Opinión: OPIN-01

Opinión


Luces y sombras de una nueva etapa

Los anuncios económicos del ministro José Luis Machinea fueron bien recibidos por la opinión pública y los principales analistas y operadores económicos. Daría la impresión que luego de las nuevas designaciones políticas y de estas medidas económicas el gobierno nacional está saliendo de la crisis abierta por la renuncia del vicepresidente Carlos Alvarez.

El futuro inmediato dirá hasta dónde estos cambios trascienden en el tiempo y logran colocar al país en el rumbo al que aspira la mayoría de los argentinos. En principio, es importante que desde el poder político se haya recuperado la iniciativa y se haya entendido de una buena vez que la principal reforma económica pasa por reactivar la economía garantizándoles a los empresarios las seguridades mínimas de rentabilidad como requisito para estimular la inversión. Al respecto, habría que advertir acerca de cómo se asegurará el financiamiento de las nuevas medidas habida cuenta que, con relación al exceso de gasto público, los anuncios no son tan explícitos.

De todas maneras, la rebaja de algunos impuestos distorsivos y el abandono parcial de políticas fiscalistas indican un cambio en la percepción económica del oficialismo, un dato que, contrariamente a lo que creen ciertos políticos necios, da cuenta de fortaleza y no de debilidad.

Sin ánimo de exagerar, podría decirse que el gobierno inicia una nueva etapa que deberá apuntalarse en el futuro con decisiones políticas que convenzan a la sociedad de que el rumbo emprendido es serio y están todos decididos a asumirlo. En ese sentido, las disputas internas entre posiciones incompatibles deberán ser dejadas de lado en aras de la gobernabilidad, requisito básico y elemental de todo gobierno que quiera cumplir su mandato y cumplir con las promesas que hizo a la sociedad.

Es necesario advertir que a pesar de la recepción positiva que han tenido los anuncios de Machinea, la actitud de los mercados ha sido cautelosa, entre otras cosas porque el gobierno -o para ser más preciso- sus despiadados internismos y sus nunca desmentidas desconfianzas a la economía de mercado- siguen despertando recelos.

La actitud del ex ministro Domingo Cavallo de respaldar el actual paquete económico es representativa del grado de madurez alcanzado por ciertos políticos, madurez que se contrasta con la actitud oportunista e irresponsable de otros que ante la crisis y la presunta debilidad del presidente no vacilaron en poner en juego la propia continuidad institucional.

Los rumores acerca de la incorporación al gobierno del creador de la convertibilidad no son tan arbitrarios como parecen a primera vista. La reunión con Alfonsín demuestra una vez más que en política todo es posible, sobre todo cuando lo que está en juego es el poder.

Más allá de trascendidos, lo que queda claro es que las expectativas favorables a Domingo Cavallo tienen que ver con los deseos profundos de la sociedad de salir de esta agobiante y prolongada recesión. Poco importan en estos casos los nombres propios, pero de lo que no caben dudas es que la gente reclama señales fuertes que recuperen la confianza y, en las actuales circunstancias, estas señales están más relacionadas con la eficacia de la gestión que con indescifrables códigos ideológicos.