Consultorios jurídicos gratuitos de la UNL

Una apuesta a construir ciudadanía en los barrios

Funcionan nueve sedes en distintos puntos de la ciudad, donde se reciben todo tipo de planteos jurídicos, muchos de ellos vinculados con temas de familia, previsionales, laborales, de regularización dominial y también de violencia. Acceso a la Justicia y empoderamiento como conceptos básicos de esta experiencia que permite un aprendizaje mutuo.

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Estación Belgrano. Problemáticas bien diferentes coexisten en esta sede que está abierta al público los martes de 10 a 12. Foto:Flavio Raina

 

Nancy Balza

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Alan y Claudia se acercan al consultorio jurídico que funciona en la vecinal Villa del Parque. Necesitan información para poder divorciarse. La pareja ha decidido que los chicos van a vivir con Claudia, en la casa que tenían en común y que además él les dará un dinero mensual. Para iniciar el trámite, la pareja puede acercarse a la Defensoría Barrial donde, además, le brindarán asesoramiento.

Esta historia puede no ser exactamente así, seguramente los nombres no son reales, pero es muy probable que situaciones similares a ésta se presenten todos los días en alguno de los consultorios jurídicos gratuitos de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL, distribuidos en distintos puntos de la ciudad.

La propuesta de extensión se inició en 2007, se enmarca en el programa de Derechos Humanos de la UNL que tiene sede en la mencionada Facultad y tiene dos objetivos: el efectivo acceso a la Justicia de grupos vulnerables y la alfabetización legal. Ésta se realiza a través de las herramientas que ya existen en cada sede, como una radio barrial, talleres en escuelas y otras instituciones y folletos. También a través de periódicos barriales, como ocurre en Villa del Parque en cuya edición de marzo fue publicada la historia que sirve de punto de partida a esta nota.

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Villa del Parque. La vecinal es la sede del consultorio que funciona los lunes, de 10 a 12. Foto:Flavio Raina.

EL CONTEXTO

María José Bournissent es abogada y coordina el proyecto desde hace seis años, pero antes fue una de las profesionales al frente del consultorio jurídico de Acería y, luego, de la comunidad mocoví de Recreo. Más allá de los objetivos y los requisitos del programa, destaca la formación personal que se obtiene con esta experiencia, la vinculación con los barrios y con las necesidades de los vecinos, y el intercambio y aprendizaje mutuo. “No se trata de ir a un barrio y volcar conocimientos que se producen en la universidad: hoy se entiende que el conocimiento se empieza a producir en la universidad pero debe ser validado y enriquecido. Es un intercambio y muchas veces encontramos que a las cosas que aprendimos las tenemos que deconstruir”.

Cada consultorio es coordinado por dos profesionales egresados de la UNL y estudiantes del último tramo de la carrera de Abogacía que hacen allí su práctica profesional. También participan estudiantes y egresados de Trabajo Social. La vinculación entre ambas carreras es necesaria: “Como son barrioscon índices altos de vulnerabilidad, muchas veces surgen necesidades que no permiten separar lo jurídico de lo social”.

Como se dijo, uno de los ejes del programa es la alfabetización legal: para ello se detectan las principales problemáticas que se plantean en las consultas y se recuperan esos temas para su difusión y trabajo en diferentes formatos. Pero esa alfabetización también es hacia adentro, a través de capacitación y formación de los profesionales que participan. “El año pasado trabajamos mucho el tema de violencia y violencia de género, dónde derivar y cómo atender a la víctima para que no empiece a hacer un camino interminable”, informó Bournissent.

