Redacción El Litoral
La iniciativa surgió de rescatistas independientes. Los materiales son reunidos a través de donaciones y las casitas son entregadas a quienes no pueden adoptar y tienen perros en sus veredas.
Redacción El Litoral
En una casa de familia, de Pasaje Ferreyra al 1500, se gesta el hogar para aquellos perros que no tienen un lugar para vivir y deben sobrevivir a las inclemencias del tiempo a la intemperie, sobre todo en esta época invernal. Hace dos meses, 20 amigos, motivados por el amor perruno que los une, tuvieron la iniciativa de crear la ONG “Un techo para un callejerito” y construir cuchas destinadas a los perros de la calle. “Nuestro sueño es que el animal no esté en la calle, por eso promovemos la adopción responsable. Pero ante la realidad que percibimos debemos actuar y lo que hacemos aporta una solución a esta problemática”, coincidieron Martín Ramírez, José Ignacio Obino, Yamile Veniselo y Mariana Beuchel -dueña de casa-, quienes son fundadores del proyecto.
Entre todos
“Originalmente iban a ser construidas con cajas de leche, pero desistimos porque no iban a tener durabilidad a causa del viento y la lluvia. Por ello, decidimos hacerlas de madera y allí surgió el desafío de conseguir los materiales”, expresó Mariana. La ayuda no tardó en llegar por parte de vecinos y de diferentes locales comerciales, quienes acercaron donaciones necesarias para fabricar las casitas. De tal manera reunieron pallets, cajones de verdura y de pollo, mantas y colchoncitos que les permitió darle curso al proyecto.
“Mensualmente recibimos tornillos, velo y membrana líquida por parte de una ferreteríaque se comprometió desde un principio con la causa”, mencionaron. Dentro de las cuchas —miden 70x70cm—, para aislar el interior de las bajas temperaturas y el agua, utilizan la membrana líquida y el velo. Además del techo, la organización elabora colchones e intenta distribuir alimento balanceado para aquellas personas que tienen hasta más de tres perros en la vereda y se les hace imposible darles de comer. “Tratamos de ayudar al que ayuda, por suerte la gente se compromete y aporta su granito de arena”, precisó Yasmile.
La cruda realidad
Si uno transita los barrios de la ciudad se dará cuenta que existe un gran número de perros callejeros, ya sea porque nacieron en la calle o porque fueron abandonados por sus dueños. “En dos meses pudimos contabilizar más de 120 perros, y el total puede ser mucho mayor. Notamos que la mayoría son de edad avanzada, algunos están lastimados y muchas veces sienten que la calle es su lugar, por eso apostamos a la castración masiva”, dijo con preocupación Juan Ignacio. Ante la falta de relevamiento en Santa Fe sobre la cantidad de perros en situación de calle, Mariana sostuvo: “Hay rescatistas o asociaciones, pero actúan cuando hay una denuncia. Por esto decimos que el perro de la calle es del proteccionista independiente que no pertenece a ninguna agrupación, de aquél loco que se va todas las mañanas y noches con una bicicleta y un tarrito de alimento para los perros del barrio”, y agregaron a unísono: “Lo que hacemos sirve para hacer visible esta realidad que no todos ven y nosotros aportamos a esta causa, también para incentivar a la población a que adopten una mascota”.
Gran demanda
Las solicitudes llegan en grandes números y la mayoría se hace por intermedio del Facebook de la ONG (Un Techo Para Un Callejerito). Las demandas provienen de personas que tienen un “callejerito” en la puerta y al que le dan contención, desde un plato de comida, un tasón de agua o un abrigo, pero que no los pueden retener en sus hogares. Frente a la situación de dormir a la intemperie, las cuchas pueden brindarle un reparo ante cualquier circunstancia. En este sentido remarcaron que “las casitas se entregan de manera gratuita, a veces ponemos de nuestro bolsillo para pagar un flete”. Para cubrir la extensa cantidad de pedidos que reciben -tienen más de 80 por cumplir-, el grupo se reúne todos los sábados y ocasionalmente agregan una jornada más a la semana, ya que los integrantes trabajan o estudian por lo que aprovechan el tiempo libre para dedicarse al compromiso de que cada perro tenga un resguardo. “Los perros nos producen la necesidad de ayudar y el impulso que nos da la gente es lo que nos motiva a seguir con la producción. Nuestra idea es continuar más allá del invierno”, dijo Martín.
“El perro de la calle es del proteccionista independiente que no pertenece a ninguna agrupación, de aquél loco que se va todas las mañanas y noches con una bicicleta y un tarrito de alimento para alimentar a los perros del barrio”
Para reunir fondos que permitan reponer materiales y comprar herramientas, la ONG organizará el próximo domingo un Té Bingo en el salón de Jerárquico Salud (Av. Facundo Zuviría 4641), de 15 a 19. “Uno de los propósitos del evento será juntar plata para comprar una sierra, y otras maquinarias que nos faltan o que están en mal estado, para que el trabajo se facilite y sea más efectivo”, concordaron. Habrá shows musicales, variedades gastronómicas y muchos premios.