“¡Llegué a Santa Fe!”. Con los brazos en alto y los pies firmes en los pedales. Con el alma llena de volver a la tierra de su papá y de sus abuelos. Así gritó Mauro Martín Clausen el domingo, a las cuatro de la tarde, al cruzar el Puente Colgante tras pedalear 11.300 kilómetros.
Es marplatense y salió de su ciudad el 16 de enero de 2013. Desde entonces, recorre el país en dos ruedas: se llenó los ojos un atardecer en el canal de Beagle, en Tierra del Fuego; y los pulmones en las rojizas alturas de La Quiaca. En el medio, casi queda paralizado de hipotermia en Río Negro, donde una lluvia lo hostigó 70 kilómetros en la Ruta Nacional N° 3 hasta llegar a San Antonio Oeste, y encontró una ducha caliente y una cama en los Bomberos Voluntarios. Tras pasar por Reconquista, llegó el domingo a Santa Fe. Su “viaje caradura” lo llevó a pedir hospedaje gratuito en el Club Unión, donde se queda hasta el sábado. “Gracias al portero, Walter”, cuenta que consiguió “algo que vale oro: un techo y una cama con baño”. La comida sale de su bolsillo, con sus ahorros de varios años.
En estos cuatro días, “voy a volver a la casa donde nació mi papá, en Aristóbulo del Valle y Javier de la Rosa, a unas cuadras de la Basílica; a reunirme con parientes y a hacer lo que más disfruto: hablar con la gente en la calle, en las plazas, empaparme de esta hermosa ciudad”.
Vuelta a casa
Cuando Mauro salió de su casa no sólo se despidió de sus padres: renunció a las escuelas de Mar del Plata donde daba clases de Comunicación Social. Su motor era su sueño: “Recorrer las 23 provincias argentinas”. Su plan, llenar los meses y los días con improvisación y vivir el día.
“Cuando me despierto nunca sé que voy a hacer. Vivo el momento, eso es lo que más disfruto, mi futuro más cercano son las próximas horas”, contó.
Hoy, dice que ya estuvo en todos los paisajes: “Me llené de momentos únicos y extraordinarios”. Y reconoce que decidió emprender el camino de vuelta. “Extraño a mis padres, mi casa y mis alumnos. Ya es tiempo de volver”, aseguró.
Y planea hacerlo a lo grande: “Voy a llegar al punto de partida, en el Monumento a San Martín, donde espero que estén mis padres, mis amigos y algunos ex alumnos. Extraño mucho mi casa, ya quiero estar de vuelta”.
Seguilo
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