DOS EXPERIENCIAS

En una geografía tan amplia como la de esta capital, cada barrio va aportando su propia idiosincrasia a los temas que se abordan en los consultorios jurídicos. En el caso de la Estación Belgrano coexisten problemáticas vinculadas al sector más vulnerable que presenta conflictos de familia, indocumentación, pensiones por familia numerosa, hasta aquellas disputas entre vecinos por la creciente actividad de bares y restaurantes en la zona de Candioti. Trámites de jubilaciones, pensiones, regularización dominial y contratos de alquiler también suman a la rutina que transcurre en el primer piso del edificio, donde se reúnen cada martes -de 10 a 12- las abogadas María Dolores Balma y Nelia Fantino, las estudiantes de Abogacía -asignadas por este cuatrimestre- María Eugenia Martino Oroz y Natalia Deraco, y Claudia Manibardo, Lic. en Trabajo Social.

“Brindamos un asesoramiento general y de seguimiento”, señala Balma y aporta que la primera consulta suele ser general, por lo que se trata de situar el conflicto y hacer la derivación que corresponda, tanto a Anses, como a las defensorías barriales o a la Defensoría general. En el momento de visitar la sede, se estaba debatiendo la organización de un taller con chicos y chicas de 6º y 7º de la escuela IV Centenario con el objetivo de aportar una forma alternativa a la violencia para resolver conflictos, y la idea es que la propuesta replique en otras escuelas y otros barrios.

En la otra punta de la ciudad, el consultorio que funciona en Villa del Parque está a cargo de las abogadas Jimena Risso y Ana Giacomoni. “Venimos de una formación académica, muy dentro de la universidad y más en mi caso que me recibí hace bastante y tenía sólo una materia de práctica”, comenta la primera mientras considera la experiencia como “muy enriquecedora a nivel profesional y personal”. Su colega ya había participado de otras actividades extensionistas de la UNL y celebra que la Facultad brinde cada vez más opciones para cubrir estas afinidades. A ese consultorio jurídico, como a los demás, concurren estudiantes que van a hacer sus prácticas, lo que permite lograr otro tipo de formación profesional y trabajar en el territorio las cuestiones académicas y las organizaciones que demandan la intervención de la universidad en los barrios. “En lo personal es gratificante porque en este trabajo una puede ser útil y puede ayudar a cambiar un poco la vida de las personas”, expone Risso. Y Giacomini reconoce que “siempre decimos que la gente está cansada de barreras y de encontrar obstáculos todo el tiempo y, al margen de los objetivos específicos de extensión, los consultorios tienen esa meta: resolverle un poco la vida a la gente y que los vecinos tengan una respuesta cerca de su barrio”.

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"Un principio de los derechos reales es el de accesión que indica que todo lo que se construye es propiedad del dueño de la tierra. Es una presunción que no admite prueba en contrario. Los abogados aprendemos ese principio pero una vez en los barrios vemos que los vecinos dividen los conceptos de tierra y de vivienda: venden su casa pero no saben de quién es la tierra. Ahí se pone en jaque lo aprendido. Es un paradigma distinto de donde aprender”. DÓNDE BALANCE 2015

María José Bournissent.

Abogada y coordinadora del proyecto.

 

  • Lunes: vecinal Villa del Parque: de 10 a 12; vecinal El Pozo, de 14 a 16 y centro de salud vecinal Chalet, de 15 a 17.
  • Martes: oficina de distrito Estación Belgrano, de 10 a 12.
  • Miércoles: asociación civil Las Flores II, de 10 a 12, y parroquia San Agustín, de 15 a 17.
  • Jueves: vecinal Schneider, de 14 a 16, y vecinal Juana Azurduy, de 15 a 17.
  • Viernes: CIC Centro Integrador Comunitario, de 15 a 17. CONTACTO

Secretaría de Extensión y Cultura FCJS, Cándido Pujato 2751, 1º piso, Tel. (0342) 4571194 Int.105. E-mail: [email protected] o [email protected]

 

 

Durante el año pasado se atendieron 336 consultas: entre ellas, 118 correspondieron a cuestiones de familia, 44 a temas previsionales, 34 a temas patrimoniales, 33 a regularización dominial, 26 a cuestiones laborales y 11 a situaciones de violencia.