El Tribunal Oral Federal de Santa Fe condenó esta tarde a Víctor Esteban Almirón (54 años), alias “Pola”, a 9 años de prisión, y a su hijo del mismo nombre, apodado “Puchinga” (34), a 8 años de prisión, en ambos casos por ser encontrados culpables como coautores de los delitos de organización y comercio ilícito de estupefacientes. También les aplicaron multas de 30.000 pesos a “Pola” y 20.000 mil pesos a “Puchinga”.
Asimismo, el padre fue hallado culpable del delito de tenencia simple de estupefacientes, al igual que su pareja, Mabel Victoria Monzón, quien fue condenada a 1 año de prisión en suspenso.
El Tribunal, integrado por los jueces José María Escobar Cello, Luciano Homero Lauría -presidente- y María Ivón Vella, dispuso también el decomiso de 5 de los vehículos que habían sido decomisados durante la investigación (una camioneta VW Amarok; una camioneta Toyota Hillux 4x4; un auto Renault Sandero Stepway; un utilitario Citroen Berlingo; y una moto Honda XR 250 cc). Los fundamentos del fallo se conocerán el 7 de agosto
Los Almirón fueron enjuiciados por ser jefes y organizadores de una banda narcocriminal que abastecía a los barrios Yapeyú, Loyola y La Tablada.
Durante el juicio, alrededor de 60 testigos declararon ante el Tribunal Oral, tras lo cual el fiscal general, Martín Suárez Faisal, había solicitado 12 años de cárcel para “Pola” y 10 años para “Puchinga”.
La organización delictiva de los Almirón tenía un arraigo de más de una década en los barrios Yapeyú, Loyola y La Tablada, y la fiscalía encontró acreditados los delitos al menos en el período que abarca desde noviembre de 2014 al 30 de junio de 2015, fechas en las que se inicia la investigación y se realizan allanamiento en varios domicilios de Hugo Wast al 6700, donde la Brigada antinarcóticos secuestró más de 3 kilos de marihuana y registró todo un escenario que daba la pauta de que allí se comercializaba la droga. En ese operativo, fue detenido “Pola” Almirón, mientras que “Puchinga”, de 34, fue apresado tres meses después -30 de septiembre de 2015- en la misma zona, cuando intentó escapar en la moto Honda XR 250 cc decomisada, con 4 gramos de marihuana en los bolsillos.
Según se leyó en la sala de audiencias, la estructura familiar-criminal, no sólo se dedicaba a la venta directa (kiosco de droga), sino que había diversificado el negocio a la modalidad de “distribución”, abasteciendo los kioscos de la zona bajo su señorío; así como bajo la modalidad delivery, esto es, la entrega puerta a puerta de la sustancia ilícita, posibilitado por la participación de un pequeño “ejército” de soldaditos que trabajaban para ellos.