“Este año fue de crecimiento extraordinario, porque estrené muchas óperas nuevas para mí”, cuenta la artista. Foto: Archivo El Litoral-Guillermo Di Salvatore
Este jueves, desde las 21, Virginia Tola se presentará en el flamante Auditorio Municipal de la ciudad de Avellaneda acompañada por la Orquesta del Sur, bajo la batuta de Juan Domingo Rodríguez.
“Este año fue de crecimiento extraordinario, porque estrené muchas óperas nuevas para mí”, cuenta la artista. Foto: Archivo El Litoral-Guillermo Di Salvatore
La soprano llevará este jueves un repertorio ecléctico al Auditorio Municipal de Avellaneda, con dirección de Juan Rodríguez, mientras se prepara para encarar un 2014 de alto vuelo internacional.
Ignacio Andrés Amarillo [email protected] Este jueves, desde las 21, Virginia Tola se presentará en el flamante Auditorio Municipal de la ciudad de Avellaneda acompañada por la Orquesta del Sur, bajo la batuta de Juan Domingo Rodríguez. En la previa, la artista dialogó con El Litoral sobre este concierto, y sobre su presente y futuro de proyección internacional. —¿Cómo se dio esto de presentarte con una orquesta en Avellaneda? —Es difícil en el interior, porque hay muchas ganas de recibir a los artistas, por suerte, pero a veces las estructuras no están armadas para eso. Ni acá, ni en Italia ni en ningún lugar hay una orquesta sinfónica en cada lugar. Aquí hemos trabajado varias veces con Juan Rodríguez, con un repertorio que hemos hecho para este tipo de conciertos. —¿Cuál va a ser? —Toda la primera parte de arias de ópera, un poco más veristas, más italianas, una cosa más conocida. Y en una segunda parte hago zarzuela, y algo de canción en español que al público le encanta. Quizás hagamos algo de comedia musical en inglés. Es un repertorio que a mí me gusta mucho. Después de más de diez años trabajando con Plácido Domingo haciendo este tipo de conciertos, me di cuenta de que la estrategia es hacer toda la primera parte como cantantes de ópera (que es lo que nosotros somos) pero en la segunda parte agregar música que le llegue más a la gente, cercana a lo que escuchan hoy en día. La zarzuela, la música española al público le encanta, y los boleros y las canciones de comedia musical lo mismo. —¿Cómo se prepara el cantante para un repertorio ecléctico? Es distinto a preparar una temporada de una ópera o una zarzuela. —Creo que mi voz es muy versátil. Partiendo de esa base, y no teniendo prejuicios con ningún tipo de música (eso también es muy importante), la preparación viene normal. Las arias de ópera las he preparado con mis maestros de ópera, y canto esas óperas, tengo una técnica específica. La parte de canciones o boleros ya es de elaboración mía, más personal: trato de no utilizar tanto la colocación impostada de voz de ópera, sin tanto vibrato, o con un color más normal. Trato de cantar como si lo estuviera haciendo en mi casa, o en una fiesta. Baile polémico —¿Cómo fue la experiencia de hacer “Un ballo in maschera” en el Colón? —Fue impresionante, la verdad es que la puesta era un poco controversial, porque era de La Fura dels Baus. Conocía un poco el trabajo de las obras de teatro, nunca fui a una pero alguna vez vi algo en Internet y leí críticas, y sé que siempre es como de mucho efecto, muy descontracturante, algo fuerte. Me imaginaba quizás que a lo que se refiere al trabajo nuestro actoral o de posturas nos iban a hacer muchas cosas más osadas, pero en realidad el trabajo fue bastante normal, la pauta fue como lo que vengo haciendo con otros directores. Sólo que la situaron en un tiempo más moderno, la reinterpretaron a su modo. La cosa más difícil para nosotros fue usar las máscaras durante toda la ópera: era una máscara de cuero que te ocupa desde el cuello hasta la cabeza entera, entonces es muy difícil cantar. Los cantantes de ópera trabajamos con nuestros resonadores que están en toda la cabeza, son nuestro micrófono, para eso estudiamos años. Entonces si te ponen una máscara de cuero empieza un poco el problema. —Empezás a sentirte apretada. —Y no deja que la voz suene bien. Nos dijeron que sonaba bien, que se escuchaba, pero la preocupación siempre estuvo. Hubo gente a la que no le gustó, a otra le gustó la propuesta, hubo gente que la tuvo que digerir. Son controversiales y es el efecto que buscan ellos también. —¿Y el director musical Ira Levin? —Es un buen director y no nos puso ningún obstáculo. Propuestas —¿Qué tenés en carpeta para 2014? —Mucha cosa nueva: voy a abrir tres nuevos teatros para mí. Nunca estuve en el Teatro de SÆo Paulo, en Brasil, donde voy a hacer “Falstaff”. Voy al Teatro Campoamor, de Oviedo (España), en enero, donde voy a hacer la Doña Elvira de “Don Giovanni”, y lo que más me interesa para mí es la Arena de Verona, donde voy a hacer mi debut con “Un ballo in maschera”. —Ya la tenés muy preparada... —Sí, es mi ópera preferida en este momento. En la Arena de Verona entran 20.000 personas, es una cosa impresionante. —¿Te imaginás cómo va a ser? Ya has hecho conciertos en grandes escenarios, en lugares abiertos, pero una ópera completa... —Tengo muchísima experiencia con Plácido. Es una ópera completa y sin micrófono: he hecho conciertos multitudinarios pero con micrófono. A este lugar he ido a escuchar ópera y se escucha muy bien, pero no es el sonido de cuando tenés el parlante al lado. Es un sonido más normal, que te recoge la misma herradura de la Arena. —Qué difícil... —Me tiene muy entusiasmada. Me encanta la idea, además de que sé que va a ser una producción bellísima porque la hace Pierluigi Pizzi, un italiano muy estético. Después de eso tengo la apertura del Festival Verdi en Parma, que es el lugar de Verdi, con la ópera “Il Corsaro”, que es nueva para mí. —Bastante completo... —Aparte tengo también “Las elegidas”, lo que hicimos en el Colón con las cantantes argentinas, 3 y 4 de marzo; tengo conciertos con Plácido... —¿Cómo se maneja una agenda así, y cómo se estudia? —La parte más difícil es el estudio, porque teniendo una cosa atrás de la otra es difícil darse el tiempo. Gracias a Dios estando en Italia estoy muy cerca de mi maestra, Raina Kabaivanska (considerada una de las mayores divas de todos los tiempos; su época de oro fue poquito después de la de Maria Callas). Para mí estudiar con ella es un regalo del cielo, porque es espectacular, y me está transmitiendo toda esa manera de cantar más a la antigua, de la mejor época de la ópera, de los años ‘50 al ‘70. Es una técnica donde te hacen utilizar más los resonadores, hacer hincapié en la respiración. Hoy la técnica se ha distorsionado un poco, porque depende de la lengua de donde uno sea cambia la técnica vocal. Esta es una técnica italiana, que para cantar en italiano está justa. Evolución —Te sentís cómoda cantando zarzuela. ¿Te queda ganas de hacer más? —Sí. Uno de mis sueños que todavía no he podido cumplir es hacer una zarzuela completa. La zarzuela vino de la mano de Plácido, de hacer los conciertos con él. Es un género muy difícil. Donde se hace más es en España, tiene mucha parte hablada, y hay que hacerlo en el español de España. Tiene mucha parte de teatro que hay que hacerla como si uno fuera español. Me imagino que contratar a un extranjero en España es un tema para ellos. Y todavía no se dio la oportunidad. Tengo mi casa en España, en Madrid, así que estoy empapada de la cultura; no se ha dado la oportunidad todavía. —Siempre se te ha visto muy suelta en los papeles de soprano cómica de zarzuela. —Por eso me encanta ser cantante de ópera: porque es actuar cantando. Es lo que más me divierte: ser una actriz que canta. —Pero del repertorio operístico elegís los papeles más dramáticos. —Sí, porque mi tipo de voz es más dramática, más lírica spinto. Y además también las arias que más se hacen en los conciertos (como las de “Tosca”, o las de Puccini, como “Manon Lescaut”) son para voces líricas, con un peso. También uno ve lo que a la gente le gusta, como las arias de Verdi. —¿Qué otra cosa te queda como meta? —Ampliar el repertorio, poder trabajar con directores que te enseñen mucho. Este año fue de crecimiento extraordinario, porque estrené muchas óperas nuevas para mí. Hice “Stiffelio”, de Verdi, que es híper difícil, en la Ópera de Montecarlo, con José Cura, bajo la dirección del maestro Maurizio Benini. Fue impresionante el trabajo que hicimos con él, lo gocé desde el primer día al último: era tener ensayos con él al piano y cada cosa que decía era interesantísima. Eso es un director, que te marca y hace que todo sea más fácil. Estoy por cumplir 12 años de carrera profesional. A este punto lo que quiero es divertirme mientras lo estoy haciendo. Quiero ser feliz y disfrutar en el camino, porque pude hacer muchas cosas que nunca soñé. Quiero empezar a disfrutar y no preocuparme por cosas que no tienen sentido.