Mirada desde el sur

Macri & los subsidios

Raúl Emilio Acosta

El TUP -transporte urbano de pasajeros- depende, en su costo por boleto, de los subsidios nacionales. Durante mucho tiempo una trampa feroz, subsidiar el combustible y no el pasajero transportado (léase: boleto) dejó en modo sospecha a los empresarios.

El carácter nacional de los subsidios colocó al Estado nacional como el mecenas y el chantajista del tema TUP en muchas ciudades de Argentina. Ése fue un asunto del que MM (Mauricio Macri) nunca se quejó. Todas las ciudades del interior sí.

Ahora, MM dejó de ser intendente/gobernador de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba). De él dependen los subsidios, de él y del ministro Dietrich.

La ciudad de Rosario (nada diferencia un costo de otro) tiene un costo de boleto de 16 pesos. Un peso pone la municipalidad. Cinco pesos pone la Nación (MM + Dietrich). Por eso, se negocia un boleto de 9 pesos.

La provincia, por la ley Rubeo, pone 0,25. Todavía no ha terminado la paritaria regional de la UTA (29 % de aumento salarial a nivel nacional). El boleto urbano es un problema rosarino, en rigor 800.000 problemas diarios.

Se estima que si el gobernador ML (Miguel Lifschitz) sonríe y MF (Mónica Fein) sonríe, tal vez sigan llegando los subsidios.

No han disminuido en Caba y provincia de Buenos Aires, pero ése es el territorio propio del PRO Cambiemos. Aquí todos los gestos son de buena o mala voluntad. Con el socialismo, el gobierno nacional lo entiende así y nada ha cambiado, desde aquella monarquía de baja intensidad a este gerenciamiento desflecado, displicente y descontracturado. ¡Jesús!

Si el gobernador sonríe a tiempo, si los líderes socialistas continúan la sonrisa y la intendente jura amor y paz, acaso los subsidios continúen. Nada es seguro en la nueva dimensión gerencial. El argumento de cuánto dinero y con qué relación costo/beneficio puede desorbitar los ojos y frenar las firmas.

Este ministro Dietrich es el que no termina de denunciar a Randazzo / De Vido / Alejandro Ramos / CFK por los durmientes en mal estado que impidieron el desarrollo del tren Rosario-Retiro. Son 3.600 millones de dólares de un negocio sin licitación y con material inservible. Hum.

Muchos estiman que los votos de los miembros nacionales del socialismo y las declaraciones de Antonio Bonfatti, flamante titular nacional del PSP (con o sin internas) forman parte del tembladeral; o de la solución. Quién sabe... Todo suma, todo resta. El socialismo no es el radicalismo, ni el peronismo, ni el gobierno gerencial del PRO. Hum.

Durante años, se prefirió subsidiar el combustible y no el boleto (pasajero transportado) beneficiando a empresarios privados en muchas ciudades (básicamente Rosario, Córdoba y también Santa Fe). Ha llegado la época de las vacas flacas o los subsidios recortados y férreamente vigilados.

Para los analistas, no habrá un flujo continuo sino que dependerá de muchas buenas voluntades. Los administradores de la cosa pública sean unidos, pues de ellos es la decisión primera, que si se distraen, los devoran los de afuera. Los de afuera son, claramente, la inflación, los grupos de izquierda con la vieja revolución permanente y los partidarios de la reina CFK que insisten: también robábamos, pero éramos mejores.

El debate en el sur santafesino es la primera prueba seria entre el PSP y PRO Cambiemos y el jugador con dos banderas: el radicalismo.

La titular del Concejo rosarino, la radical Daniela León, dueña de su voto, de los del PRO Cambiemos que están seducidos y los del socialismo que obedecen a la señora Fein dependen, cosa rara, de una sonrisa santafesina. Corral es el verdadero hombre fuerte cercano a Balcarce 50 ahora que, quien debería serlo, se fue a hacer chistes a Panamá (Jua/ Jua/ Jua) y la León le dice a la Fein (suponemos) calma radicales, todo lo conseguiremos con Mauricio en su medida y armoniosamente.

Para que se entienda, el boleto rosarino depende de MM y éste recibe informes de Daniela León y José Corral, dos radicales y debe esperar la sonrisa de Lifschitz y Fein, dos socialistas.

Que el boleto dependa de la supervivencia de la alianza del FPCyS y de la alianza PRO Cambiemos / UCR, deja al pasajero en manos de una interna partidaria que no resulta la señal más clara, sino la más politizada. Ni bueno ni malo, pero complicado.

Los administradores de la cosa pública sean unidos, pues de ellos es la decisión primera, que si se distraen, los devoran los de afuera.