El Litoral
Se trata del encargado de un local ubicado en Primera Junta, entre 25 de Mayo y San Martín. Allí, un reclamo de bancarios ahuyenta a potenciales clientes. Ya tuvo que reducir horarios a sus empleados y teme por el futuro de su negocio.
El Litoral
Bullicio, bombos y pancartas. Un grupo de manifestantes se agolpan en la puerta de un banco ubicado en pleno centro de la ciudad de Santa Fe. A pocos metros, un comerciante desesperado ve caer sus ventas.
“Hace 12 días que el banco está en conflicto y el perjudicado soy yo”, reconoce Darío en diálogo con El Litoral mientras permanece sentado en la calle.
Llegando al mediodía la temperatura llegaba a los 30° y el sol pegaba directo sobre el asfalto. El encargado de un local de productos dietéticos y saludables encontró esa manera de reclamar; de poner en conocimiento su problema: “Este tipo de movilización no permite que la gente ingrese a mi local y pueda ver lo que nosotros ofrecemos”, expresó ofuscado este comerciante.
“En este tiempo mis ventas bajaron alrededor de un 80 por ciento. Y con esto no quiero decir que estoy en contra de los trabajadores, yo he sido trabajador (de sanidad) pero llevado tanto tiempo no tengo cómo soportar”, señaló.
“Si sigo con la manifestación frente al local tendré que cerrar. Se perderían tres puestos de trabajo. A mis empleados le tuve que reducir a cuatro horas para poder subsistir”, contó.
“Tengan piedad”
En el blindex del local (una dietética) su encargado pegó sus pancartas. “Tres familias dependen de este negocio”, reza un cartel. Otro, directamente pide; “tengan piedad”. Una tercera cartulina dice: “resuelvan su conflicto sin seguir cortando mi derecho al trabajo”.
En ese sentido, Darío reconoció un contacto con los manifestantes pero no obtuvo respuestas. “Hablé con el gremio y dijeron que iban a hacer menos ruido en horarios pico pero no cumplieron por eso tengo que exponerme, porque estoy perdiendo mucho”.
“Puse todo mi capital en este negocio, es una franquicia. No tengo más. Y si yo pierdo, pierde mi familia. Es una forma de defender mi negocio, ya que nadie me escucha”, le dijo el comerciante a El Litoral.
“Estoy de acuerdo”
Tal vez lo tragicómico de este triste episodio es que el comerciante no está en contra del sentido de la protesta. “Estoy totalmente de acuerdo con el reclamo (el traslado a una sucursal de Paraná a una empleada con un hijo menor) pero me está perjudicando a mí”, afirmó.