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Fue tablas la undécima partida

El número uno del mundo, el ruso Gari Kasparov, conduciendo las piezas blancas, hizo ayer tablas con su compatriota y antiguo discípulo Vladimir Kramnik, segundo en el escalafón, en la undécima partida del Mundial de Ajedrez, que se disputa en los estudios Riverside de Londres y en el cual el retador se impone por 6,5 a 4,5 puntos.

La undécima de un total de dieciséis partidas comenzó con la apertura española o de Ruy López, y en la sexta jugada Kramnik empleó la variante Arkangel de dicha defensa.

Los catorce primeros movimientos fueron exactos a los de la partida entre Kasparov y el español Alexei Shirov, que se jugó en Linares en 1998 y que también terminó en tablas, pero luego Kramnik cambió y efectuó dxe4 en vez de Ae7, como lo hizo Shirov.

A partir de ese momento se desató una cruenta batalla que dejó a Kasparov con torre y seis peones y a Kramnik con los dos alfiles y cuatro peones, en lo que sería un final técnico, muy complicado y en el que cualquier mínimo error podría suponer la derrota.

Las computadoras daban una ligerísima ventaja a las blancas y Kasparov parecía seguro de poder concretar su primera victoria.

Pero Kramnik jugó con toda tranquilidad y se llegó al primer control de tiempo de las 40 jugadas con aparente igualdad.

Efectivamente, los dos mejores del mundo firmaron el empate después de 41 movimientos y algo más de tres horas y media.

Kasparov estuvo mejor que en anteriores partidas, pero sigue sin poder vencer a su antiguo discípulo y ya sólo le quedan cinco partidas -en dos de ellas jugará con blancas-, de las cuales necesita ganar dos para igualar el encuentro y retener el título.

Sin embargo, ésta no le será una tarea fácil al actual campeón, ya que Kramnik es muy sólido y si juega a hacer tablas no hay jugador en el mundo que pueda vencerlo.

La duodécima partida, en la que Kramnik conducirá las piezas blancas, se disputará el próximo sábado.