La muerte de Fidel Castro

Grandes retos para Cuba: deshielo, economía y relevo generacional

  • El fallecimiento del líder cubano es el punto final de un período histórico que ya había empezado a cambiar hace 10 años.
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Los cubanos reaccionaron esta mañana con pesar y admiración, pero también con expectativas y algo de preocupación por el futuro de la isla. al enterarse a primera hora de la mañana de la muerte del líder de la Revolución, Fidel Castro. Foto: Telam

 

Guillermo Nova - DPA

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Durante décadas, los cubanos estuvieron acostumbrados a enfrentar cualquier situación en materia nacional e internacional bajo el liderazgo del ex presidente Fidel Castro.

Invasiones militares, el mundo al borde de una guerra nuclear o la crisis económica del “Período Especial” provocada tras el derrumbe de la Unión Soviética. Por eso, muchos cubanos se preguntan ahora qué pasará en Cuba tras la muerte del líder de la revolución.

Pocos cubanos olvidan cuando, el 31 de julio de 2006, el entonces secretario personal de Fidel Castro, Carlos Valenciaga, apareció en la televisión estatal para anunciar que el líder cubano había sido sometido a una operación y delegaba el Gobierno en su hermano menor, Raúl.

Fidel Castro se alejaba del foco público diario, pero se mantenía presente a través de sus artículos de opinión, conocidos como “Reflexiones de Fidel”, y las visitas de personalidades internacionales que recibía en su residencia particular.

Los diez años de la presidencia de Raúl Castro se han caracterizado por una serie de reformas consideradas “pragmáticas”, aunque sin renuncia al socialismo. Los dirigentes cubanos aseguran que los cambios internos son una ‘actualización del modelo económico y social‘ que está en “perfeccionamiento”.

Las reformas se encuentran con el freno de la desaceleración económica, que vio cómo este año se redujeron a la mitad las previsiones de crecimiento del producto interno bruto.

La Habana ha calculado que el país necesita 2.500 millones de dólares anuales de inversión extranjera para impulsar el crecimiento de su economía y sustentar su sistema socialista.

En la mira están los cambios económicos, pero sin tocar el sistema político. Ése es el principal objetivo de las autoridades cubanas.

Apremiado por los tiempos, Raúl Castro ha manifestado públicamente su intención de pasar el testigo en febrero de 2018 a una generación más joven, nacida después del triunfo revolucionario de 1959.

Por el momento, el elegido para la sucesión en el Gobierno es el actual vicepresidente, Miguel Díaz-Canel, de 56 años, quien ha transitado por todos los escalones partidistas y gubernamentales.

Mientras en la esfera externa, el diferendo con Estados Unidos queda como una de las últimas páginas de la Guerra Fría. Tras los históricos anuncios del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, el conflicto pasa ahora a la búsqueda de una solución dialogada.

Pero a pesar del deshielo, el diferendo se mantiene. Cuba continúa con sus reclamos por la devolución de la Base Naval de Guantánamo bajo control de Estados Unidos y la eliminación del embargo que aplica el Gobierno estadounidense desde 1962.

Las reformas se encuentran con el freno de la desaceleración económica, que vio cómo este año se redujeron a la mitad las previsiones de crecimiento del PBI.

Cronograma de las exequias

  • El Gobierno cubano decretó nueve días de duelo oficial por la muerte del ex presidente Fidel Castro. Durante ese periodo, las banderas ondearán a media asta, no habrá actividades ni espectáculos públicos y la radio y la televisón mantendrán ‘una programación informativa, patriótica e histórica‘.

A continuación, el cronograma de los actos fúnebres por el líder revolucionario, fallecido la noche del viernes a los 90 años:

- 28 y 29 de noviembre: los restos mortales de Castro serán velados en el Memorial José Martí de La Habana, donde los cubanos podrán despedirse de él.

- 29 de noviembre: acto de masas en su honor en la Plaza de la Revolución en La Habana.

- 30 noviembre-3 de diciembre: la urna con las cenizas de Castro será trasladada en una caravana que irá recorriendo durante cuatro días el país a lo largo de 900 kilómetros, desde La Habana hasta Santiago de Cuba, siguiendo, en sentido inverso, ‘el itinerario que rememora La Caravana de la Libertad en enero de 1959‘.

