisos de baldosas calcáreas con motivos geométricos de diseño Art Dèco muy simple, que reafirman el interés por esta novedad de sus constructores y su presencia estilística sutil y entremezclada con las referencias medievales.

El edificio fue pensado con otros diversos sectores, como consultorio odontológico, cochera, patio cubierto, habitaciones para las hermanas -primeras encargadas de este lugar-, sótano (que sigue la distribución en L de la construcción principal) y otros.

Actualmente se han producido una serie de cambios en estos espacios que, si bien conservan su aspecto general, se han adecuado a nuevos paradigmas referidos a este tipo de instituciones, hoy atenidas a disposiciones legales más estrictas en lo referente a los derechos de la infancia, tanto a nivel internacional como nacional y provincial. Así, los dormitorios de niñas y niños, los sectores de cocina, economato, comedores, baños y jardines, van poco a poco adecuándose a estas nuevas legislaciones y necesidades. Algunos elementos agregados por necesidad (cañerías, tanques de agua) interfieren en la visión del digno edificio.

La Casa Cuna es hoy Patrimonio Histórico Provincial según el Decreto Nº 2797 del 21 de noviembre de 2007. Este análisis de los valores patrimoniales del edificio fue efectuado en noviembre de 2014.

Al cumplirse los ochenta años de tan señera institución se desea contribuir con esta nota -desde el afecto y la valoración- a su mantenimiento como fuerte referente social y patrimonial de la ciudad.

Muy apreciado señor director:

Con harta frecuencia, el diario de su digna dirección tiene que ocuparse en su importante sección policial, de infanticidios que se descubren. Hay que pensar además que habrá otros que no se descubren. Entiendo que ese horroroso mal se evitaría, o aminorará cuando en esta Ciudad, haya una casa cuna. Y bien, señor director, como base, yo me comprometo a donar para esa obra, la casa en donde vivo o su importe y además veinte mil pesos moneda nacional, sea a un poder público o a una institución benéfica, con dos solas condiciones, que si significan un egoísmo, serían santo egoísmo, que la casa cuna sea de torno libre y que lleve ese santo lugar, el nombre de mi madre.

S. S. S. Alfonso Durán

Diario Santa Fe, 2 5 de junio de 1932.

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La recepción o hall de distribución con columnillas adosadas y arco escarzano. Al fondo, la puerta de acceso a la capilla con sus arquillos ojivales.

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Ingreso por la fachada oeste.

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La torre desde el interior.

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Detalle lateral del pórtico en el que motivos heráldicos se combinan con rigideces geométricas.