Llegan cartas

Pasajes costosos

OMAR FERREIRA

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El costo del pasaje de colectivo es irrisorio. Mas aun tratándose de un servicio subsidiado. ¿Hasta cuándo los laburantes que pagamos el boleto, vamos a ser el pato de la boda? El señor presidente, al principio de su mandato, dijo que todos tenemos que hacer un esfuerzo. Soy usuario del servicio de colectivos y estoy dispuesto a hacer el esfuerzo, pero también, por lo que cuesta el pasaje, tengo derecho a exigir, y que las autoridades y empresarios me den respuestas.

Exigir control de las autoridades y respeto por parte de los empresarios, exigir colectivos más limpios, exigir frecuencias acordes con las demandas, exigir cambiar normas de trabajo para que los choferes comprendan que es más importante el pasajero que cumplir con los tiempos de recorrido, exigir que todos paguen el pasaje. Porque, por ejemplo, ¿por qué los policías no pagan? ¿Por qué los empleados municipales -que no están en horario de trabajo- no pagan? ¿Por qué hay mucha gente que sube al colectivo y muestra un carnet de color rosado, que el chofer ni se molesta en controlar y no pagan?

Estas actitudes de las autoridades y los empresarios se asemeja a lo que sucede en algunos tambos. Si siempre se ordeña a la misma vaca, con el tiempo el animal se enferma de mastitis, volviéndose renuente e irascible. Hasta que no cambien esas malas costumbres y se ordeñe a todo el rodeo, las pobres vacas enfermas se cansarán y romperán el corral. Pero si se ordeña parejo a todo el rodeo, el tambo funcionará mejor y hasta se podrían achicar costos. “En treinta y cuatro años de libertades, lo único que conseguimos es estar más prisioneros que nunca”.