Entrevista con una canadiense asesora de la OPS

“Es más difícil ser médico de familia que especialista”

Para Martine Morin, la formación en medicina está más orientada a las especialidades que a la prevención de las enfermedades. “Curamos sólo el 20 % de las patologías porque sólo vemos la punta del iceberg”, sostiene y brega por más profesores que apunten a la atención primaria de la salud. El modelo de Quebec, donde el 90 % de la población cuenta con un médico de familia.

12_A_IMG_8678.jpg

“El médico de familia se forma para atender desde un niño con otitis hasta un adulto con un dolor en el pecho o una embarazada a punto de parir”, detalló Martine Morin sobre el vasto universo que debe abordar este profesional.

Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Agustina Mai

[email protected]

“Existe el prejuicio de que quienes eligen ser médico de familia lo hacen porque no tienen capacidad para seguir una especialidad. Esto es completamente falso: es más difícil ser médico de familia que especialista porque los temas que debe abordar son mucho más amplios y porque la curación va de la mano de las mejoras en las condiciones sociales y educativas de la población”, planteó la quebequense Martine Morin, en su visita a Santa Fe para disertar en el VI Seminario internacional de Atención Primaria de la Salud (APS) que se desarrolló hoy.

Docente de medicina familiar y de emergencia de la Universidad de Sherbrooke (Quebec) y colaboradora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la formación de recursos humanos, Morin trabaja para preparar médicos que garanticen la estrategia de la atención primaria de la salud.

“Hace 20 años, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el concepto de accountability, que podríamos traducir como responsabilidad social. Se trata de medir el efecto de las facultades de medicina en las poblaciones que deben atender para saber qué médicos es necesario formar y en qué regiones se necesitan más. De esto, va a depender el currículum de las carreras de medicina”, comenzó explicando.

Primero hay que conocer la población: sus condicionamientos sociales, dónde y cómo viven, qué enfermedades son las más prevalentes, etc. “Cada vez hay más evidencia de que los problemas de salud tienen que ver con factores sociales, las condiciones de vida y las posibilidades que determinan el estado de salud. Por ejemplo: contar con agua potable y cloacas, una nutrición adecuada, el tipo de vivienda, el nivel educativo, las condiciones laborales y factores ambientales”, aseguró Morin. Conocer las características poblacionales implica un trabajo conjunto entre las universidades y los diferentes niveles estatales (municipal, provincial y nacional).

Formar otro médico

Desde el siglo XIX, se viene desarrollando un sistema de salud basado en el modelo hospitalario. “Pero de esta forma, sólo curamos el 20 % de las enfermedades porque estamos viendo la punta del iceberg. Formamos profesionales muy limitados a su especialidad, pero nos falta formación en la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad. Nuestro problema es que faltan médicos de familia. Por eso, hay que revalorizar esta figura entre los estudiantes de medicina y se necesitan más profesores en el primer nivel de atención para trabajar sobre los problemas de salud de la población”, cuestionó.

El médico de familia reemplaza al tradicional clínico. “El médico clínico hacía su residencia en el hospital, es decir en el segundo nivel de atención, cuando la enfermedad ya presentaba complicaciones. No hacía consultorio en atención primaria de la salud. En cambio, el médico de familia se forma en este nivel: atiende desde un niño con otitis hasta un adulto con un dolor en el pecho o una embarazada a punto de parir”, comparó Morin.

En Quebec, los centros de salud del primer nivel se encuentran en todo el territorio y funcionan de lunes a lunes desde la mañana hasta las 9 de la noche. La atención es gratuita y el 90 % de la población cuenta con su médico de familia, que es “la puerta de acceso al sistema de salud”. “Ese 10 % que no lo tiene es porque nunca requirió una consulta médica”, concluyó.

Cupo para medicina

  • Contar con médicos de familia para todas las localidades es una de las metas del sistema de salud canadiense. “Para tener médicos en todas las regiones y niveles sociales, se necesitan estudiantes de todas las regiones y de todos los niveles sociales”, aseguró Martine Morin, asesora de la OPS.

Por eso, si bien las universidades son pagas, el Estado otorga becas y préstamos a las familias de menos recursos para que sus hijos puedan continuar sus estudios.

Para estudiar medicina, Canadá establece un cupo de ingresantes. Al finalizar los estudios, los cupos de las residencias se establecen de acuerdo con las enfermedades prevalentes en el país y las regiones con vacantes. Para promover la formación de médicos de familia, la mitad de las residencias están orientadas a esta rama profesional. “Lo interesante es que los estudiantes que eligen medicina familiar no lo hacen por descarte, porque no encuentran cupo en otras especialidades, sino porque constituye su primera opción”, remarcó Morin.

Debido al estricto cupo de ingresantes, la tasa de abandono de los estudios universitarios es prácticamente nula. “El 98 % de los que empiezan, termina la carrera. Y si uno o dos abandonan, al año siguiente se permite que entren uno o dos estudiantes por encima del cupo para garantizar la cantidad de médicos recibidos”, concluyó.

Seminario Internacional

  • Unos 300 estudiantes, docentes, trabajadores de la salud de Santa Fe, otras ciudades argentinas y de Uruguay y Chile participaron del VI Seminario Internacional de Atención Primaria de la Salud, organizado por el Comité Académico de Augm y la Facultad de Ciencias Médicas de la UNL que se realizó hoy. “El objetivo es fortalecer la formación médica en atención primaria de la salud (APS), necesaria para garantizar el acceso de toda la población”, explicó la decana de Ciencias Médicas, Larisa Carrera.