¿Qué significa el récord de 28.5 millones de dólares para una obra de Leonora Carrington?
Hace pocos días, “Las distracciones de Dagoberto” de la pintora surrealista británica, nacionalizada mexicana, fue adquirida por ese monto en Sotheby 's. El comprador fue el argentino Eduardo Constantini. Esto coincide con un curso en la Universidad Católica de Santa Fe que indaga en la relevancia de Carrington en el arte contemporáneo.
La obra “Las distracciones de Dagoberto”, que rompió un récord en mayo. Foto: Gentileza Sotheby's
Durante mayo, se produjo un hito en el mercado mundial del arte. El cuadro de 1945 titulado “Las distracciones de Dagoberto” se vendió por 28.5 millones de dólares con comisiones en una subasta de Sotheby’s, estableciendo un récord para la artista británico-mexicana adscrita al surrealismo. El cuadro, que tenía una estimación de 12 a 18 millones, fue adquirido por el argentino Eduardo Costantini, fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
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Estos hechos se producen mientras se desarrolla, por iniciativa de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF), el curso “Leonora Carrington en su laberinto”. La actividad comenzó el 18 de mayo y tendrá continuidad el sábado 1º de junio, con modalidad híbrida, de 8:30 a 12:30 en el aula 2.51 de la casa de estudios ubicada en Echagüe 7151. La propuesta implica una revisión de la carrera de la artista y una de las docentes a cargo, junto a Franco Rodríguez, es la Lic. Ayelén Poggi, quien fue consultada por este medio respecto al récord de Carrington, que nació en Lancashire, Inglaterra, en 1917 y murió en México en 2011.
En la opinión de Poggi, lo ocurrido tiene que ver con las reglas del mercado del arte. “Creo que, por un lado, las buenas obras de mujeres que salen a subasta son muchas menos, obviamente, que las de hombres. Eso se refleja en el circuito comercial. Por otro lado, creo que los subastadores ya sabían que Costantini iba a pelear por la obra; ya había querido comprarla hace 30 años y se le había escapado. Me parece que esa variable jugó un papel importante”.
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“El cuadro que compró Costantini de Remedios Varo hace cinco años también fue un récord de compra, como el de Frida Kahlo. Son todas compras millonarias y en todos los casos se trata de mujeres. Lo que me parece que hay que destacar es que Costantini ha sabido, muy tempranamente, elegir pintoras y pintores realmente significativos. Si uno recorre la colección Costantini, las obras que tiene son claves”, explicó luego.
“El Museo de Arte Latinoamericano da cuenta, en una sola colección, de todas las corrientes del arte latinoamericano. Contiene íconos de la historia del arte latinoamericano como ‘Abaporú’ de Tarsila do Amaral. Creo que lo que compra es bueno. Y que, realmente, el papel que están teniendo las mujeres en los precios de venta tiene que ver con que hay menos cantidad de obras, porque su producción y lo que se ha conservado es menor”, añadió.
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Una pintora revalorizada
Respecto a la importancia de Leonora Carrington en este momento particular de la historia del arte, Poggi consideró que es una autora cuya temática toca problemas contemporáneos. “La simbiosis que hace entre su cultura celta, la cultura surrealista, la magia, la hechicería, la cábala, la alquimia y luego la unión entre el cristianismo europeo y el cristianismo mexicano, todo ese bagaje que ella llevaba, genera una obra con una desopilante imaginación, con un sincretismo cultural que me parece importante. Sobre todo en momentos en donde los fanatismos y nacionalismos están aumentando en el mundo”, explicó.
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“Es que Carrington fue una autora que viajó por muchos lados, vivió en muchos lugares, se asentó en México y logró ser más mexicana que los mexicanos, pero no en un sentido nacionalista, sino en cómo logró armonizar todas las tradiciones y, en última instancia, pintar en función de problemas que son universales y que nos importan a todos. Como el encuentro con uno mismo, la armonía con el cosmos, la amistad”, indicó.
En los cuadros de Leonora, de hecho, la amistad aparece continuamente revalorizada. En especial la relación que mantuvo con Remedios Varo y Kati Horna. “Esas tres brujas del surrealismo, como les han dicho. Porque leían libros de hechicería y magia, y llevaban eso, de forma graciosa, a la cocina. Muchos cuadros de Carrington están compuestos en torno a mesas o calderos, donde hay mujeres cocinando, como si fueran brujas. Pero son brujas que, en última instancia, lo que hacen es volver a ubicar al ser humano en armonía con la naturaleza”, cerró.
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