Alberto Omar Agundez Bogado falleció días pasados. Fue, sin dudas, el nombre que históricamente se relaciona con el deporte del levantamiento de pesas en Santa Fe. El "Chiche" o el "Gordo" para los amigos del ambiente, se transformó a lo largo de 50 años en el gran valuarte de una disciplina a la que siempre estuvo ligado.

En su relación con las pesas primero fue levantador, de hecho él fue el primer pesista que tuvo nuestra ciudad, luego entrenador y juez, para finalmente dedicarse a la dirigencia. En esa trayectoria la halterofilia fue creciendo de su mano en Santa Fe. En 1953 fundó la Federación Santafesina de Pesas, la cual presidió durante varios períodos, fue consejero de la Federación Argentina, y como árbitro su reconocimiento alcanzó relevancia nacional e incluso traspasó las fronteras cuando formó parte del elenco de jueces de la Federación Internacional de Pesas.

Siempre estuvo ligado en sus funciones y afectivamente al Club Rivadavia Juniors donde no sólo estuvo relacionado con las pesas, sino que también se "prendía" a participar en cualquier evento (básquet, peñas, reuniones, etc.); además entrenó pesistas en el Club de Regatas. Pero sin distinción de clubes, desde el principio, actuó como consejero, maestro y guía de las diversas generaciones que fueron practicando este deporte. Con el tiempo, y después de haber trabajado tanto, el "Chiche" se convirtió en un símbolo de la halterofilia en Santa Fe. Algo que lo acredita, la gran cantidad de trofeos y menciones adquiridas durante años, como el último otorgado por la Confederación Sudamericana de Levantamiento de Pesas en reconocimiento a su medio siglo de dedicación a esta disciplina. Hoy ya no está, pero el agradecimiento seguirá presente para un hombre que trabajó como pocos para el crecimiento y desarrollo de un deporte del que fue protagonista en todo sentido.