Fue fundado el 14 de mayo de 1966...

Cilsa cumple hoy 50 años de fecunda existencia

Nació con fines deportivos y enseguida encontró el ámbito para que la inclusión se convierta en una práctica y no en un mero objetivo. Ha tenido un notable crecimiento a nivel nacional.

Enrique Cruz (h)

[email protected]

Al principio fue un grupo de amigos que compartió una mezcla de necesidades, ilusiones y la voluntad de construir; que se reunieron y convirtieron, aquellas necesidades, ilusiones y voluntades, en un verdadero proyecto. Los alentaba una pasión en común (el deporte) y una discapacidad física que los desafiaba a buscar caminos distintos sin esperar que otros lo hicieran por ellos.

Cilsa fue evolucionando así en todos los aspectos. No era sólo un club de amigos con discapacidades que se juntaban a practicar deportes, sino un verdadero proyecto que apuntó a la formación, por ejemplo, de una cooperativa de trabajo entre su propia gente, la organización de playas de estacionamiento, rifas para conseguir recursos, el logro de las sillas de ruedas, elementos ortopédicos y el objetivo de ayudar a las personas de menores ingresos para mejorar su calidad de vida.

El deporte presente

Así, desde Santa Fe, Cilsa empezó a expandirse. El Programa Nacional de Recreación y Deportes fue apenas el primero de muchos logros. Luego llegó el Programa Nacional de Entrega de Elementos Ortopédicos y Concientización. Se empezó a llegar a personas de todo el país, suministrando sillas de ruedas, muletas, andadores, trípodes, bastones canadienses y concientizando, sobre todo a los niños, sobre las necesidades especiales y la posibilidad real de alcanzar un mundo más justo e igualitario.

Cilsa no interrumpió su labor constante a pesar de los vaivenes políticos y económicos, las crisis y las debacles. Se sostuvo en su propio esfuerzo y en algo que es invalorable: el aporte solidario de sus socios, que se cuentan de a miles en todo el país. La historia se fue nutriendo de pequeños y grandes logros. Primero fueron los deportivos (campeones del mundo) y luego los otros, apostando con esperanza a la inclusión de una comunidad capaz de curar sus propias heridas y de reconocer el valor y la dignidad de todos y cada uno de sus miembros.

Cilsa se conformó como una entidad capaz de comprender y valorar los alcances de lo que más tarde se conocería como “marketing filantrópico”, modalidad aplicada en los países del primer mundo a las instituciones sin fines de lucro.

Gran expansión

Hoy, Cilsa está presente en Santa Fe, Capital Federal, Mar del Plata, Córdoba, Mendoza, Rosario y La Plata. Seguramente, en el inicio allá por 1966, pocos habrán pensado en que se iba a expandir de ese modo y que iba a lograr tanto. Pero se consiguió. Hoy se recuerda, por ejemplo, aquel Círculo de la Bondad, que en 1983 se convirtió en la primera campaña nacional de captación de socios y que significó el basamento de toda la obra contemporánea de la ONG. Luego llegó la construcción del polideportivo, las colonias de vacaciones que integraron a chicos convencionales con niños discapacitados, el Club de Amigos, la apertura de oficinas en las principales ciudades del país, el Programa Nacional de Elementos Ortopédicos con la entrega de 50 sillas de ruedas mensuales, el Programa Nacional de Concientización que permitió llegar a casi 5 millones de alumnos de todo el país, el Programa Nacional “Un niño, un futuro” con más de 2.000 niños de escasos recursos económicos participando de actividades de recreación y apoyo escolar, las alianzas por la inclusión y la solidaridad, los Centros de capacitación Poeta, la campaña “Más lejos para llegar a más”, los premios al Compromiso Social y otras campañas que le dieron vida y dinamismo a la organización.

Hoy, aquellas semillas que plantaron los fundadores han fecundado y se pueden cosechar muchísimos logros. Pasaron 50 años de sueños y de concreciones por la inclusión. Mucha agua corrió debajo del puente y seguirá corriendo, porque el accionar de Cilsa no se termina. Queda mucho por hacer. Y con el espíritu de Juan Leonardo Vega, su gente seguirá creciendo y trabajando por una sociedad cada día mejor.

 

En cifras

33

Hogares de Día

Tiene Cilsa ubicados en Rosario, Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires, Mendoza, La Plata, Mar del Plata y Puerto Madryn.

 

Juan Leonardo Vega, el “alma mater” de la institución.

Foto: Archivo El Litoral

El dato

Los presidentes

* Rodolfo Dalla Santina (1966-1967).

* Osvaldo Isidoro Berraz (1973-1975).

* Juan Leonardo Vega (1971-1973 y 1975-1998).

* Juan Luis Costantini (1967-1971 y 1998-2012).

* Silvia Mauricia Carranza (2012 hasta la actualidad).

Aquella final con Estados Unidos

Argentina se coronó campeón del mundo de básquet sobre sillas de ruedas en Stocke Mandeville (Inglaterra) en 1973 y la base del equipo estuvo integrada por jugadores de Cilsa. Héctor Leurino, Rodolfo Sánchez, Osvaldo Ferrigutti, Juan Leonardo Vega y Juan Luis Costantini integraban ese plantel, que además tenía a “Mingola” Patrone de entrenador y al doctor Ricardo de Azcuénaga como médico. Fue uno de los grandes logros, quizás el más recordado de todos.

—Leurino: “Era una fija que íbamos a perder la final con Estados Unidos. ‘Mingola’ siempre me retaba por cosas que hacía adentro de la cancha, y con Juan Luis jugábamos de memoria. Le habíamos sacado una ventaja y se nos pusieron a un doble. Juan Luis sacó y se me ocurrió agarrar la pelota y tirarla hacia el sector nuestro. Cuando el norteamericano llegó a la pelota y la agarró, el partido ya había terminado”.

—Costantini: “Leurino no fue el mejor jugador del mundo pero era un base excelente. Los 30 puntos por partido los hacía yo. Entre el Gringo y yo, hacíamos lo que un israelí al que le decíamos ‘Muchacho’. Ése era el mejor del mundo en ese entonces”.

—Ferrigutti: “Nosotros viajamos en un Hércules de la Fuerza Aérea, practicábamos en doble turno y teníamos tiempo para ir a Londres y a Oxford, que estaba cerquita del lugar en el que estábamos”.

Historias y más historias, anécdotas y más anécdotas. Nombres y más nombres que enriquecieron no sólo a Cilsa, sino también al deporte argentino. Y pensar que todo nació en Santa Fe, por “culpa” de un grupito de muchachos sin trabajo que querían practicar deportes a pesar de sus discapacidades.