Formación en el compromiso social

El voluntariado, o aprender sin el profesor y fuera de las aulas

  • Estudiantes de distintas carreras universitarias realizan voluntariados en diversas áreas sociales. La experiencia les sirve para estar en contacto con la realidad y ayudar a la gente a resolver problemas.
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Formarse afuera. Unos 500 estudiantes universitarios de la UNL participan hoy de proyectos de voluntariado. Es otra forma de aprender.

Foto: Archivo El Litoral / Manuel Fabatía

 

De la redacción de El Litoral

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María Luján (26) estudia Derecho en la UNL. Y es también voluntaria de un proyecto que aborda la problemática de la trata de personas. Para ella, el voluntariado fue “una oportunidad para tener contacto con las personas, salir de las paredes del aula, de lo teórico, y vivir la realidad de lo que pasa más allá de la facultad”, dice la joven.

A eso apunta el voluntariado universitario: a salir del claustro para entrar en contacto directo con la realidad, y a sumar un granito de arena para ayudar a la gente a resolver sus problemas. Es una manera de aprender sin profesores ni libros, y en el territorio: lo que se conoce como formación en compromiso social, que retroalimenta el repertorio de saberes académicos aprendidos en el aula.

Se aprende el sentido de la responsabilidad y la solidaridad, a evaluar las necesidades y demandas de una comunidad, y a integrar espacios de participación: esto hace a la formación de futuros profesionales críticos y conscientes de la realidad en la que se desempeñarán profesionalmente.

En la UNL, a través del Voluntariado Universitario y las Prácticas de Educación Experiencial, hay 487 estudiantes trabajando en diferentes proyectos y programas, como problemáticas de género, asistencia jurídica, apoyo educativo en barrios carecientes, etc., según indicaron a El Litoral fuentes de esa casa de estudios.

La experiencia de ser voluntario “te abre la cabeza, te pone los pies sobre la tierra, y te demuestra que la vida no pasa solamente por las aulas y por las materias aprobadas, o si te recibís a tiempo o no en la carrera”, agrega María Luján, la estudiante voluntaria. “Pienso que es la mejor forma de devolver a la facultad todo lo que nos brinda; y esas herramientas compartirlas con otras personas que no tuvieron la misma oportunidad”.

Prácticas en la UNL

Las prácticas de educación experiencial forman parte de los lineamientos estratégicos de las políticas de extensión y se articulan con las diferentes unidades académicas. Se trata de prácticas incluidas como actividades curriculares que realizan los alumnos y que implican diversos niveles de interacción e intervención en el medio social, cultural y productivo.

Pueden ser mediante proyectos específicos de extensión o como espacios curriculares de las carreras de grado a través de prácticas en terreno y formación profesional. Se propone establecer una relación estrecha entre los problemas que la vida real ha de plantear a los futuros egresados y su formación profesional, en cuanto ciudadanos comprometidos con el entorno social al que pertenecen.

El Programa de Voluntariado Universitario ofrece la participación en diferentes proyectos de extensión con planes de trabajos que apuntan a realizar acciones en beneficio de grupos que presentan diferentes grados de vulnerabilidad y distintos tipos de necesidades.

Además, como espacio para analizar el marco teórico de estas propuestas, se ofrece anualmente a todos los estudiantes de la UNL la alternativa de cursar la asignatura electiva “Extensión Universitaria”.