El hombre récord de la historia de Colón recibió el merecido “homenaje en vida” anoche en el Brigadier López. Ante cerca de 20.000 hinchas rojinegros, y luego de un amistoso jugado entre sus ex compañeros y sus amigos, el “Bichi” saludó, junto a su esposa Jéssica, y sus hijos Jerónimo, Cristian y Paloma, a las cuatro tribunas del estadio. Así se despedía el eterno goleador, dando lugar a la incuestionable leyenda. “Gracias a mi señora y mis hijos, a mi familia que vino de Coronel Dorrego, especialmente a mi viejo, que me enseñó a ser una persona de bien. Todo el mundo puede recordar a un jugador por sus logros, como me pasa a mí con la cantidad de goles y los partidos jugados con la camiseta de Colón, pero me encantaría que el día de mañana me recuerden por ser un buen tipo, nada más que eso”. Así será, lo vivido anoche en el estadio de barrio Centenario es el comienzo de una leyenda, de eso no hay dudas.