Gastón Neffen
La Fundación por las Cardiopatías Congénitas convoca a caminar en la Costanera el domingo a las 17.30, en el marco de un evento para generar conciencia sobre la necesidad de detectar estas patologías a tiempo en los embarazos
Gastón Neffen
En la Argentina nacen 8.000 chicos por año con una cardiopatía congénita, una alteración del corazón o de los grandes vasos que puede ser fatal si no se detecta en las ecografías prenatales, ya que es esencial que estos bebés nazcan en una maternidad preparada, rodeados de los especialistas y la tecnología necesaria para asistirlos.
Con el objetivo de generar conciencia sobre esta patología, la Fundación por las Cardiopatías Congénitas organiza una caminata desde el Puente Colgante hasta el Centro de Deportes Municipal, junto al Club Ferroviario. Con el eslogan “yo me muevo por el corazón de los chicos”, van a participar deportistas, políticos, personalidades de la ciudad y todos los santafesinos que quieran caminar para ayudar a poner el tema en foco.
Se van a juntar este domingo a las 17.30 en la cabecera oeste del Puente Colgante. En el Centro Municipal de Deportes también se van a desarrollar actividades de concientización a través de las redes sociales y juegos con los chicos —como “un show de burbujas”—. La actividad se organiza en forma conjunta con la Municipalidad y el Concejo Municipal.
En relación con el tratamiento de estas patologías, en la ciudad se avanzó en los últimos años, pero todavía queda un largo camino por recorrer. “Hay una mejora en el diagnóstico prenatal en las ecografías, pero hay que seguir informando a los padres para que se puedan preparar y no tengan que decidir en medio de la urgencia y la angustia”, planteó Mónica Patiño, presidenta de la Fundación por las Cardiopatías Congénitas, en una entrevista con El Litoral de la que también participó Érica Bode.
El principal avance en la ciudad se dio en el ámbito de la salud pública. El Servicio de Cardiología del Hospital de Niños Orlando Alassia operó a más de 200 chicos con cardiopatías en los últimos cinco años y ahora se derivan a Buenos Aires sólo los casos de mayor complejidad. “De los siete especialistas en cardiología infantil que hay en la ciudad hay cinco que trabajan en el Alassia, un dato que marca la importancia de este servicio”, destacó Bode.
El año pasado se remodeló el servicio —con fondos que aportó la fundación—, para sumar una área de ergonometría que les permite hacer un seguimiento de los pacientes que fueron operados. Ahora, el desafío es incorporar un laboratorio de híbrido. “Es como un quirófano con un equipo de hemodinamia. Permite que las cirugías sean menos invasivas y se acorta el tiempo de recuperación de los pacientes”, explicó el Dr. Alberto Molina, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Alassia, en diálogo con El Litoral.
El equipo vale entre 600.000 y 1.500.000 dólares —de acuerdo al modelo y su complejidad— y permite operar entre el 80% y el 90% de las cardiopatías. “Incluso en los casos que es necesario derivar a centros de mayor complejidad, con esta tecnología se envía a los chicos compensados y con menores riesgos en el traslado”, destacó Molina.
Desafíos
“En el tratamiento de las cardiopatías hay mucho que hacer con las obras sociales, que en general derivan a los bebés a los centros con los que tienen convenios. En este caso eso no se puede hacer porque hay muy pocos lugares especializados”, advirtió Patiño.
Por la complejidad que tiene esta patología, la atención se concentra en el Hospital de Niños o directamente se viaja a Buenos Aires. “El caso del sistema público la atención y derivación está organizada, pero el problema es que los padres hasta tienen que vender empanadas para costearse largas estadías en Buenos Aires, cuando sus bebés necesitan quedarse allá”, contó Bode.
Un punto a favor que tiene la ciudad es que en el Centro de Diagnóstico y Rehabilitación (Cedir) se realizar actividad física adaptada a pacientes con cardiopatías. “Es muy importante y hay pocas ciudades que lo tienen. A los adolescentes y jóvenes que crecieron con esta enfermedad les permite mejorar su calidad de vida y saber qué pueden hacer”, destacó Patiño.
El principal avance en la ciudad se dio en el ámbito de la salud pública. El Servicio de Cardiología del Hospital de Niños Orlando Alassia operó a más de 200 chicos con cardiopatías en los últimos cinco años.