- 3 de diciembre: acto de masas a las 19:00 hora local (00:00 GMT) en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba.

- 4 de diciembre: entierro a las 07:00 hora local (12:00 GMT) el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, el mismo en que está enterrado el poeta y político republicano José Martí (1853-1895).

¿Irá Obama?

  • Ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado, dirigido por John Kerry, habían dicho hasta la tarde de este sábado si viajaría una delegación a Cuba para las exequias. Los dos países retomaron relaciones diplomáticas en 2015, tras más de medio siglo de ruptura, y Obama se convirtió en marzo de este año en el primer presidente de Estados Unidos en pisar suelo cubano en casi 100 años. El primer mandatario en anunciar que viajará a la isla para despedir a Fidel fue el boliviano Evo Morales. Otros Gobiernos latinoamericanos estudian la composición de la delegación que enviarán. El senador por Florida, Marco Rubio, de origen cubano, instó a Obama a no enviar representación a las exequias por Castro. “No hay razón para abrirnos al legado de Fidel Castro de antiamericanismo, de asesinato, de dictadura, de encarcelamiento, de exilio, que es de lo que se trata su legado”, manifestó. No fue el único republicano en pedir a Obama que no envíe representación a la despedida de Fidel Castro. Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes y que tiene posibilidades de entrar el Gobierno de Donald Trump, instó también a Obama a abstenerse.
 

OPINIÓN

Almudena de Cabo - DPA

De Adidas a Puma, las grandes marcas compitieron por vestir a Castro

  • Hace diez años Fidel Castro cambió el uniforme militar color oliva por ropa deportiva convirtiéndola en la seña de identidad de sus últimas apariciones públicas y desencadenando con ello una especie de rivalidad entre las grandes marcas deportivas.

Después de años de usar Adidas, Fidel Castro comenzó a llevar cada vez con mayor frecuencia indumentaria deportiva de la rival Puma. Las dos marcas alemanas negaron en todo momento tener contrato alguno que lo ligara a sus empresas.

Castro, que falleció la noche del viernes a los 90 años, apareció por primera vez en uniforme deportivo en 2006, después de su salida del poder, en una imagen tras su operación facilitada por el Gobierno cubano y que dio la vuelta al mundo. En ella se podía ver a Castro llevando una chaqueta de Adidas con los colores de la bandera cubana.

“No es algo positivo, ni negativo”, explicaron desde la empresa alemana al ser consultada entonces por el diario “New York Times”. “Somos una marca deportiva, hacemos productos para atletas, no para líderes”, indicaron.

Desde ese momento, aunque también se lo pudo ver llevando alguna vez ropa de alguna otra marca, la pasión de Castro por la marca alemana quedaba clara en cada aparición.

Sin embargo, la historia de amor pareció llegar a su fin en abril de 2015 cuando se difundieron imágenes del líder revolucionario votando en una elección local en La Habana con una chaqueta de Puma.

“El chandalismo revolucionario”, como fue denominado por algunos, y al que no dudaron en sumarse otros líderes latinoamericanos como Hugo Chávez, se convirtió así en el centro de las apariciones de Castro y en su 90 cumpleaños este año volvió a acaparar titulares al volver a aparecer portando una chaqueta con el logo del felino.

Desde la empresa de Herzogenaurach, en el sur de Alemania, se remitieron simplemente a recordar que Puma es el proveedor del equipo olímpico de Cuba y “está muy presente en Cuba como marca”. “No tenemos contrato alguno con Fidel Castro y por ello tampoco influencia alguna en lo que lleva”, agregó el portavoz.

Mientras, un portavoz de Adidas indicó que Castro ya llevó anteriormente chaquetas de empresas rivales. Hasta 2012, Adidas fue el patrocinador oficial del Comité Olímpico Nacional de Cuba y se encargaba de esta manera de proveer a los deportistas cubanos de camisetas, zapatillas y pantalones.

Sobre esta base se cree que Castro también accedió al material con frecuencia. Sin embargo, desde la empresa indicaron siempre que no había contrato alguno con el líder revolucionario.

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