Ayer, en Rosario

Imputaron a 8 detenidos del clan Funes-Ungaro

El juez Hernán Postma imputó por asociación ilícita y dictó la prisión preventiva contra ocho miembros de la banda liderada por las familias Ungaro y Funes, que están siendo investigados en la justicia provincial, y la semana próxima les tocará el turno del fuero federal donde serán procesados por narcotráfico.

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Daniela Ungaro, una de las denominadas “jefas narco” de la banda narco.

Foto: Marcelo Manera

 

Germán de los Santos

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En un día atípico, un domingo de fin de semana largo, la zona de los tribunales de Rosario perdió la tranquilidad luego de que decenas de móviles trasladaran hasta ese edificio a los imputados, que fueron detenidos el miércoles pasado en un megaoperativo ejecutado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), con apoyo de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) de Santa Fe.

Por primera vez, la justicia federal y la provincial trabajaron de manera coordinada para golpear a una banda que ejercía una violencia desenfrenada en la zona sur de Rosario, en una guerra contra el clan rival de los Caminos, para quedarse con la hegemonía territorial para la venta de drogas.

Imputados

Entre los imputados por Postma estuvieron René y Daniela Ungaro, quienes son hermanos y protagonistas centrales de esta organización. René está preso en Piñero y por el crimen del ex jefe de la barra de Newell’s, Roberto Caminos, alias Pimpi, quien fue asesinado en 2010 en la puerta del bar Ezeiza. René, alias El Brujo, es uno de los líderes de esta organización, que maneja desde la cárcel. Daniela Ungaro, de 50 años, fue la pareja de Luis Medina, el empresario narco, que fue ejecutado junto con su novia, en el acceso sur de Rosario.

De parte de los Funes, Alan y Lautaro, sumaron una nueva imputación por asociación ilícita. Se sumó Jorge Funes, el padre de ambos, un veterano delincuente, un verdadero especialista en abrir cajas fuertes.

Brisa Amaral, de 18 años, fue imputada como miembro de la asociación ilícita. Esta joven era la novia de Jonatán Funes, quien fue acribillado en la ruta A012, a metros de la cárcel de Piñero el 5 de febrero pasado. Brisa ejerció la conducción de la banda, luego de este hecho, y recibía órdenes según establecen las escuchas telefónicas- de Alan y Lautaro desde la cárcel. Jorgelina Selerpe, la novia de Alan Funes, también fue imputada por el juez Postma. Carlos Fernández, conocido como Pelo Duro, lo consideran como el brazo armado de la organización.

Zona liberada

En la audiencia imputativa, en la que acusaron los fiscales Gisela Paolicelli y Matías Edery, Daniela Ungaro contó que pagaba coimas de manera sistemática en la comisaría 11º para que tuviera zona liberada. Esta mujer relató que llevaba el dinero en persona al comisario de esa seccional, que hace una década atrás estaba “alquilada” por Pimpi Caminos.

Los fiscales señalaron que en esta trama de guerra narco entre las dos familias se cometieron 27 homicidios en el último año.

La causa contra el clan Funes expediente Nº39419- se inició el 7 de noviembre de 2016, con la denuncia de un testigo de identidad reservada, que advertía que este clan dominaba la venta de drogas en el barrio La Tablada, donde el espiral de asesinatos nunca mermó.

El denunciante contó en su declaración cómo se movían los engranajes de violencia en el barrio. Dijo que un policía le dijo: “Ahí vive Lautaro Funes, si querés te libero la zona y lo matás de un tiro”.

Los Funes y los Ungaro

De acuerdo a la investigación, que llevaron adelante los fiscales provincial Gisela Paolicelli y federal Claudio Kishimoto, esta banda narco está liderada por dos ramas. Por un lado, por los Funes, con Jorge y sus dos hijos Lautaro y Alan, quienes actualmente están presos en el penal de Piñero. Y por otro lado, por los Ungaro, un apellido pesado e histórico en La Tablada. Los jefes son René, quien está preso por el crimen del jefe de la barra de Newell’s Roberto Caminos, y su hermana Daniela, quien fue detenida el jueves pasado, y es la ex esposa del empresario narco Luis Medina, acribillado en diciembre de 2013 junto a su novia.

Ese cuadro superior de la organización manda sobre otro más grande y heterogéneo, integrado por diez personas, que como ocurrió con el caso de Brisa Amaral ascendió en la estructura tras la detención de Alan y Lautaro Funes, y el crimen de su novio. Por debajo, la banda tiene nueve soldaditos identificados.

René Ungaro, preso, y Jorge Funes, quien fue atacado a balazos el 1º de enero pasado, eran en un principio quienes movían los hilos de la banda. Elegían los lugares de acopio y fraccionamiento de los estupefacientes, y también de venta. A la par decidían los blancos de asaltos y robos a domicilios y las represalias contra el clan rival de los Caminos.

Lautaro y Alan Funes eran los que conseguían las armas y coordinaban los ataques, mientras que Jorgelina Selerpe, alias Chipi, novia de Alan, abastecía y recaudaba de las bocas de expendio de venta de cocaína y marihuana.

Esta estructura del negocio del narcomenudeo cambia a partir de enero, cuando los Funes se ven debilitados tras el crimen de Ulises y luego Johnatan, a lo que se suma la detención de Alan. Brisa Amaral, una sobreviviente de esta guerra, es la nueva jefa que retransmite las órdenes que le dan desde sus calabozos los Funes. Aparece un nuevo grupo de soldaditos alistados para la guerra. Y la violencia no se detiene.

Por primera vez, la justicia federal y la provincial trabajaron de manera coordinada para golpear a una banda que ejercía una violencia desenfrenada en la zona sur de Rosario, en una guerra contra el clan rival de los Caminos, para quedarse con la hegemonía territorial para la venta de drogas.