Se transformó, de golpe, en el funcionario provincial más requerido por los medios. Pablo Farías, secretario de Seguridad en Espectáculos Deportivos y Masivos, visitó esta mañana la redacción de El Litoral y respondió a todas las preguntas:
—¿Por qué se juega sin público el clásico?
—La verdad, no hubo un único elemento determinante. Si tuviera que utilizar una figura es la de la “tormenta perfecta” como definen los especialistas. Se juntaron factores de una manera excepcional: situación deportiva de Unión, situación edilicia, antecedentes violentos de la barra de Colón.
—Lerche habló de la limitación del estadio y Spahn dijo que la cancha estaba en condiciones....
—A Unión le veníamos pidiendo determinadas cuestiones. De todos modos, la decisión no es una sanción al club. En distintas actas le fuimos reclamando a Unión cosas que en algunas ocasiones cumplieron como queríamos y en otras no del todo, por distintas situaciones. Podían tener mayor o menor relevancia para jugar otros partidos, pero un clásico es distinto.
—¿Y la crisis deportiva terminal de Unión?
—A lo del descenso lo teníamos a la vista, con lo cual se daba un marco que nos predeterminaba. Hablamos con gente que está trabajando en organismos de seguridad de Buenos Aires y Córdoba y nos dijeron que un clásico con uno de los dos descendidos es una bomba de tiempo.
—En los considerandos se detallan todos los temas de violencia de los barras sabaleros.
—Sí, hay un informe muy claro de cada incidente de la barra de Colón en los últimos meses. Pero hubo muchas otras circunstancias. Repasamos los clásicos anteriores y vimos cómo ingresar la gente al estadio. Acá marco el fracaso de los itinerarios en los clásicos anteriores y por eso que pasó había una clara imposibilidad de contar con el transporte público.
—¿Por qué lo decís?
—Porque la UTA (Unión Tranviarios Automotor) salió ayer a avalar la decisión tomada y advertir que ante cualquier incidente el domingo, paran la línea entera por el resto del día. Hay que ver el impacto que en muchas actividades de la ciudad tiene el clásico: hubo colectivos que casi no sirvieron más. La imagen con gente arriba de los techos no se podía repetir. El comercio, ni qué hablar.
—¿Pensaron en una reducción importante y descomprimir teniendo la gente adentro de la cancha?
—En un clásico, siempre hubo problemas afuera: antes, durante y después. Si lo realizábamos con gente, era con una reducción importante. Entonces, la gente que no podía entrar se iba a quedar en las inmediaciones presionando para entrar como sea.
—Dio la impresión, en las declaraciones de ayer, que Spahn está más enojado que Lerche con la decisión
—El deseo de Spahn era poder asegurarle a sus socios la asistencia al encuentro. Él se sintió responsabilizado por la situación de las obras en el estadio, pero no ponemos eso como causa excluyente. Es sólo una de las razones. Fue lógico y entendible lo de Luis por el momento que estaba viviendo Unión, justo en el día que se podía decretar el descenso, algo que finalmente se dio. Cuando conversamos, Luis estuvo muy razonable: nos dijo que en el mismo club había escuchado opiniones a favor de jugar sin gente. No queríamos consenso, sino entendimiento y respeto por lo que el gobierno hizo desde el 11 de marzo hasta la fecha.
—Siempre se te notó convencido de qué medida tomar.
—Es que no estaban dadas las condiciones para jugar con público. Pero era una decisión que no la iba a tomar de manera aislada. Soy parte del gobierno, respondo al ministro Lamberto y el gobernador Bonfatti. El gobernador tiene multiplicidad de problemas y yo no podía avisarle un mes antes qué pensaba hacer. No se podía tomar una resolución hace un mes. Antes, hubiéramos dudado pero ahora en Gobierno y Municipalidad hay una convicción muy fuerte de lo que hicimos.
—En un año electoral se alzaron voces diciendo que “se lavaron las manos y optaron por la más fácil” de todas las salidas.
—La más fácil era que el clásico se haga y no hacernos responsables de nada. En el informe me dicen claramente que ni siquiera dependía de la cantidad de efectivos para poder jugar el partido. Me encantaría, como hicimos en 30 partidos desde que estoy, jugarlo con las dos hinchadas. La más fácil era jugarlo con gente y no tomar una medida antipática. Yo tengo que actuar responsablemente y no especular con la parte política. Es un error intentar sacar provecho de esto. Nadie puede garantizar desde el Estado que no haya ningún incidente.