Vendieron una de las casas entregadas por el municipio

Florencia Arri
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El jueves 25 de julio, la Municipalidad entregó las primeras 6 de las 14 casas que construye en la zona conocida como Los Quinchitos, en barrio Nueva Esperanza Este. Fueron construidas para reubicar a familias que vivían en construcciones precarias, en zonas de riesgo hídrico de Bajo Judiciales y Bajo Gada. El lunes 28, cuatro días después de recibir la llave César O. Villalba, uno de los seis adjudicatarios, vendió la suya.

Así lo indica el boleto de compraventa de Exequiel Cáseres, quien ese mismo día se mudó a la nueva vivienda junto a su esposa Carolina y su hijo de un año y medio. Los tres vivían en casa de un familiar, en barrio Transporte y, según cuentan, “necesitábamos la casa”.

Cáseres trabaja en una distribuidora y cuando se enteró de que Villalba vendía la casa de Nueva Esperanza no lo dudó: sacó un préstamo bancario y pagó los 25.000 pesos que pedían por ella. “Nosotros no usurpamos, compramos de buena fe”, repite Carolina cada vez que alguien cuestiona su derecho a habitarla. Junto a las palabras exhibe el boleto de compraventa que lo acredita y que espanta las críticas de vecinos, pone en alerta a la Municipalidad y demora los intentos policiales por desalojarla.

Ante la falta de escritura y la pretensión de ocupación legítima, la familia exhibe la llave que la Municipalidad entregó a Villalba, con el llavero y logo que la caracteriza. Sin embargo, todo parece indicar que pronto deberán dejar ese techo.

Propiedad

La casa que vendió Villalba es una de las catorce que la Municipalidad construye en la manzana delimitada por calles Necochea, Pasaje Público, Piedrabuena y Callejón Aguirre. Cada una tiene una superficie de 46 metros cuadrados y se compone de cocina-comedor, módulo para dos dormitorios y baño (ver “Viviendas”).

Las seis construcciones entregadas aún son propiedad de la Municipalidad. Cada uno de los adjudicatarios firmó un acta de reubicación que detalla una serie de requerimientos. Entre ellos, figura la prohibición “de transferir o vender, ni a título oneroso ni gratuito, el bien que les otorga el Estado para resolver su situación”.

En palabras de la directora de Santa Fe Hábitat Agencia para el Desarrollo Social y Urbano municipal, Sara Lauría, en el mismo acta “figura que ellos se comprometen a habitar con su grupo familiar, de manera permanente, la vivienda que les asigna el Estado sin poder transferirla, cederla ni prestarla a terceros bajo ningún concepto”.

La irregularidad fue advertida por los propios vecinos, quienes alertaron a la Municipalidad y, al mismo tiempo, reconocieron que los nuevos habitantes “son gente buena, trabajadora” e insistieron en no tener “ningún problema con ellos”.

Frente a la evidente situación de incumplimiento, la funcionaria de Hábitat manifestó que “se iniciaron las actuaciones correspondientes con el fin de recuperar para el Estado este bien patrimonial y reasignarlo a una de las 20 familias destinatarias” que todavía esperan la suya.

Lauría destacó que las familias adjudicatarias no son dueñas del inmueble. “No tienen el dominio porque la Municipalidad todavía no lo ha transferido. Todavía no son los dueños formales”, reforzó. En este sentido explicó que, al incumplir el acta firmada, “la familia que vendió perdió su oportunidad” y por tanto “queda excluida de volver a reclamar una solución de vivienda al Estado”.

Respecto de quienes la compraron “sin mala intención”, la funcionaria comentó que se iniciaron procedimientos judiciales y administrativos “para desalojarla”. Lauría aseguró que, desde Hábitat, se va a trabajar con esta familia, como con el resto, para brindarle una contención y solución.

Pero la funcionaria agregó que ésta no es la forma de hacer las cosas y que se deben seguir los canales legales. “Es lamentable pero hay una cantidad de familias que están esperando, que son los destinatarios de estas viviendas tal como precisa la ley Ley Provincial 13.245”, concluyó.

Viviendas

Las seis casas entregadas se edificaron en terrenos con cota adecuada, de 10 metros de frente y 20 metros de fondo, delimitados por tejido perimetral. Cuentan con la conexión domiciliaria de los servicios de agua potable y energía eléctrica, con su correspondiente pilar de luz.

Puertas adentro, se componen de cocina-comedor, módulo para dos dormitorios y baño. Cada una tiene instalación interna de luz -con su correspondiente medidor y tablero con disyuntor-, agua fría y caliente, gas envasado, desagües secundarios y primarios, descarga de líquidos cloacales a tanque séptico y pozo negro, canaletas y bajada de pluviales.

La Municipalidad detalló que las construcciones fueron realizadas con mampostería de ladrillos comunes sobre cimientos de hormigón; cubierta de chapa galvanizada sobre estructura de madera con cumbrera, babetas y cenefas de cierre. Además cuentan con capa aisladora, revoques interiores completos, cielorraso de madera con aislación, zócalos y pisos cerámico sobre carpeta; aberturas de aluminio; revestimiento cerámico en cocina y baño con instalación de artefactos y grifería (inodoro, lavabo, ducha y mesada de cocina de acero inoxidable); pintura interior y exterior.