Se inaugura mañana

“Tierra de nadie” en el MAC

La nueva propuesta traerá a Leandro Calamante con una exposición de dibujos y una instalación de tierra, fuego y ramas carbonizadas. Además, comenzará otra exposición de “Patrimonio activo” con obras de Federico Aymá. La entrada es libre y gratuita.

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La exposición será una puesta de dibujos y una instalación de tierra, fuego, ramas carbonizadas y registros realizados en las paredes con el carbón resultante.

Foto: Gentileza Producción

 

De la Redacción de El Litoral Prensa Cultura UNL

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Mañana a las 20, quedará inaugurada la muestra “Tierra de nadie”, de Leandro Calamante, en el Museo de Arte Contemporáneo de la UNL, Bv. Gálvez 1578. La exposición será una puesta de dibujos y una instalación de tierra, fuego, ramas carbonizadas y registros realizados en las paredes con el carbón resultante. La jornada, además, comprenderá la inauguración de una nueva edición de “Patrimonio activo” con obras del artista Federico Aymá.

Los interesados podrán acercarse a las instalaciones del museo en los horarios habituales, de martes a viernes de 9 a 13, y de 16 a 20, sábados y domingos de 17 a 20.

Concepción del mundo

Calamante plantea una penumbra ambiental al develar un escenario donde priman grandes bloques de tierra que ocupan con sus volúmenes la totalidad del espacio. El carbón con todas sus posibilidades se ve desplegado en estos volúmenes que flotan en la escena. “El artista presenta una concepción del mundo desde el pequeño espacio. Cada parcela potenciada por el concepto de propiedad privada se muestra en su recorte, en su diferenciación y en la convicción de que lo que le pertenece individualmente”, explica Stela Arber, directora del MAC.

Mirada de época

En complemento, el MAC expondrá obras de Federico Aymá, quien ha sabido mostrar gran oficio y habilidad en la práctica del dibujo con rasgos originales, limpios y espontáneos en un automatismo de resolución instantánea siempre dentro de la figuración.

Las obras fueron realizadas entre las décadas del 60, 70 y 80. Aymá fue incansable en su trabajo y dejó miles de dibujos realizados en tinta, en carbonilla y otros materiales.

“Aymá posee un lenguaje plástico que se inserta con toda su fuerza en lo social mostrando su propia visión, su compromiso sobre lo que acontece a su alrededor, sin olvidar el rigor estético en sus obras -manifiesta Arber-. Con fuerza desgarradora, nos deja su obra artística, que es más que eso, es una obra artística testimonial, donde se puede ver su batalla personal hurgando permanentemente en la miseria y la arrogancia del poder. Sin concesiones, sin tolerancias, se refleja su mirada aguda sobre la época que le tocó vivir”.