El domingo, con entrada libre

Es “Tiempo de bailar”

  • Mientras celebran su quinto premio Gardel y preparan un disco junto a la Orquesta Sinfónica Provincial de Santa Fe, Los Palmeras serán parte de la noche tropical de Tecnópolis Federal junto a Sergio Torres, el domingo desde las 19. En exclusiva, un repaso de este presente de la mano de Rubén Deicas.
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La idea del proyecto sinfónico se estimuló tras la actuación de “Cacho” Deicas en Trombonanza: ahora Rubén Carughi está al frente de la orquestación de los clásicos del grupo. Foto: Archivo El Litoral

 

Ignacio Andrés Amarillo

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“Invitamos a la gente que gusta de la música tropical, en este caso Los Palmeras, los que nos han seguido y los que no han tenido la posibilidad de vernos en distintos espectáculos: el domingo se viene la posibilidad cierta de estar al lado de nosotros y pasar un buen momento”. El que habla es Rubén Héctor “Cacho” Deicas, vocalista del histórico grupo tropical santafesino, que junto con Sergio Torres protagonizarán la noche del domingo en Tecnópolis Federal, desde las 19 y con entrada libre.

Con esa excusa, El Litoral dialogó con el cantante para adentrarse en el presente de Los Palmeras.

—Les toca protagonizar una de las noches centrales de Tecnópolis Federal. ¿Cómo viven estos reencuentos masivos y con entrada libre con el público más propio?

—Realmente para nosotros es un orgullo trabajar en Santa Fe, en toda la provincia, porque nos encontramos con toda la gente que durante 45 años nos ha apoyado en nuestra carrera. Para nosotros es un placer enorme devolverles en canciones, en alegría, todo lo que hizo la gente por nosotros, los medios, distintos personajes que han colaborado para que Los Palmeras sigan existiendo.

—Ya cuando festejaron los 40 años, por ejemplo, han hecho presentaciones hipermasivas y el público les devuelve de la mejor manera.

—Bueno, a raíz de eso, cada vez que hay una convocatoria de este estilo, la gente apoya con la presencia. Por ahí nos quieren escuchar, hace bastante tiempo que no estamos en Santa Fe, y cada vez que nos encontramos es una alegría.

—Ganaron en estos días su quinto premio Carlos Gardel.

—La semana pasada estuvimos en el teatro Gran Rex, donde fuimos premiados por el Mejor Álbum de Música Tropical, y se vienen sucediendo unas cuantas cosas: el Konex de Platino, la posibilidad de estar en el Festival de Viña del Mar. Se están dando cositas que por ahí uno no las pensaba y con el tiempo son regalos para la trayectoria.

—Con varios premios y alegrías, ¿cómo se sigue festejando cuando uno ya se acostumbra a festejar un montón de cosas?

—Las cosas te siguen sorprendiendo, de la mejor manera en que uno las puede recibir; por ahí te encontrás con premios importantes como este Carlos Gardel: nos han elegido a nosotros entre muchísimos grupos famosos del país. Para nosotros es un halago que escuchen las canciones, lo que está grabado; en este caso Capif ha fallado a favor nuestro, y estamos muy agradecidos.

Devolución

—En este disco, “Tiempo de bailar”, el tema al que ustedes le pusieron todas las fichas fue “Búscate un hombre que te quiera”. Pero ustedes dicen que a los temas los decide siempre la gente al final. ¿Qué canciones son las que tomó el público?

—Bien decís. Nosotros teníamos cifradas esperanzas en “Búscate un hombre que te quiera”. Pero empezó a moverse “La cola”, surgió de los operadores y los medios, que son los que bucean adentro del material y pareciera que tienen el olfato especial de conseguir el éxito. En este caso “La cola” y “Tiempo de bailar” nos mostraron un resultado adverso al que pensábamos. Hoy por hoy son los más pedidos.

—Es interesante que 45 años después sigan esperando esa devolución.

—Uno por ahí puede sentir con el olfato “éste puede ser el tema”, pero hay veces que nos equivocamos. Que sea la gente para nosotros es un orgullo bárbaro, porque trabajamos muchísmo en los temas que vamos a grabar, que no tengan doble intención, que sean bailables y pegadizos. Ésa es la temática. Una vez que los grabás ya son del público, que es el que los lleva como propios.

—Los chilenos de Chico Trujillo ponen a Los Palmeras como una de sus referencias, junto con artistas como Juan Gabriel o Totó la Momposina. ¿Son conscientes de la trascendencia internacional que tienen?

—Es una de las tantas sorpresas. Hoy tenemos en Internet una cosa impensada hace muchos años, que no podía viajar tanto la música: hoy no tiene fronteras. Trasciende el mundo, distintos lugares impensados: en México sabemos, en Chile también. Al “Bombón asesino” lo han grabado en ruso, en alemán. Tenemos las versiones, lo han grabado en distintos idiomas: por ahí las escuchás y te causa gracia (risas).

Lo que llama la atención es que ese tema lo grabamos en 2004, y la vigencia que sigue teniendo: si no lo hacés dos veces en una presentación la gente te lo sigue pidiendo. Todavía no despierto de lo que contiene ese tema, lo que transmite, para que la gente se alegre, quiera pararse. La verdad es que es un tema que impacta, contagia alegría.

A toda orquesta

—¿Qué se viene para el mediano plazo de Los Palmeras?

—Ya terminamos con esta meta que nos habíamos fijado de presentar el disco en Capif y la entrega en el Gran Rex. Ahora estamos trabajando en una producción de los 20 grandes éxitos de Los Palmeras con la Sinfónica de Santa Fe. Está bastante avanzado eso, va a quedar una belleza, una cosa muy bien hecha. Esperemos que sea bien recibido, porque es una cosa distinta, que nunca se hizo.

—¿Quién hizo los arreglos?

—Rubén Carughi. De Rubén sabemos muy bien del gusto que tiene (más allá de ser un profesional con letras grandes) por la música tropical. Le encargamos los arreglos de la Sinfónica, te imaginás el trabajo que es eso, con tantos músicos.

—Es muy estricto a la hora de trabajar.

—En eso me tengo que sacar el sombrero, porque es un tipo que se pone a laburar, porque no le importa la obra, no le importa nada: le gusta hacer las cosas bien. Lo pudimos comprobar, ha estado en nuestras grabaciones: sabemos del caudal que tiene, como músico y como persona.

—Justamente la idea era preguntar cómo fue ese momento de (por invitación de Rubén) cantar “La suavecita” con todo el ensamble de Trombonanza.

—Un poco la idea vino por ahí. Cuando él me convocó para cantar en Trombonanza había una punta. Me quedé encantado esa noche: era como estar cantando con la Sinfónica de Londres (risas). De ahí salió la idea de ver si se puede hacer varios temas. Ya se ha empezado y han tomado una fuerza muy importante.

La gente está acostumbrada a escuchar los instrumentos nuestros, y ahora agregarles violines, violoncellos, trompetas, todos los instrumentos que tiene la Sinfónica, pienso que es un trabajo monstruoso para escribirle la música a todos y grabarlos. Ya tenemos unas maquetas, está impecable.